Cap. 42- ¿Distintos caminos?

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El aire había abandonado sus pulmones por breves segundos que le llevó procesar sus palabras. ¡Eso era imposible! Sí tan solo unos días atrás estaban haciendo el amor con tanta pasión y ahora su pequeña le salía con esto.

¿Cómo era posible? ¡No! Ni en cien años permitiría algo como eso. Sophie, se había vuelto su vida y no la dejaría irse así no más, menos de esa manera.

– ¿Estás terminando conmigo? –logró preguntar Thomas, sintiendo una opresión en su pecho.

Tenía ganas de gritar en protesta, de hacerla entrar en razón y hacerle entender de que le estaba pidiendo un absurdo. Pero recordó el lugar en el que se encontraban y se contuvo, y sólo pudo formular esa simple oración.

– Es sólo que...

Las palabras de Sophie, se quedaron a medio camino de su boca. Su corazón también se oprimió en su pecho, por tomar esa decisión, pero en su dolor, creía estar haciendo lo correcto. No le haría pasar malos ratos a Michelle. No era justo.

– Sólo dime –pidió Thomas, caminando hacia ella y sujetándola entre sus brazos. Una de sus manos la rodeó por la cintura y con la otra sujetó su rostro para mantener su mirada. Sus rostros quedaron a nada de tocarse y la tensión podía palparse en el aire–. Dime por qué lo haces. Explícame, porque no lo entiendo. ¿De verdad quieres terminar conmigo? ¿con lo nuestro? –la miró con ojos penetrantes haciéndola consciente de la desesperación en su interior.

– Compréndeme –susurró Sophie, nerviosa. Debía mantenerse firme en su decisión aunque la destruyera por dentro. Estar a su lado era lo que más deseaba en el mundo, ¿Pero cómo hacerlo sin hacer sufrir a otra persona?–. Es lo mejor. Ella necesita estar con su familia, estar rodeada de las personas que la aman, sentirse tranquila. Yo no podría estar ahí, se sentiría incómoda con mi presencia y no quiero eso. Sé que dije que... –pasó saliva nerviosa– que me quedaría, pero ¿Cómo quieres que lo afronte así no más? –negó con su cabeza conteniendo sus lágrimas– Estar las dos en el mismo lugar... no sabría manejarlo.

– Pero me estás hablando de irte de mi lado y yo te necesito conmigo, pequeña –apoyó su frente a la de ella y cerró sus ojos con fuerza por unos segundos–. Este es nuestro momento. Tu, conmigo, como siempre te lo he dicho. –afirmó.

– Será solo por un tiempo... entiende –dijo en voz baja queriendo mantener la esperanza hasta el final– ¿Te has preguntado cómo se siente ella con esto? Ver al hombre que ama, con otra, no debe ser muy divertido. Y yo no le haré pasar por eso.

– No. Estás sacando de contexto todo –dijo Thomas comenzando a cabrearse por no poder convencerla de la locura de la que estaba hablando–. Hablé con ella y supo de ti mucho antes de yo venir aquí –Sophie, lo escuchó atenta. Thomas, no le había mencionado ese detalle antes–. ¿Sabes que me dijo? Que agradece que hayas entrado en mi vida y en la de los niños. Esa es la esperanza de Michelle, de saber que tú estarás aquí después de que ella ya no esté. Saber eso la tranquiliza.

Sophie, enmudeció con esa información. Acaso ¿estaba haciendo lo correcto con todo ese asunto? ¿De verdad Michelle, pensaba eso sobre ella? ¿Debía acaso quedarse y afrontar y soportar todo lo que pudiese venir a futuro? Este solo era un episodio más de toda una vida y estaba realmente perdida.

Thomas, se apartó de ella, sentía que debía darle su espacio a Sophie, no iba a ahogarla con tantas emociones, menos confundirla.

Se mantuvieron apoyados contra la pared de aquel silencioso pasillo, y Thomas no le quitaba la mirada de encima, a pesar de que ella se negara a mirarlo a la cara. Las palmas de sus manos le picaban y podía sentir cada músculo de su cuerpo completamente tensos.

La Institutriz | Mi Luz (libro 1)Where stories live. Discover now