Siempre contigo

By Lily-Bela

269K 27.4K 5.2K

¿Qué habría pasado si aquella horrible noche en el Valle de Godric, Lord Voldemort realmente hubiese muerto... More

Prologo
Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Parte 2: Capitulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
Capitulo 18
Capitulo 19
Parte 3: Capitulo 1
3. Capitulo 2
3. Capitulo 3
3. Capitulo 4
3. Capitulo 5
3. Capitulo 6
3. Capitulo 7
3. Capitulo 8
3. Capitulo 9
3. Capitulo 10
3. Capitulo 11
3. Capitulo 12
3. Capitulo 13
3. Capitulo 14
3. Capitulo 15
3. Capitulo 16
3. Capitulo 17
3. Capitulo 18
3. Capitulo 19
3. Capitulo 20
3. Capitulo 21
3. Capitulo 22
3. Capitulo 23
3. Capitulo 24
Parte 4: Capitulo 1
4. Capitulo 2
4. Capitulo 3
4. Capitulo 4
4. Capitulo 5
4. Capitulo 7
4. Capitulo 8
4. Capitulo 9
4. Capitulo 10
4. Capitulo 11
4. Capitulo 12
4. Capitulo 13
4. Capitulo 14
4. Capitulo 15
4. Capitulo 16
4. Capitulo 17
4. Capitulo 18
4. Capitulo 19
4. Capitulo 20
4. Capitulo 21
4. Capitulo 22
4. Capitulo 23
4. Capitulo 24
4. Capitulo 25
4. Capitulo 26
4. Capitulo 27
4. Capitulo 28
4. Capitulo 29
4. Capitulo 30
4. Capitulo 31
4. Capitulo 32
4. Capitulo 33
4. Capitulo 34
4. Capitulo 35
Preguntas y respuestas

4. Capitulo 6

1.6K 181 14
By Lily-Bela

Cuatro Jefes de Casas se habían reunido con el Director en Hogwarts para poder hablar del tema de Peter Pettigrew sin arriesgarse a que cualquier persona sospechosa escuchase algo si iban a algún lugar público, fuese en el Callejón Diagon o incluso en el mundo Muggle. Albus sabía que no podían perder mucho tiempo, ya que algunos Aurores solían rondar por ahí cuando creían que el Director no lo haría y como ellos habían recibido la orden de no involucrarse en el tema, debían ser rápidos. Todos habían hecho avances en sus propias teorías sobre lo que pudo haber pasado esa noche, aunque ninguno estaba seguro por dónde empezar para decir dónde podía estar. Ni siquiera tenían un indicio sobre el paradero de Quirrell desde hacía casi tres años.

Y esa fue la primera teoría que lanzó Filius: que Quirrell se había llevado a Pettigrew. Al principio les costó creerlo, ya que ¿por qué querría salvarlo de la cárcel si todos sabían que alguien como Pettigrew no era competente como mago? Pero Flitwick les recordó a Severus y Minerva lo que Quinirus le dijo a Harry en su Primer Año, cuando casi intenta usar la maldición Imperius para llevarlo al tercer piso. Él también había hablado de «su maestro» y lo hizo con el mismo fanatismo enfermo que Peter cuando lo atraparon, ambos dijeron que le debían la vida por haberlos aceptado cuando todo el mundo les dio la espalda. Y ambos también sentían gran odio por aquellos que, a ojos de ellos, traicionaron al Señor Oscuro cuando él les dio todo. Si el Innombrable había seguido hablando con Quirrell a través de sus sueños, cabía la posibilidad de que le haya ordenado llevarse a Peter.

Dumbledore dijo que no era improbable que Quirrell se hubiese llevado a Peter, pero sí era improbable que estuviese solo, ya que aquella vez también mencionó que quería la Piedra Filosofal para poder tener vida eterna y completar el legado del Señor Oscuro, creyendo que así los Mortífagos lo respetarían como al difunto Mago Tenebroso. Tenía sentido, pero Fudge no había dado aviso de que faltasen Mortífagos por atrapar. Y si lo hizo, jamás mencionó sus nombres y sólo lo dijo como si se tratase de cazar ratones, como si fuese una tarea menor.

-Sólo una parte del Ministerio sabe toda la verdad-exclamó Sprout-, y si se enteran que nos estamos involucrando, tendremos problemas.

-Además, Fudge habló conmigo y Albus y dijo que si las cosas llegan a ponerse «extrañas» enviará a alguien para que vigile a los alumnos. Y a nosotros-agregó Minerva, bufando.

-Hace casi tres años dijo que no había sido nada grave, sólo un caso de un profesor desquiciado-les recordó Severus, rodando los ojos con fastidio-. ¿Ahora resulta que se preocupa?

Todos bufaron o hicieron sonidos de molestia. Era casi increíble que una sola persona pudiese acabar con la paciencia de los cinco tan rápido.

-Sabemos que no es por las razones que todo el mundo esperaría que se preocupa-habló nuevamente Dumbledore-. Pero no debemos dejar que crea, o sepa, que sospechamos tanto. En su lugar, debemos seguir actuando con cuidado y no dejar que ni él ni los Aurores sepan algo.

-Director, ¿cómo podemos seguir adelante con esto?-preguntó Filius-. Estamos de acuerdo en que la seguridad de los alumnos es lo primero, pero con lo ocurrido recientemente y teniendo en cuenta que hay, hasta donde sabemos, dos locos sueltos por ahí, creo que deberíamos vigilar también nuestras espaldas. Después de todo, Quirrell nos odia y Peter busca la grandeza mediante el medio que sea, así que no debemos descartar que también pueden llegar muy lejos con nosotros.

-En ningún momento lo hemos dudado-aseguró Albus, juntando sus manos-. Evidentemente, lo primordial serán los alumnos, pero tampoco olvidemos nuestras propias vidas. No estamos seguros de qué puede ocurrir mañana y si olvidamos eso, podemos no contarlo.

- ¿Cómo seguiremos entonces?-preguntó Sprout.

-Es probable que debamos seguir con un perfil bajo. Dado que este año vendrán las otras escuelas, será lo mejor hasta fin de año.

-Oh, ¿ya avisaron que llegarán?-preguntó Minerva. Lo había olvidado por completo.

-Así es, querida. Y dudo que les agrade llegar y ver que hay problemas legales.

-Aunque no olvidemos que las noticias vuelan en nuestro mundo, así que tampoco debemos descartar que se hayan enterado ya-dijo Severus, cruzándose de brazos-. En ese caso, ni siquiera deberíamos mencionarlo.

-Estoy de acuerdo-convino Minerva.

-Muy bien. Pomona, ¿hablaste con Hagrid?-preguntó entonces Dumbledore.

-Sí, pero dijo lo mismo que algunos fantasmas: No fue capaz de ver nada mientras caminaba por los pasillos ni los patios. Dijo que todo parecía muy tranquilo.

- ¿Creen que hubiese sido visible antes de entrar al castillo?-soltó Flitwick, pensativo.

-Sí lo fue-confirmó Snape antes que nadie-. En pleno vuelo, los Mortífagos parecen mezclarse con humo negro y aunque oscura, se ve una luz característica. Habría sido imposible no verlo si se alzaba la cabeza.

-Entonces alguien debió verlo-insistió McGonagall-. Poppy sólo dijo que vio un destello desde la Enfermería, pero no fue capaz de distinguir nada y los Prefectos aseguran que sintieron algo extraño, pero no supieron describir qué fue.

-Porque quizás no era tan obvio como pensamos-acotó Severus. Todos se miraron y luego a él-. A lo mejor era lo que esperaban que creyéramos. De ser así, apuntamos a la persona equivocada y nos descuidamos, pero si no es así, debemos estar listos para cualquier cosa.

-Tienes razón, mi muchacho-reconoció Albus-. En estos tiempos, dudar puede impedir que actuemos bien y correctamente. No debemos dejar que la incertidumbre nos gane. De lo contrario, no será sólo nuestra integridad la que se verá afectada.

Todos asintieron y se prepararon para irse. Ya tenían bases bastante buenas. Ahora quedaba poder mantenerlas y que no hubiese contratiempos demasiado importantes. Filius y Pomona salieron primero, asegurándose de que no hubiese nadie aún. Atravesaron el Flu y los otros se permitieron respirar tranquilamente. Aún no pasaba nada que pudiese comprometerlos en sus trabajos y esperaban que siguiera así.

Cuando Severus se puso de pie, listo para irse, Dumbledore lo detuvo y McGonagall desvió la mirada. Parecía preocupada.

-Severus, mi muchacho-comenzó con afecto-, ¿cómo has estado esta semana? Supimos que fuiste a la casa de Sirius para ver a Harry y que te quedaste ahí durante la tarde.

- ¿Él o Lupin les dijo algo?-preguntó con hastío-. Sí, lo hice. No fue tan desagradable, ¿saben? Hasta hablé con el padre de Luna Lovegood como una persona civilizada y sin decirle nada de su hija e incluso hablé con Andrómeda Tonks y su hija.

Minerva suspiró, aliviada de que las palabras de Lupin sobre que nada había explotado eran ciertas. Si tenían en cuenta que había estado bajo el mismo techo que Sirius Black, era un gran avance.

- ¿Cómo estás tú?-volvió a preguntar Minerva.

-Estoy bien-aseguró Severus con una mirada cansada. No le gustaba que le preguntaran eso, porque quería decir que seguían preocupados, y no era justo para ellos-. En unos días más Harry se quedará conmigo un mes entero y estoy tranquilo sobre eso.

Los ancianos se miraron. No les gustaba que las palabras de Severus escondiesen algo parecido a la dependencia.

-Sabes que eso no es lo que nos preocupa-aseguró Minerva con serenidad-. ¿Cómo estás con... tu hábito?

La mirada de Snape se oscureció.

-Bien. Todo está perfecto-aseguró casi entre dientes-. Antes de que lo digan, no quiero ayuda de ningún tipo. Estoy bien solo. Mejor sigamos pensando en encontrar a Pettigrew junto con Quirrell.

Acto seguido, se dirigió al Flu y lo atravesó tras decir su destino. Los ancianos suspiraron. Ese muchacho era más terco que los adolescentes.

Sin embargo, no era sólo eso lo que les preocupaba: un mes antes, cuando estaban conversando del asunto, Sprout le preguntó a Severus si tenía algo en mente y él contestó que no, que únicamente pensaba en no ser él quien los encontrase antes que los demás.

- ¿Por qué no querrías encontrarlos tú solo?-preguntó Filius.

-Porque yo los mataría-contestó sin dudar, con claro rencor en su voz.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Antes de que tanto Severus como Sirius pudiesen darse cuenta, ya había llegado el día de la «mudanza». Casi no podían hacerse la idea, aunque por motivos totalmente diferentes. Sirius se opuso sutilmente a que Harry se fuese, diciéndole que quizás era muy pronto para que viviera con Snape e incluso intentó convencerlo de que, a lo mejor, no podría tener tanto tiempo de ver a sus amigos teniendo en cuenta el trabajo de Severus, incluso si ahora mismo no estaban trabajando. El moreno fue muy paciente y le dijo que estaba tranquilo y que estar con su profesor durante todo un mes estaría bien para él. Obviamente, eso no le gustó a su padrino, pero se forzó a sonreír y le palmeó el hombro a Harry, quien decidió terminar de guardar sus cosas en su baúl. No tenía muchas cosas, así que el baúl era perfecto. Hedwig parecía curiosa por la mudanza. Ella parecía tenerle estima al «hombre oscuro», como Sirius recordaba que lo llamaba. Eso resultaba todavía más molesto para el Animago. ¿Qué rayos tenía ese tipo?

Por su lado, Harry estaba intentando ocultar su emoción. Había esperado mucho por ese día. Claro, le dio gusto conocer a su padrino y poder estar lejos de los Dursley durante todo ese tiempo, pero desde que supo que ya no viviría con ellos, se había hecho la idea de que viviría con su profesor desde el momento en que preguntó si era posible y el propio Fudge dijo que sí, alegando que sólo pensaba en su bienestar. Incluso si no era verdad, a Harry no le importaría si podía vivir con Snape. Además, el hombre de negro ya le había dicho que sus amigos podrían seguir visitándolo y saliendo cuando quisieran. Se dijo que su padrino podía estar celoso y no todo recaía en el hecho de que no eran capaces de verse las caras por dos minutos sin hablarse y mirarse mal. Lo único que le preocupaba un poco era qué podía suceder durante las semanas que su padrino fuese a verlo. Seguramente habría la misma tensión que cuando su profesor iba a verlo. De eso no quedaba duda.

Al menos, Lupin había actuado de forma mucha más sensata y hasta se mostró genuinamente feliz, cosa que le chocó muchísimo a Sirius, quien parecía estar a punto de gritarle al licántropo. Harry ya no se preocupaba tanto sobre lo que su padrino podía pensar de Snape. Sí, le molestaba cada vez que tiraba basura contra él, pero había entendido rápidamente que no valía la pena discutirle. Sirius también había pasado por mucho, así que no encontró justo reclamarle.

Seguía teniendo curiosidad por saber cómo sería vivir con su profesor. En casa de Sirius, eran visitados casi todos los días, así que Harry lo encontró como vivir con una familia considerable. En el caso de Snape, sabía que casi nunca recibía a nadie si no era por cuestiones de trabajo o cuando el señor Malfoy lo visitaba, pero ahora que estaban algo distanciados, Harry se preguntó si alguien más lo había estado viendo. Eso lo entristeció un poco. Siempre había escuchado a la mayoría de alumnos decir que Snape debía ser la única persona en Hogwarts sin amigos (ya que para todos la relación con los Malfoy caía exclusivamente en el interés) ni familia y si al final se le confirmaba, sería deprimente.

Sacudió la cabeza y terminó de prepararse. Su profesor no tardaba en llegar.

En la sala, mientras esperaban que Severus atravesara el Flu, Sirius lo miró con cierta ansiedad y dijo:

-Harry, si llega a pasar cualquier cosa, no dudes en cruzar el Flu directamente aquí. Lo dejaré activado siempre.

-Lo tendré en cuenta-asintió el joven, sonriendo levemente, aunque con cierta incomodidad.

-Bien. Yo iré a verte la próxima semana. Podemos ir a donde tú quieras-insistió el de pelo largo, juntando las manos y apretándolas, claramente ansioso ahora.

Harry sólo asintió y esperó las próximas palabras, pero esta vez, fueron de Remus.

-Muy bien, Harry, Severus ya no debe tardar. ¿Tienes todo?

-Sí, señor Lupin. Y Hedwig también está lista, ¿verdad?-le preguntó a su lechuza, que se sacudió un poco a modo de confirmación. Su jaula estaba encima del baúl y la lechuza se mantenía con el pecho casi inflado y la mirada en alto.

Sirius había pensado que podría preguntarle la próxima semana a su ahijado si había notado algo «extraño» en Snape, fuese un olor particular o algún aspecto que le llamase la atención. Remus lo había convencido de que no hablase con Fudge y que esperase para saber si realmente era lo que habían creído, ya que sería él quien tendría problemas si decía que Severus tenía un problema con el alcohol sin fundamentos ni pruebas. Sabía que no pasaría mucho hasta que su amigo intentase algo tonto, así que esperaba que el hombre de negro actuase pronto.

El rugido del Flu los hizo girar rápidamente la cabeza y apreciaron cómo Snape salió majestuosamente de las llamas. Cuando esos profundos ojos negros se encontraron con los azules de Sirius, la tensión se volvió palpable rápidamente. Sin embargo, ninguno se dijo nada. Harry abrazó a su profesor y le dijo que ya tenía todo listo. Severus sonrió con cierta satisfacción y encogió el baúl de Harry para guardarlo en su bolsillo. El joven sonrió fascinado a ese hechizo y Sirius sintió esa familiar punzada de celos. Remus sólo se aclaró la garganta y saludó a Severus, quien le devolvió el saludo de forma menos seca que de costumbre; ya era algo.

No tardaron demasiado en irse. Harry le dio un abrazo rápido a su padrino y se despidió cortésmente de Remus, quien hizo un gesto con la cabeza hacia él. El joven fue el primero en atravesar las llamas para llegar a la casa de Snape. Antes de que el hombre de negro pudiese hacer lo mismo, Sirius dijo de forma gélida:

-Esto no quedará así, Snape. No me dejaré vencer.

Severus se volteó para mirarlo con el ceño fruncido y dijo de la misma forma que él:

- ¿Por qué hablas de tu ahijado como si fuese un trofeo?

Sirius no le respondió, pero su mirada se tornó tan oscura como la de Severus. Ya cansado de esas actitudes, Remus le pidió a Severus que se fuera. El profesor de Pociones asintió y se marchó, no sin antes lanzarle una mirada cargada de odio a Black. Cuando él se fue, Sirius se alejó gruñendo por el pasillo, dándole en una ocasión un golpe a una pared y rompiendo el tapizado.

Al llegar a su casa, relajó sus hombros. Bueno, ya había pasado la primera parte mala. La segunda sería cuando Black fuese a buscar a Harry. Sólo esperaba que no se atreviera a usar el Flu, aunque una parte de él estaba convencido de que Fudge no le había mencionado nada de eso. Merlín, cómo lo odiaba.

Harry no estaba en la sala, por lo que asumió que debía estar en el cuarto de invitados. Subió las escaleras y, justamente, estaba en medio del mismo, contemplando que había cambiado un poco desde la navidad, cuando él se quedó a dormir allí mismo. Severus no había cambiado excesivamente la habitación, pero se había asegurado de que luciera más iluminada, cosa que consiguió cambiando el tapiz de la pared, dejándolo de un color que no llegaba a blanco, porque no alcanzaba a ser tan cegador. Casi llegaba a beige muy claro. La cama estaba en el centro, pegada a la pared, de costado a la puerta y con la mesita de noche del lado izquierdo. Había un ropero de dos puertas y cuatro cajones pequeños en la parte de abajo al otro lado de la habitación. La única ventana estaba en la pared frente a la puerta, a una distancia considerable hacia la derecha. Un pequeño espacio, casi como si fuese un pequeño balcón pero de la parte de adentro, la adornaba. Dado el tamaño de la ventana, al menos dos personas podían sentarse ahí para mirar hacia afuera. Aunque no era demasiado, Harry parecía encantado.

Severus esbozó una sonrisa y sacó el baúl para agrandarlo nuevamente.

-Gracias, señor-exclamó Harry, casi inclinándose un poco hacia delante. Pareció hacerlo de forma mecánica, cosa que llamó bastante la atención de Severus, ya que nunca vio que hiciera eso con los Dursley. ¿Sería algo que hacía porque sí?

-Me gusta mucho este cuarto-agregó el joven, sonriendo ampliamente a su nueva habitación. No estaba tan decorado o amueblado como el que estaba en la casa de Sirius, pero le daba completamente igual eso. El simple hecho de que se hubiese molestado en hacerle algunos cambios para que estuviese cómodo era más que suficiente para él.

-Me alegra que así sea-contestó Snape, dejando el baúl cerca del ropero-. Puedes guardar tus cosas ahora. Draco y Narcissa van a venir en un rato, así que este primer día tendremos visitas.

- ¡Es genial!-exclamó Harry, más feliz-. Oh, casi lo olvido. ¿Puedo dejar abierta la jaula de Hedwig? Suele ponerse ansiosa si está mucho tiempo encerrada.

Severus miró a la lechuza, que casi le estaba lanzando una mirada suplicante. Pobre, cómo habrán quedado sus alas en la casa de los Dursley, pensó con simpatía Severus. Si bien Harry la dejaba salir en la noche para que estirara las alas, siempre estaba encerrada durante el día y eran muchas horas hasta que llegaba la noche y eso si Vernom no se la pasaba entrando en el cuarto de su sobrino para asegurarse de que todo estuviese «normal».

-Claro que sí. Y puedes enviarles cartas a tus amigos cuando quieras-aseguró Snape-. Sólo ten cuidado. En esta zona algunos se ponen... nerviosos con las lechuzas.

- ¿En serio?-preguntó Harry, arqueando las cejas.

-Sí. Al parecer les molestan los chirridos que ellas sueltan. No diré que han usado maldiciones, pero algunas ya han sufrido recibir agua helada o incluso comida que las puso enfermas.

-Qué horrible-espetó Harry mientras Hedwig se posaba en su brazo una vez que abrió la jaula-. De todas formas, ella es muy lista, no confía en cualquier persona. Lo comprobamos en mi tercer año, ¿no, Hedwig?

La lechuza ululó con cierto orgullo y luego mordisqueó afectuosamente la oreja de su dueño, haciéndolo reír suavemente y ladear un poco la cabeza. Severus no pudo esconder una sonrisa cuando vio lo unidos que eran ellos dos. Nunca había visto que un familiar fuese tan afectuoso con su dueño. Por lo que había visto desde que Harry obtuvo a Hedwig, ella era muy protectora con él y siempre quería animarlo cuando lo notaba triste.

El hombre de negro se fue para dejar que Harry se instalara. El adolescente dejó a Hedwig encima de su jaula y comenzó a guardar sus cosas en el ropero mientras sonreía levemente. Aún no asimilada que estaría todo ese mes viviendo con su profesor. Pensaba en cómo reaccionarían sus amigos cuando les escribiera para contarles. Claro que ya sabían que pasaría, pero el pensar que podían equivocarse e irse directamente a la casa de Sirius lo hizo reír suavemente. Bueno, Draco lo sabría en cuanto llegara, así que él quedaba descartado. Pensó en el señor Malfoy y casi suspiró. Le habría gustado agradecerle por haber ayudado a su profesor, pero por lo que Draco le había contado, él y su madre aún no habían podido hablar del tema con Lucius Malfoy. De hecho, el rubio le contó que había discutido con su padre hacía varios días y no habían vuelto a hablar desde entonces.

Eso le causó cierta tristeza.

Cuando estuvo por acabar, Severus volvió a entrar al cuarto.

- ¿Señor?-preguntó despacio ante lo rápido que entró.

-Lo siento, estoy un poco acelerado-admitió-. Debo salir un momento. Sólo serán unos minutos, ¿de acuerdo?

-Hmm... Sí, está bien-asintió el joven, sin entender por qué tanto problema por eso. ¿Habría pasado algo?

-Narcissa y Draco llegarán por el Flu. Si preguntan, diles que vuelvo en diez minutos, por favor.

-Sí, señor. ¿Pasó algo?-preguntó, sin poder contener su curiosidad.

-No. Sólo debo conseguir unas cosas-contestó, casi sin mirar sus ojos-. Si quieres algo de comer o lo que sea, puedes pedírselo a Dobby y Tara. Sólo llámalos.

-Entiendo.

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Lucius Malfoy estaba sentado en la barra de un bar cercano a la casa de Severus. Hacía al menos quince minutos que había llegado, cuando su... compañero le escribió para contarle que Harry iría ese mismo día a su casa para quedarse durante todo el mes. Pero además de eso, quería verlo porque, tan sincero como era siempre, le recordó que tenían una cosa pendiente. Lucius no entendía por qué quería que formara parte de ello. A Severus siempre se le había dado bien trabajar solo y jamás pedía ayuda si no era por algo tan importante, como ya había pasado años atrás. El patriarca lo conocía mejor que nadie y sabía que debía haber una buena razón para pedirle un favor. Sin embargo, dado que se habían distanciado considerablemente, no dudaría en preguntarle.

Exhaló suavemente y se bebió un segundo vaso de vodka. Jamás bebía nada que no fuese whisky, cerveza o vino y podía llegar a tolerar cosas como el ron o el brandy, pero con el vodka jamás pasaba más de medio vaso. Sin embargo, en ese momento lo necesitaba para poder hacer frente a la situación. Un compañero del Ministerio le preguntó si se sentía bien, porque casi siempre lo veía frecuentar a los bares. Bastó una sola mirada del patriarca para que lo dejara en paz. Sí, había estado bebiendo bastante, pero a diferencia de Severus, él tenía mucho más control.

Merlín, cómo extrañaba a su esposa e hijo y a su mejor amigo. No recordaba haberse sentido tan miserable antes. Él era muy orgulloso como para decirlo, pero hasta había considerado escribirle a Narcissa para decirle que el tema de Bellatrix ya no pasaba por su cabeza, sólo quería que ella y Draco volviesen a la Mansión. Al pensar en su hijo y en las palabras que soltó la noche que discutieron, no se sintió enojado, sino más bien, triste. Quizás había tenido razón. Después de todo, sus padres no parecían amarlo de otra forma que no fuese por una tradición que él seguía calificando como nefasta. Y en su época de estudiante, sólo había conocido personas interesadas. Narcissa y Severus realmente le habían mostrado lo que era la gente sincera. Y ni hablar de cuando su hijo nació. Él casi nunca se emocionaba, pero en el momento en que tuvo en brazos a su bebé recién nacido, simplemente no pudo reprimir sus emociones demasiado tiempo. Se había prometido ser un mejor padre de lo que fueron los suyos.

De repente, sintió que había fracasado en eso. Nunca se atrevió a pegarle a su hijo ni a menospreciar a su esposa como su padre lo había hecho con la suya, mas ahora mismo sintió que los había abandonado.

Puso ambos brazos sobre la barra y dejó caer la cabeza sobre los mismos, sintiéndose agotado de golpe. El trabajo en el Ministerio estaba cada vez más pesado y sus horas de sueño habían disminuido de golpe, apenas podía dormir tres o cuatro horas antes de ir a trabajar. El café ya ni siquiera le hacía efecto y pasaba completamente de usar pociones.

En eso, sintió una presencia sentarse a su lado.

- ¿Día difícil?

