Capítulo 22

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Diez años.

Llevaba trabajando en ese club durante diez años y jamás se había sentido tan inquieta por ninguna mirada hasta esa noche. La sensación era extraña, casi asfixiante, dado que no era normal sentir como la piel se le erizaba y un escalofrío subía por su espina dorsal al sentir un par de ojos sobre su piel. Una que por cierto tenía muy desnuda por la elección del vestido de esa noche. Una maravillosa pieza color sangre con escote profundo y abertura atrevida, la pieza favorita de Damon y la sugerida por Grover esa noche.

Tiempo atrás, se habría negado a usar esa prenda, pero la nueva Hope que se había jurado ser no sería capaz de hacer algo así, ella estaba decidida a brillar cada noche y acaparar todas las miradas de los clientes porque ese era su lugar, su futuro y donde posiblemente se quedaría por el tiempo que fuera posible.

¿De qué le sirvió vivir en la inocencia y en las sombras?

De nada, el mundo era cruel y ella debía prepararse para enfrentarlo más adelante porque con su bondad sólo recibiría malos tratos y humillaciones. Ya no podía seguir soñando con un amor que jamás podría ser, con una ilusión del pasado que terminó por romper la absurda burbuja en la que se había encapsulado.

Debía crecer, madurar y para eso necesitaba vivir más, relacionarse con las personas y superar sus miedos.

Sin embargo... Su determinación estaba menguando esa noche, las sensaciones eran muy nuevas para ella y no le apetecía conversar con ningún cliente después de su presentación.

No esta noche.

Emitió la última estrofa de Apologize, la canción que adoraba con cada fibra de su ser, y con una sonrisa hizo una perfecta inclinación y se dirigió al final del escenario donde Grover la ayudó a bajar sin esfuerzo alguno.

—De acuerdo, estas últimas semanas me hiciste muy rico, supongo que mereces un aumento —comentó su amigo con diversión y Hope enarcó una ceja.

—¿De verdad?

—¿Cuándo he bromeado contigo?

Un aumento sería simplemente maravilloso, con eso podría ayudar a Joy con algunos gastos de sus materiales escolares, puesto que al parecer Cedric no le había comentado nada al respecto a su hermana.

—¿Y tu amado hermano lo sabe? —Su sonrisa tembló, Edward estaba muy molesto con ella, tanto que ni siquiera quería asistir al club.

—Edward está en Miami y no volverá por un buen tiempo, tiene algunos asuntos que atender en nuestros clubes.

Hope no se sentía tan importante, pero en el fondo algo le decía que parte del repentino viaje del gemelo mayor era por su culpa.

—Hoy no trabajaré como dama de compañía, me siento algo agotada.

«Y asustada por la extraña mirada que percibí desde el público».

—Pero hay alguien que insistió en reunirse contigo.

Rodó los ojos con aburrimiento.

—¿Guillermo?

¿Cuándo la dejaría tranquila y le permitiría trabajar como correspondía?

—No, no es Guillermo.

Se tensó, ¿podría ser el dueño de la penetrante mirada que la perturbó durante toda la presentación?

—¿De casualidad volvió el amigo de Cedric? —Sus palabras apenas y pudieron escucharse sobre la música.

—No, no es Samuel. La cosa es que ofreció una buena paga para ti, ¿querrás reunirte con él?

Déjame quererte *Almas perdidas* (EDITADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora