3. Capitulo 10

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Tal y como había dicho, Lupin optó por dar la clase del día siguiente sobre los Patronus y por qué era tan importante que los jóvenes supiesen ese hechizo. La noticia fue tomada con gran entusiasmo y euforia por parte de los alumnos, quienes no dejaron de hablar de eso durante toda la semana y hasta que llegó la clase en la que pondrían en práctica el hechizo. Aún así, Remus habló con Severus la noche anterior durante la cena y dijo que no dejaría aún que los estudiantes lo probaran con el Dementor de prueba, ya que no quería arriesgarse a tener un montón de alumnos desmayados o hasta shockeados. Severus había rodado los ojos (ya como una costumbre) y le deseó suerte para su próxima clase.

Aún así, los agudos oídos de Remus habían oído algunas conversaciones de los demás profesores y éstos creían que se trataba del miedo de que Sirius Black atacara a alguien. Parecían más preocupados por eso que por los Dementores en sí. Pero él tampoco podía decir demasiado. Sin embargo, eso le estaba empezando a preocupar menos. Sirius seguía en sus habitaciones transformado en lobo y seguramente, en ese momento, estaba arriba del sofá o corriendo por cada rincón para no aburrirse o quizás se había escapado mediante esa forma para cazar algo. Su amigo sin lugar a dudas encontraría una forma para no morirse de aburrimiento.

Pero al pensarlo nuevamente, se preocupó. Había posibilidades de que fuese reconocido y entregado. Por un momento, se cuestionó el haberlo dejado solo, diciéndole que podía hacer cualquier cosa. Esa frase realmente traía consecuencias incluso para los adultos a veces, y Canuto no era precisamente la imagen de un adulto «hecho y derecho». Más allá del tiempo que había pasado en Azkaban, no era de tener actitudes muy maduras, así que decirle «haz lo que quieras» podría traer serias consecuencias.

Pero cuando lo pensó de nuevo, se dijo que su amigo no sería tonto como para dejarse atrapar y menos en su forma animal. Conocía los escondites del castillo y el que estaba debajo del Sauce Boxeador. Estaría seguro.

Ahora mismo, mientras estaba en su salón terminando de preparar todo para el día siguiente, se preguntó si realmente había tomado la decisión correcta. Sabía que los alumnos debían saber cómo defenderse de otras cosas y no bajar la guardia sólo porque Lord Voldemort ya estaba muerto. Ya no podía echarse para atrás y decirles a los estudiantes que iba a cancelar esa enseñanza. Además, sabía que Snape estaba en lo cierto al decir que todos debían saber lo mismo en cuanto a lo defensivo. De no ser así, no serían capaces de proteger ni a sus seres queridos ni a ellos mismos.

Hablando del Rey de Roma... Severus entró inesperadamente a su salón y por su sola expresión, Remus supo que no debía estar de muy buen humor. «Peor que de costumbre» sonaba mejor.

—Severus. Qué inesperado.

—Ni lo digas—bufó el moreno—. Escucha. No voy a darle vueltas al asunto, así que ponme atención.

—Está bien—asintió Remus, arqueando ambas cejas casi hasta la línea de su pelo.

—Harry será removido de la casa de sus familiares—reveló Severus, cortó y directo.

Remus quedó boquiabierto ante esas palabras.

— ¿Lo quitarán al final?

— ¿Qué acabo de decir?—espetó Snape—. Tras lo ocurrido con su horrible tía, los Dursley dijeron que no quieren saber nada de él. Debido a ello, accedieron a renunciar a su custodia con tal de no volver a verlo. Creo que ni las pensiones pueden con un odio tan irracional como el que ellos tienen.

Lupin asintió lentamente, aún sorprendido por la noticia, y exhaló con tranquilidad, dándose cuenta de que había estado reteniendo el aire casi desde que Severus entró de forma imponente a su salón.

Siempre contigoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt