Cap. 4- Mellizos Müller.

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Annette y Alex observaron a su padre en compañía de una joven, ambos niños fruncieron el ceño y se miraron entre sí.

¿Quién era la nueva invasora?

Se acercaron con desconfianza hacia ellos y se cruzaron de brazos una vez quedaron frente a ellos.

– Annette, Alex –habló Thomas– ella es Sophie y será su nueva institutriz. ¿De acuerdo?

– ¿Cómo así, padre? –habló Annette desconfiada y mirando con recelo a Sophie. Llevaba su cabello negro recogido en una hermosa trenza espiga– No has pedido nuestra opinión al respecto.

– Ya hemos hablado de esto –Thomas le dio una mirada severa a su hija–. Sophie será su nueva institutriz hasta que yo lo decida, ¿Está claro?

– Sí, padre –Annette de mala gana asintió frunciendo sus labios molesta.

– Y ¿Tú Alex? –miró a su hijo está vez.

– Se ve más agradable que Meredith –con una sonrisa reveló el pequeño Alex haciendo referencia a su anterior institutriz–. Eres linda.

Al decir eso hizo sonrojar a Sophie que sonrió ampliamente pero llevándose una mala mirada de parte de su hermana.

– Gracias Alex, tu también eres lindo, ambos lo son.

Alex sonrió y Annette molesta se fue con su ceño fruncido y cruzada de brazos.

– Eso no es nada –dijo Thomas suspirando y haciendo una mueca–. Suele ser peor.

– Entonces fue un buen inicio –respondió con una sonrisa–. Trabajaremos en nuestra comunicación.

Thomas asintió a sus palabras y dirigió su atención a su hijo que aún seguía ahí junto a ellos.

– Pórtate bien ¿sí? –Alex asintió– Ayúdame un poco con tu hermana ¿de acuerdo? –el niño sonrió cómplice a las palabras de su padre–. Yo debo trabajar –Thomas aclaró un poco su garganta dirigiéndose a Sophie–. La veré para la cena, señorita Moore. Cualquier inconveniente con los niños puede mandarme a llamar.

– Puede ir tranquilo. Estaremos bien –aseguró con una sonrisa que Thomas grabó en su mente para el resto de la tarde y se fue de ahí más ligero y tranquilo.

Sophie lo vio marcharse en dirección a los viñedos. Tomó una bocanada de aire y dirigió su atención a Alex quien la miraba expectante con aquellos par de ojos igual a su padre. Sonrió por ello.

– Alex, dime ¿qué han aprendido hasta ahora?

– En matemáticas estuvimos viendo las operaciones básicas –dijo mientras se dirigían al interior de la casa–. En geografía vimos los países y sus capitales...

Alex siguió explicando a Sophie todo lo que habían visto con su anterior institutriz. El niño la condujo hasta la biblioteca, lugar en donde ellos pasaban el tiempo estudiando.

Mientras Alex seguía hablando muy animado Sophie admiró el lugar y la cantidad de libros que allí había. Tomó uno en sus manos, Moby Dick de Herman Melville. Sonrió inmensamente, ese solía ser uno de sus favoritos cuando niña.

– Meredith no era buena enseñando música –Sophie se dio la vuelta mirándolo–. No acertaba bien en las notas –se encogió de hombros.

– ¿Qué instrumento tocaba? –indago Sophie.

– El piano, pero no lo hacia bien –dijo el niño señalando el piano que se encontraba en un rincón de la biblioteca.

– ¿Qué días les enseñaba música? –preguntó caminando hacia el banquito propio del piano– No quiero cambiar los días donde estudiaban cada materia.

La Institutriz | Mi Luz (libro 1)Where stories live. Discover now