Capitulo 7

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Ese mismo día, a todas las Casas juntas (salvo a algunas personas) les quedó un mismo pensamiento: Gilderoy Lockhart como profesor era un completo bueno para nada que solamente sabía hablar de él mismo y adularse sin parar. El examen diagnostico que les dio sólo tenía preguntas de su vida, algo que para quienes habían leído sus libros (como Hermione y Susan Bones), fue como resolver un examen de suma y resta. Pero para muchos otros, fue realmente un juego de adivinanzas. Ron fue uno de los pocos que dejó más de la mitad de las preguntas sin responder, ya que sabía algunas cosas por su madre y hermana, pero nada más. Harry recordaba haber leído algunas respuestas en el libro que le había comprado el profesor Snape. Después, Neville, Luna y Draco no estaban enterados de casi nada; Lucius Malfoy siempre demostró claro desprecio por el escritor, así que obviamente jamás tendrían algo en la mansión que fuese de él o que lo representara. Y la abuela de Neville tampoco lo aprobaba, así que ahí estaba también.

Por lo menos, al final de la clase hizo algo que no fuese hablar de él: les comentó que un «asistente» estaría con él durante las clases del año y que llegaría en la siguiente clase. La mitad de los alumnos suspiraron de alivio y otros (chicas, en su mayoría) se desanimaron un poco. Sin embargo, él no pareció muy triste por saber que, probablemente, sería reemplazado. De hecho, Harry aseguró haberlo visto aliviado. Ron, por su lado, sólo agradeció que alguien más fuese a ocupar ese puesto de profesor, porque seguramente cualquier otra persona sería muchísimo más competente que Lockhart, que ni siquiera podía controlar a pequeños duendecillos de Cornualles y el pobre Neville fue quien pagó el precio. Afortunadamente, Luna y Hermione lanzaron un hechizo Inmobilus para que dejaran de romper las cosas del aula.

Justamente, ese primer día, casi todos tuvieron esa mala impresión de Gilderoy, aunque parte del alumnado femenino lo excusaron diciendo que sólo estaba nervioso por su primer día. Luna era bastante indiferente hacia él, así que evitaba tocar el tema, aunque comentaba de vez en cuando si sus amigos lo hacían.

Por otro lado, ningún profesor lo aguantaba realmente. Cuando desayunaban, almorzaban o cenaban, todo siempre giraba en torno a él y casi nunca escuchaba si alguien más hablaba, ya sea por estar pensando en sus cosas o por estar comiendo y alardeando de que la comida de los elfos se acercaba bastante a las exquisiteces que lo invitaban a comer otros aventureros y escritores. Como era de esperar, Snape era el único que no se privaba de soltar ácidos comentarios y preguntas que lo descolocaban bastante. Minerva solía reírse despacio cuando notaba que Lockhart claramente no sabía qué responderle a Severus, entonces ella lo miraba de forma entre divertida y orgullosa.

Evidentemente, Albus parecía estar reconsiderando su decisión de haber tomado a Lockhart como profesor, más que nada porque él había esperado que los estudiantes pudiesen adaptarse a tener a alguien supuestamente experimentado en la materia, porque claramente no vio antes lo que todos los demás veían actualmente en Lockhart.

Por lo menos, su llegada hizo que las Casas se unieran en el pensamiento de que era una persona insufrible. Y como era de esperar, Harry se estaba llevando la peor parte, ya que el idiota siempre estaba detrás de él para conversar sobre diferentes hechos, en los cuales, se encontraba el enfrentamiento que había tenido con Quirrell el año pasado. Por mucho que Harry insistiera en sus amigos y los profesores lo habían ayudado enormemente y luego negara querer seguir hablando del tema, Lockhart lo ignoraba y lo seguía mientras le hacía preguntas. Algunas veces, Ron y Draco se aseguraban de que lo dejara en paz y Neville le decía que debía ser más directo, ya que ser educado y respetuoso no le estaba sirviendo demasiado.

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El mismo día en que Gilderoy dio su primera clase, cerca ya de las once de la noche, Severus había hecho su recorrido por los cuartos de Slytherin para estar seguro de que sus serpientes estuviesen en sus respectivas camas y que los prefectos no anduviesen por ahí haciendo «otras cosas» como ya había pasado en sus días como estudiante y cuando comprobó que nadie estaba fuera de la cama, se permitió calmar sus emociones levemente y regresó a sus mazmorras para acostarse de una buena vez, deseando, ansioso, que la próxima clase de Lockhart no llegara, puesto que con ella, también lo haría Remus Lupin. Y si era así, sabía que el hombre lobo intentaría que hablaran, pero no se sentía nada listo para verle la cara y tener una conversación civilizada él. Además de eso, también le preocupaba un poco que le dijera a Harry de sus días en Hogwarts, porque estaba convencido de que tiraría basura en su contra.

Siempre contigoWhere stories live. Discover now