Cap. 50- Por dos.

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Sus dedos estaban entrelazados con los de Thomas, quién se veía demasiado tranquilo. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? ¿Acaso no estaba nervioso como lo estaba Sophie en ese instante? Porque la verdad era que la muchacha junto a él, estaba aterrada.

Ambos estaban sentados en la sala de espera de aquel consultorio de ginecología. Eran una de las pocas parejas que allí se encontraban, la mayoría solo eran mujeres solas con sus enormes vientres de embarazada. Se preguntó Sophie, si así era como se vería en los próximos meses. Sonrió ante la idea.

– ¿Sophie Moore? –llamó una mujer desde la puerta del consultorio. Sophie se puso de pie inmediatamente–, adelante.

Con Thomas detrás de ella, ingresó en la pequeña habitación y tomó asiento como le indicó la mujer.

– Mi nombre es Beatriz Robinson, díganme que los trae por aquí. –preguntó con una sonrisa amable.

– Venimos a nuestra primera consulta... mi mujer está embarazada y queremos saber cómo va todo y cuánto tiempo tiene. –respondió Thomas con tranquilidad aunque por dentro estaba muy ansioso.

– Bien. ¿Que edad tienes, Sophie?

– 23 años.

– ¿Última menstruación? –preguntó mientras anotaba todo en una carpeta.

– Ehmm... no lo recuerdo bien, hace ya bastante. –respondió algo nerviosa.

– De acuerdo. ¿Te hiciste algún test?

– Sí, hace una semana. Dio positivo.

– Ok. ¿Quieres que hagamos un ultrasonido para ver a tu bebé?

– ¿En serio ya se puede ver? –cuestionó Sophie, ansiosa con la idea.

– Por supuesto. ¿Lo hacemos? –Sophie agitó firmemente su cabeza en aprobación– Bien, recuéstate en la camilla; levanta un poco la blusa y desabrocha tu pantalón. –indicó Beatriz y Sophie lo hizo.

Una vez en posición, Beatriz acomodó lo necesario y colocó aquel gel frío en el vientre de Sophie. Thomas se encontraba a su lado intercambiando su mirada entre la pantalla, el vientre y el rostro de Sophie.

Beatriz deslizó el pequeño aparato sobre todo el vientre de Sophie, hasta encontrar lo que buscaba.

– Aquí está... –indicó una mancha en la pantalla y ambos miraron con interés– ¿Lo quieren escuchar?

– Sí, por favor. –afirmó Thomas.

Tras apretar un botón todo el espacio se llenó de aquel increíble sonido. Sophie y Thomas, se sonrieron felices y Thomas, besó los labios de su mujer.

Beatriz frunció su ceño y siguió moviendo el aparato hasta encontrar algo más, y segundos después relajó su expresión.

– Les tengo una noticia –anunció Beatriz. Thomas y Sophie, la observaron con atención–. Al parecer por el sonido del corazón, no es uno si no dos. Ven está mancha de aquí y esta otra –señaló la pantalla–, están un poco juntas. Esos son sus bebés. Y son gemelos.

– ¿Gemelos? –preguntaron ambos al mismo tiempo sin poder creerlo.

– Sí, así es. Por el tamaño diría que tienes unas siete semanas de embarazo. Aún no se puede saber el sexo, ninguno de los dos se quiere dejar ver. Tienen un buen peso, y se ve que tienen un corazón fuerte. Pero aún así te voy a prescribir unas vitaminas para que tomes.

La mujer dio todas las indicaciones y Sophie solo asentía en modo automático, tenía suerte de que Thomas estuviera ahí prestando más atención que ella en ese momento. Porque su mente salió volando a lugares inalcanzables en donde se cuestionaba cómo sería llevar un embarazo doble, y cómo sería el parto, y más aún cómo sería hacerse cargo de dos al mismo tiempo.

La Institutriz | Mi Luz (libro 1)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora