Capítulo 33

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Sólo se distrajo cinco minutos y terminó perdiendo de vista a Joy y su hermana.

Diablos, William tenía un mal presentimiento y sentía que debía encontrarlas cuanto antes. La carcajada de Felicity hizo que parara en seco y rápidamente se dirigió hacia la estancia que estaba tras el bar del salón, ¿por qué su hermana estaba en ese lugar?

—¿Y crees que es divertido? —preguntó Izan, obligándolo a quedarse tras el umbral de la puerta para escuchar la conversación.

—Claro que lo es, ella hará todo lo que yo le diga para conseguir que mi hermano deje de ignorarla.

—¿Al menos tu hermano sabe que ya no irás a Londres?

—No seas tonto, Izan, si William lo descubre nuevamente empezará a seguirla.

Estaba de más decir que ni a él ni a Izan, el novio de su hermana, les hacía gracia lo que Felicity estaba diciendo.

—Joy no te hizo nada, no tendrías que haberle mentido.

—Me quitó a William y ahora me encargaré de que mi hermano no quiera volver a saber de ella nunca más.

Cedric tenía razón, Felicity necesitaba entrar en razón, jamás pensó que una joven de diecisiete años pudiera ser tan mala.

—Por favor —bufó Izan, divertido—. Tu hermano ha dormido con miles de mujeres, ¿por qué a él le afectaría que Joy duerma con uno?

Cada músculo de su cuerpo entró en tensión y una gota de sudor bajó por su nuca.

—Porque a William le gusta Joy.

Mierda, ¿cómo lo sabía?

Por un momento pensó que era bastante discreto en cuanto la atracción que sentía por ella.

—¿Joy lo sabe?

—¿Eres idiota o qué? —Vaya manera tan peculiar de tratar a su novio—. Claro que no lo sabe, mi hermano se ha encargado de hacerle creer lo contrario.

—¿Y dónde está Joy ahora?

Silencio.

—Le dije que, si dormía con Jeremías esta noche, hablaría con William para que dejara de detestarla y aceptaría que fuera ella quien vaya al internado en Londres en mi lugar. ¿Puedes creer que la estúpida aceptó?

—¿Qué? —No estaba seguro si Izan hizo la misma pregunta, pero su voz autoritaria resonó en todo el lugar y Felicity palideció al verlo en la estancia—. ¿Qué hiciste? —farfulló, rojo de la cólera, y la rubia boqueó, asustada.

—Yo...

—¿Dónde está Joy? —exigió saber, sintiendo un extraño nudo en la garganta.

¡Tenías que irte tú, no mi hermana! ¡¿Cuántas veces las Smith tienen que destruir a mi familia para sentirse satisfechas?!

Joy no iría a ningún internado, antes él mismo enviaría a Felicity a uno por su horrible actitud y proceder.

—No te lo diré —decretó su hermana con altanería.

—Vi que le dio una llave de las habitaciones del hotel, William.

Al parecer, en esta ocasión, Izan no estaba de parte de su hermosa novia.

—¡Izan! —chilló enfurecida y la poca paciencia que William tenía se esfumó.

—¡Dime dónde está! —golpeó la pared, acorralando a su hermana en ella, y totalmente pálida confesó:

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Where stories live. Discover now