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La boca de Niall comenzó a curvarse de a poco por los extremos. —No sé que estoy haciendo —Susurró —pero me gusta. 

Nick comenzó a sonreír también, tan lento como todo lo que acababa de suceder. 

—¡Eh, chicos! —Exclamó una voz desconocida desde atrás, quebrando por completo el tiempo y el lugar. Niall se volteó rápidamente, sin soltar sus manos. —No pueden estar aquí afuera, lo siento. 

Era un guardia de seguridad, y aunque sólo hacía bien su trabajo, Nick no podía hacer más que odiarlo por arruinar su momento. 

Niall se puso de pie y la ayudó a levantarse. Caminaron de la mano hasta la puerta, mientras el robusto hombre los observaba, sosteniendo la puerta abierta hacia ellos. Y lo que en algún momento fue el ambiente más adecuado para el estado de ánimo para Nick, de pronto se había convertido en molesto. La música zumbaba en sus oídos y las luces la aturdían. 

—Voy al baño —Dijo, alzando la voz para que él la oyera. 

—¡Bien, estaré en la barra! 

Asintió y caminó directo al baño, ubicado a dos o tres metros de la puerta de entrada. Se metió dentro y cerró la puerta, asegurada detrás de ella. Suspiró, sin poder creer que en realidad había pasado. 

Se miró en el espejo. No estaba tan mal, después de todo. Su cabello caía liso al lado de sus mejillas, y aunque creyó que la humedad lo arruinaría, no tenía ni una gota de esponjado. 

Con las yemas de los dedos se palpó los labios, tratando de descubrir qué era ese sentimiento que la estaba quemando por dentro. El beso de Niall seguía ahí, acariciándole la boca, y trataba de cubrirlo con sus dedos, para no dejarlo ir, para que no se gastara en el contacto con el aire hasta desaparecer. 

Ya no había vuelta. Acababa de tener el mejor momento de la noche, y su cuerpo estaba relajado tras terminar toda la tensión. ¿Qué iba a hacer ahora? Ya no estaba besándolo, ni respirando de su aire, ya no sentía esa emoción adormecida en su estómago. Pero necesitaba todo eso de vuelta, necesitaba sentir de nuevo el calor que ese beso le había proporcionado. 

Se lavó las manos y tomó un poco de agua. Ya no quería beber más. Salió del baño y contempló la barra, pero Niall ya no estaba ahí. Ya no había música y las luces azules que llenaban el local habían cambiado por unas blancas y fuertes, que no le permitían tener los ojos demasiado abiertos. 

Una fila gruesa de gente se movía entre las escaleras y la puerta de Fabric. Al parecer la fiesta había terminado. Trató de unirse a la masa que se encontraba cruzando el umbral en ese momento y, en cosa de minutos, salió. Ya había amanecido, pero el cielo estaba cubierto de nubes y amenazaba lluvias. 

Buscó a los chicos entre toda la gente que en algún momento estuvo completamente acoplada en la pista y que ahora se dividía en pequeños grupos que conversaban y reían. 

—Nick, aquí estás —Dijo Harry, un poco jadeante, tras llegar corriendo hasta ella. —Ven, ya nos vamos. 

—Claro —Respondió, demasiado distraída y lo siguió hasta el auto de Liam, donde la esperaban los demás.

Él y Niall ya estaban adentro y ella se subió con prisa al asiento del copiloto. El camino fue silencioso, todos estaban cansados y necesitaban llegar a sus camas a dormir. Cuando Liam se detuvo frente a su casa, abrió la puerta del auto con dificultad y se bajó, no sin despedirse antes de cerrar la puerta. 

—Adiós, chicos. —Los dos se despidieron con la mano y Nick entró a su casa. 

La fiesta de Aniversario acababa de terminar. 

Not The Right One (fanfic n.h)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon