En ocasiones puedo sentir como una especie de desesperante calor en el momento en el que mis acciones en el exterior se detienen y dan pauta a mis pensamientos de comenzar a rellenar mi cabeza como si de humo se tratara.
Mientras me lavaba los dientes me percaté de que mi flequillo -o el largo de mi cabello en la frente- ya cubría mis ojos. Mi atención se dirigió a eso y en pensar en qué día del mes pudiera hacerme un espacio y ahorrar para ir a la barbería, posterior a eso, volví a mis iniciales pensamientos fatalistas.
—Necesito eutanasia —murmuré después de escupir la pasta de dientes en el lavabo. Mi hermano que estaba bañándose dejó de cantar al escuchar mi comentario—. Creo que empezaré a fumar y dejaré de comer para acelerar mi deceso.
—Necesitas un golpe en la cabeza con un bate que tenga un alambre de púas enredado para nivelarte las ideas y dejes de llegar a esas conclusiones —dijo dentro de la ducha—. Sabes que detesto que hables de terminar con tu vida, Jaebeom.
—¿Qué es peor que alguien que piensa así se quede en silencio a solas con sus pensamientos? No puedo evitarlo, hyung, soy alguien que piensa mucho las cosas y cualquier cosa me tiene con ganas de querer tirar la toalla.
—No eres el único que piensa así, Jaebeom. Si realmente funcionáramos de esa forma, en el momento en el que recibí el primer comentario despectivo hacia mi cuerpo en la escuela secundaria yo ya no estaría aquí.
Yo sabía por lógica personal que mi hermano debió pasar por muchas cosas durante su adolescencia como muchos otros estudiantes. Jaesang hyung era gordo y sólo por eso pudo ser blanco de muchos insultos.
La impotencia de saber que yo no estuve para él se sumaba a la impotencia de saber que él nunca me habló de eso en su momento. Ahí empecé a entender la molestia de mis amigos y la posible molestia de mis padres de enterarse lo que viví sin decirles.
Y vuelvo a la conclusión de externarme. Pero hablar de un momento de debilidad es difícil. Principalmente cuando se deja de estar en una edad de adolescencia y se supone que contamos con cierta autonomía y madurez.
—Lo siento, hyung —respondí—. Sé que prometí no preocuparles más, evitaré hacer esa clase de comentarios.
—Por favor.
El desayuno para mí fue incómodo por ver a mis padres después de esa vergonzosa escena en la que les lloré. Aún así, todos actuaron igual que siempre, sin presiones ni comentarios al respecto. Y lo agradecí.
Mamá nos llevó a la escuela deseándonos un buen día, como siempre. Me entregó mi almuerzo y me dijo que me amaba y que tuviera un buen día, como siempre.
Todo estaba siendo como siempre.
Antes de entrar al aula, Hyejin me alcanzó y me tomó del brazo, sorprendiéndome.
—Entra conmigo, oppa —dijo nerviosa—. No me dejes sola, por favor.
Por un segundo temí las posibles causas por las que una chica necesite de protección masculina para llegar a un sitio o dirigirse a otro.
Preocupado, volteé a verla para preguntarle, pero sin pensarlo ya estábamos entrando.
—Es sobre algo que sucedió en la "fiesta" del sábado —susurró—. Después de que te fuiste, sucedió algo totalmente incómodo.
—¿Y qué fue eso tan incómodo?
—Te lo contaré después. Ni las chicas ni Youngjae lo saben.
La miré aún más extrañado. Me detuve y tiré ligeramente de su brazo para que hiciera lo mismo y me explicara con detenimiento.
—Si dices que ellos no lo saben sólo deja a Shinpachi, Hyukwoo, Jackson, Jinyoung y Yugyeom restantes, son puros hombres, ¿qué sucedió exactamente, Hyejin? —inquirí firmemente.
El maquillaje en sus ojos hacía que se vieran ligeramente felinos. El delineado recto en ambos párpados no llegaban a tocarse simulando ser dos líneas casi paralelas dándole un aspecto seductor. Pero ni eso ocultaba su preocupación.
Hyukwoo tenía razón en el aspecto intimidante de una mujer segura de sí misma y su apariencia. Sin embargo, mi obsesión por Choi Youngjae no me deja ver a nadie más de otra forma que no sea lo normal: gente.
—No es nada de qué preocuparse, oppa, lo juro —susurró de vuelta—. Cuando te fuiste de la fiesta me preocupé por el motivo. Creí que te golpeó duro el alcohol o algo y salí detrás de tí. Al estar fuera noté que ya te habías ido y Wheein me alcanzó para decirme que no habías bebido nada pero que te vio entrar con los ojos llorosos.
Volteó a ver hacia nuestros compañeros de equipo, Wheein nos miraba con algo de recelo, Yongsun estaba dormida en su lugar, Shinpachi leía manga con sus audífonos puestos y Choi Youngjae miraba totalmente hacia la ventana.
