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—¿Hola? 

—Hola, bebé. —Habló la voz de su recién ex novio al otro lado del teléfono.

—Max... —Le regañó ella. —Acabo de terminar contigo, por favor no insistas —agregó, tratando de sonar lo más suave posible.

No es que ella lo hubiese utilizado o hubiese salido con él sin una razón de peso. En realidad quiso darle la oportunidad y averiguar si terminaba enamorándose, pero jamás llegó a pasar la línea del "me gusta", por lo que no tuvo más opción que ser sincera.

—Lo sé, lo sé—suspiró. Sólo  lo quiero hablar, ¿podemos vernos? 

—Max...

—Escuchame, Nick. Sólo una vez, por favor, luego no te volveré a molestar. Lo juro.

Nick suspiró, esperando que realmente fuese sólo una vez. —Bien. ¿A qué hora? —preguntó, casi pudiendo oír cómo Max sonreía. 

Una vez que cortó su celular, tomó su skate y se subió en él para encaminarse al café del barrio, unas cuadras más lejos del Skate Park. 

Buscó a Max con la mirada, pero al parecer no estaba ahí aún. Se sentó en la mesa más cercana a la salida, junto a la ventana. Tenía que estar preparada si es que necesitaba salir con prisa, ¿no?
Nick a veces era un poco paranóica. 

—Ahí estás. —Sonrió el trigueño en cuanto la vio. Besó su frente y tomó asiento frente a ella. —¿Ya has pedido algo?

¿Pedir algo? ¿Tanto tenían que hablar? 

—Ah... no. No quiero nada, gracias. 

—Bien. 

—¿Entonces? —presionó, comenzando a perder la paciencia. Debería estar practicando para su campeonato, no sentada en un café -muy distinguido, por cierto - con su ex novio, por quien ya no tenía interés alguno.

—¿Me recordarías por qué has terminado conmigo? —preguntó sin darle muchas vueltas. 

Nick resopló pesadamente, pensando en una nueva forma de no decir que lo había hecho porque él no había logrado que se olvidara de Niall, su mejor amigo. Ya llevaba una buena lista de excusas para terminar con chicos y las ideas se le estaban acabando. 

—Porque sí, Max. —Se detuvo y miró por la ventana, tratando de ordenar las ideas en su mente. —Es que no me siento preparada para una relación, ¿sabes? —Excelente. Perfecto.

—Pero podemos ir más lento, no tenemos que apresurar nada. —¡Dioooos, cómo sacarlo del camino!

—No, no es eso. Simplemente quiero estar sola. 

—¿Qué tal un tiempo? —"¿Qué tal mi puño en tu cara?" pensaba, haciendo un esfuerzo por mantener el buen humor. 

—No es eso.

—Diablos, Nick, qué es. Dime qué debo cambiar, qué tengo que hacer para que esto no termine. Me gustas, quiero estar contigo y no entiendo que de pronto hayas...

—Me gustan las chicas. —soltó de pronto. 

—¿Disculpa?

Mierda, qué acabas de decir, Nicole Wilcutt. 

—Que me gustan las chicas, no los chicos.

No podía creer lo que estaba diciendo, pero necesitaba una manera de quitarse al chico de encima y, al parecer, esa sería la única forma posible. ¡Es que no se rendía con nada!

Max se cambió de posición unas cuántas veces, no dejaba de mirarla con los ojos tan grandes como platos y parecía que ya no estaba respirando. En cualquier momento se desmayaba. 

—Impos-sible. —titubeó, aún pasmado. —Fuimos novios, ¿Cómo van a gust-tarte las ch...?

—Me di cuenta hace poco. —lo interrumpió. —Espero que no esparzas esto por toda la escuela. No quiero que todo el mundo se entere.

Nick estaba casi tan asombrada como Max de lo que estaba diciendo, pero las palabras simplemente parecían escaparse de su boca, todo con tal de arrancar de la situación lo antes posible. 

—N-no, claro que no. Y lo s-siento, no quería incomodarte. 