Lucius levantó la cabeza y miró a Severus, quien ya se había pedido un whisky de fuego. A diferente de las otras veces, Lucius no evitó mirar con decepción al hombre negro. Sacudió la cabeza mirando hacia el frente y contestó:

-He tenido mejores. ¿Y tú?

-Supongo que ha mejorado.

Lucius asintió y se terminó lo que le quedaba de vodka. Miró a Severus y vio el preciso momento en que se bebía todo el vaso de whisky.

-Severus, será incómodo para ambos si sólo nos sentamos aquí y esperamos a que el otro hable, así que mejor dime por qué pediste verme. Harry ya está contigo, ¿qué tiene que ver conmigo?

El hombre de negro suspiró con cierta exasperación, pero no precisamente por las palabras del rubio.

-Sé que no tengo el derecho de pedirte nada. Ahora mismo, sólo necesito que me detengas si voy muy lejos.

- ¿Ahora o cuando me hables del favor?-cuestionó Lucius.

-En ambas ocasiones-contestó Severus-. Necesito que me acompañes a la casa de Dursley antes de que comiencen las clases.

- ¿Qué?-soltó Lucius, arqueando sus perfectas cejas.

-Recuperé las ganas de hacerlos pagar por lo que hicieron-contestó Severus, sin mucha expresión en el rostro-. Necesito que me acompañes para que seas un anfitrión y que actúes como testigo si te preguntan si estuve contigo. Dudo que se enteren ahora que el niño ya no está en esa casa, pero... Uno nunca sabe.

Lucius lo consideró un momento. Claro que desde el primer momento tuvo ganas de ver a Severus desquitarse con los Dursley. Y de hecho, aún tenía esas ganas. Pero no sabía si sería lo más sensato ahora que estaban en medio de un proceso por la custodia de un menor de edad. Como él dijo, quizás ni siquiera se enteraban, pero con Fudge, uno jamás sabía lo que podía pasar.

-No lo sé, Severus. No lo veo muy sensato ahora mismo-admitió entonces-. ¿Por qué quieres que te acompañe?-preguntó finalmente.

-Porque si voy solo sé que los acabaré matando-respondió sin dudarlo ni un segundo-. Dije lo mismo cuando hablamos con los demás profesores de Quirrell y Pettigrew: si los encuentro yo solo, los mataré.

- ¿Y quieres que vaya contigo para detenerte si se te va la mano?

-Si es necesario, sí. - Miró los ojos grises del patriarca y dijo de forma sedosa-: Hazme este último favor. Luego, si así lo quieres, saldré de tu vida.

-Jamás te pedí eso. - Dejó escapar una exclamación de resignación y concluyó-: Bien, lo haré. Después de eso, veremos lo otro.

-Con eso me conformo-dijo Severus, poniéndose de pie-. Te dejo en paz.

Cuando se alejó unos pasos, el llamado de Lucius lo detuvo de golpe.

-Severus... ¿Cómo están Narcissa y Draco?

Snape se giró y se dio cuenta de que los ojos de Lucius sólo mostraban tristeza y, a la vez, afecto. Hablar de su familia no dejaría de ser duro de un momento a otro, más si se había peleado con su hijo.

-Físicamente, bien. Pero siguen tristes también-confirmó-. Deberías intentar hablar con ellos y no esperar a que las cosas se calmen solas, porque si realmente es lo que están esperando, no pasará.

- ¿Qué debería decirles?

-Lo que sientes.

Con esas últimas palabras, Severus abandonó el bar, dejando al rubio con muchas dudas en su cabeza.

Continue Reading

You'll Also Like

389K 31.7K 25
ੈ✩‧ IRONDAD. May sufre un accidente y Peter queda al cuidado de Tony, ¿qué pasará? ; Los créditos a la historia en su idioma original son para el pe...
72.4K 8K 30
La Mejor Venganza: La Era Del Basilisco/ Autor original: Arsinoe De Blassenville / Traductor: Fadamaja ~Disclaimer: Los personajes son propiedad y au...
7.8M 468K 96
Esta es la historia de Katsuki Bakugou y _____. Dos adolecentes con una misma meta, ser héroes profesionales, pero también un mismo sentimiento. ¿Qué...
622K 67.5K 35
Voldemort asiste a Hogwarts camuflado bajo la apariencia de un joven llamado Matt Dirled. Intentará acercarse a Harry Potter y sus amigos para recopi...