Quizá quería asegurarse de que ninguno nos mirara sospechosos por secretearnos literalmente en la parte de enfrente del salón de clases.
—Le dije a Wheein que eso me preocupaba más —continuó—. El que te hayas ido no sólo nos dejaba sin transporte en la casa de un desconocido, sino que te fuiste llorando y no diste motivos.
—Lamento haberme ido así como así. La verdad, mi estado de ánimo en ese momento no me dejó pensar que las estaba dejando ahí —dije sintiéndome totalmente culpable.
—No te preocupes por eso —replicó—. Debes tener tus motivos para ser un amigo irresponsable, pero ese no era el tema inicial. El caso es que vimos a Youngjae afuera con la misma jodida expresión de haber visto el final de una telenovela. Le preguntamos qué fue lo que sucedió y dijo que sólo se pusieron sentimentales por cosas que sucedieron hace tiempo.
¿Choi Youngjae mintió? Bueno, era lógico que lo hiciera. No le convenía ni a él ni a mí que se supiera lo que pasó entre nosotros cuatro años atrás y que me fui llorando porque me aseguró que amaba a alguien más.
—Estuvimos un rato con él para que se tranquilizara —añadió—. Wheein me dijo que como las cosas se estaban poniendo algo deprimentes lo mejor era irnos, por lo que me dijo que entrara y que le pidiera a alguno de tus amigos que nos diera un aventón. Hyukwoo oppa se ofreció a llevarnos y dijo que lo acompañara al pasillo, Wheein me dijo que no fuera ya que él estaba borracho pero Hyukwoo oppa me dijo que sólo quería que yo tomara las llaves de Jinyoung porque él no podía pasar del pasillo por los tambaleos. Shunichi se ofreció a ir a por ellas y ahí fue cuando sucedió.
Ella volteó a ver a Shinpachi que continuaba con su lectura. Posteriormente me tomó del brazo para inclinarme hacia ella y hablarme directamente al oído.
—Wheein sospechaba que yo le gustaba a Hyukwoo oppa, por eso no me dejó con él, pero estaba totalmente equivocada —susurró aún más bajo—. En el momento en el que Shunichi le entregó las llaves, oppa le agradeció... con un beso en los labios.
En el momento en el que iba a gritar "¿¡QUÉ!?", Hyejin me abrazó de los hombros y me cubrió la boca con la otra mano.
—Cállate —exclamó entre susurros—. Solamente Wheein y yo nos dimos cuenta de eso, incluso creo que Shunichi no lo recuerda. No sé cómo verlo después de eso, para serte honesta, tengo entendido que ellos también se acaban de conocer por lo que no sé si decirle -o recordarle- que se besó con su hyung que acaba de conocer.
—¿Ni Jinyoung ni Jackson se percataron? —pregunté—. Jinyoung es un entrometido y Jackson siempre está buscando el baño cuando está ebrio, me parece extraño que hayan permitido que Hyukwoo pasara vergüenzas.
—Exactamente, Jackson oppa estaba en el baño y Jinyoung oppa buscaba su abrigo para llevarnos.
Miré a Shinpachi, se retiró los audífonos de cable color rojos al ser la hora de clases. Si él recordara lo sucedido, tendría algo de vergüenza.
—Y me parece que sucedieron más cosas porque en ese entonces, ni Jinyoung oppa ni Yugyeom se hablan.
—Eso es normal. Se dicen sus verdades durante las reuniones de borracheras y después están abrazados llorando pidiéndose perdón —respondí—. Ayer estaban en mi casa, pero al yo estarles contando algo creo que optaron por no contarnos nada respecto a sus pleitos.
—De cualquier forma...
—¡Hyejin! —le llamó Wheein, visiblemente molesta—. ¡Anda a tomar tu lugar!, el profesor está por llegar.
—Es algo celosa —añadió Hyejin hacia mí—. Luego seguimos hablando.
Me senté en mi sitio.
Pensé en las posibilidades de que Hyukwoo haya pensado que era Hyejin con quien estaba y haya besado a Shinpachi por error. Sin embargo, de haber sido así ya nos hubiera contactado para contarnos sus "avances" con ella.
Me sentí extremadamente mal que al juntar mis dos grupos de amigos por primera vez hayan sucedido cosas de ese tipo. Si Shinpachi no me dirige la palabra, es probable que las consecuencias de esto sea una rápida separación.
—Buenos días, Jaebeom senpai —dijo el susodicho—. ¿Está bien? Se fue antes el sábado y nos dejó preocupados.
«¿Qué Choi Youngjae no te contó?».
—Mamá me quería temprano en casa —respondí—. Lamento haberlos dejado cuando fui yo quién los llevé.
—No se preocupe, Jinyoung senpai nos llevó a todos a casa. Lo que me preocupaba es que usted haya llegado bien.
—Sí, llegué bien a casa.
La clase comenzó con normalidad.
No le hablé a Choi Youngjae, ni él a mí. Al reunirnos en equipo en otra clase, terminé mi parte y me dispuse a mensajear en el chat de mis amigos aunque no respondieran por las clases. Esto debido a que mi hoobae también había terminado su parte y no quería dar pie a una conversación incómoda. Yongsun sabía leer el ambiente, se encargó de charlar con él y crear conversaciones grupales que no involucraran nada del sábado.
Hasta que:
—¿Tiene novia, Jaebeom oppa? —preguntó una chica del grupo de "santurronas".
Todo mi grupo volteó a verla.
—Es gay —dijeron las cuatro chicas como si lo hubieran practicado.
La chica me miró con disgusto.
—Ignóralas —dije tratando de ocultar mi desagrado ante su expresión—. ¿Por qué quieres saberlo?
—Sungmi quiere saberlo, le agradas.
—¿Y por qué no viene ella aquí? —insinuó Yongsun con voz retadora—. Somos sus amigas y cualquier candidato debe pasar por nuestra aprobación primero.
—Estoy hablando con él, no contigo.
En ese momento todos se miraron entre sí, incómodos.
—¿Qué está sucediendo allá? —inquirió la profesora.
—Chicas —intervino Choi Youngjae en el momento en que Yongsun se puso de pie—. Esos temas se discuten fuera de clase. Esperen a la hora de la salida para tratar cualquier pendiente que tengan, por el momento estamos en un trabajo en equipo, por favor, no nos metamos en problemas.
—Hablaré contigo después —le dije a la chica.
Ella sonrió victoriosa y miró con superioridad a mi equipo antes de agradecerme, darse la vuelta y volver a su sitio con sus amigas.
—¿Qué le pasa, sunbaenim? —me preguntó mi hoobae molesto aunque con voz serena, mirándome como si acabara de cometer el peor error de mi vida—. No creo que sea prudente darle importancia a alguien que vino a comportarse de esa forma.
—Yo sabré qué hacer, Choi, gracias —repliqué tomando mi teléfono nuevamente—. Le dije eso para que se fuera y los dejara en paz. A partir de ahí, será mi problema.
—Veo que sigue siendo igual de estúpido con las mujeres —soltó.
—No tengo de otra, es lo único que conozco, ¿no?
—¡Chicos, chicos! —exclamaron Shinpachi y Yongsun.
Sinceramente, sí estaba molesto. Sé que Choi Youngjae se molestó por mi amabilidad con la chica después de cómo se comportó con Yongsun, pero ella también se colocó en una postura ofensiva. Sin embargo, no quise mencionar nada del tema ni reclamar a nadie, pero hay momentos en los que te molestas a tal grado que un "tranquilízate" te hace enojar más, y yo no quería desquitarme con nadie.
—Lo lamento, chicas, Shinpachi, Choi —suspiré—. Tuve un fin de semana algo pesado en casa, pero ustedes no tienen la culpa de eso.
—No tienes qué disculparte —dijo Byulyi a mi lado—. Puedes contarnos lo que sea.
Normalmente, suelo tomarme mis molestias, enojo o inconvenientes con humor. Desde que Choi Youngjae regresó, las cosas que me molestan realmente me estaban comenzando a molestar.
Esta situación, semanas atrás, sería algo de lo que me estuviera riendo aunque me haya hecho enojar realmente. Ahora, ver a mi hoobae tratando de ser la voz de la razón me enfurecía. Comenzaba a detestar escucharlo hablar, me molestaba su presencia.
¿Lo peor de eso? Él no tenía la culpa de nada. El problema era yo. Pero hasta que no pueda superar que él está con alguien más, esa sensación de aversión.
Lo odiaba y lo amaba.
Lo quería lejos y a la vez abrazarlo hasta morir.
Es cansado.
—Está bien, Byulyi —sonreí—. Y no sé, quizá necesite una novia —bromeé.
—¡Pero ella no! —exclamaron las chicas.
Comencé a reír.
Sé que ellas han tenido roces con la mayoría de las chicas en nuestro grupo, jamás estaría del lado de otras personas que les hayan hecho pasar un mal rato. No las conozco de hace mucho, pero creo que no necesito conocerlas más si ya las vi borrachas.
Shinpachi parecía no entender, aún así escuchaba atento intentando conectar todo.
Pero mi hoobae me miraba con expreso enojo.
Él tenía la costumbre de relajar las cejas para que cayeran sobre sus pequeños ojos, con molestia. Y apretaba los labios de vez en cuando. En su tiempo, lo besaba hasta que su expresión cambiara. Ahora quería hacerlo enojar más.
—Eso se decidirá con el tiempo —añadí, recibiendo insultos por parte de las chicas.
«Anda a enojarte con tu novio, Choi Youngjae, a mí déjame en paz».