—Claro, yo tampoco a tí, lo lamento. 

—Sí, no hay problema. Ah, nos vemos. —Se levantó con torpeza de su asiento y se fue a pasos rápidos y enredados de ahí. 

Nick suspiró y miró al cielo. "¿Qué infiernos acabo de hacer?"

Volvió a mirar a su al rededor, una chica que limpiaba unas copas al otro lado del mesón la observaba con gracia, ¿acaso lo había oído todo? Y de todos modos, ¿qué tenía una chica homosexual de gracioso?

Se levantó de su asiento y tomó su patineta para largarse de ahí también.

—¡Ya llegué! —exclamó una vez que entró por la puerta de su casa. 

La familia de Nick es de aquellas que tienen bastante dinero, una linda casa y la posibilidad de darse unos cuántos lujos, sin embargo, siguen siendo muy unidos y manteniendo una vida acomodada, pero sencilla.

—¿Dónde estabas? —Preguntó Jane, su hermana mayor. 

—Patinando con los chicos. 

—Vino Niall y preguntó si estabas aquí, porque te habías ido de pronto. 

—Sí, no sabes lo que acabo de hacer —susurró, la tomó de los hombros y la metió a empujoncitos en su propia habitación. 

—¿De nuevo haciendo desórdenes públicos, Nicole? Sabes que a papá y mamá no le agradan esas actitudes. 

—Nada de eso, es peor.

Cerró la puerta detrás de sí y ambas se sentaron sobre la cama.

—Recuerdas a Max, ¿verdad? 

—Claro que sí, ¿ya has terminado con él?

—Sí. Hoy me llamó para "conversar". —dijo, haciendo ella misma las comillas con sus dedos. —Nos encontramos en el café de la Avenida West y le dije que soy lesbiana. 

—¿QUÉ? —Si bien Jane y Nick no solían llevarse del todo bien, al momento de contarse cosas la una a la otra se convertían en las mejores amigas. Podríamos decir que Jane es lo más cercano a una amiga para Nick y para ella es más que suficiente. —No lo eres, ¿verdad? 

Nick la miró con insuficiencia. —¡Claro que no! Tú sabes que...

—Claro, tu infinito amor por Niall, lo sé. —interrumpió, con un ademán de restarle importancia. —¿Por qué diablos has dicho que eres lesbiana? ¿Sabes que eso significa que ahora todos lo creerán, no?

—Por supuesto que no. Max se fue tan asustado que dudo se atreva a pensar en eso siquiera. —Comenzó a reírse al recordar su reacción en el café. Realmente había dado resultado su plan improvisado. —Lo dije sólo para quitármelo del camino, no lo sé. Simplemente salió de mi boca y después no pude callarme. Es que no se cansaba de insistir, ¡Dios!

—Estás completamente loca, Nick. 

—Tal vez, pero Max ya no va a molestarme jamás. 

Jane pareció pensar por un momento y luego comenzó a reírse. —Pobre chico —comentó, negando con la cabeza. —A veces eres cruel, ¿eh?

—Vamos, no es tan horrible. En un par de meses estará saliendo con alguien más y su trauma habrá terminado. 

—Eso espero. Y ya no sigas rompiendo corazones, y menos traumando a chicos inocentes. —Jane se puso de pie y se estiró con ganas. —Ahora sal de mi habitación, tengo una cita y debo comenzar a arreglarme —le ordenó y a empujoncitos la llevó hasta la puerta.

—Espero que le gusten las chicas. —Nick bromeó y salió de la habitación, para escuchar un "¡Tonta!" de su hermana desde el interior de su cuarto. 

Entró en su propio cuarto, aún riéndose sola y se lanzó sobre la cama, miró al techo por unos segundos y suspiró, preguntándose por qué a veces su vida era tan extraña. 

—¡Nick, abre la ventana! —Exclamó una voz masculina desde afuera, dando golpecitos sobre el vidrio a la vez. 

Not The Right One (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora