Capitulo 19

2.5K 306 47
                                    

El día de irse por fin llegó y los niños se encontraban en la estación.

Harry estaba un poco inquieto. No se había podido despedir del profesor Snape, ya que el tiempo no le había sobrado, así que tuvo que irse con los demás rápidamente. Como el año pasado, Hagrid los fue a despedir y le dijo que esperaba poder impresionar a los alumnos como profesor el próximo año. El niño sonrió y le contestó que estaba convencido de ello.

Cuando subieron al tren, fue justo como el año pasado, aunque ahora se les sumaban Ginny y Neville. Los gemelos se habían ido a buscar a Percy y de paso, a comprar algunos dulces. El viaje estaba entre risas y bromas que los niños se hacían para matar el rato. Algunos alumnos que pasaban los veían y fruncían el ceño hacia ellos como si fuesen extraños sólo por divertirse y hablar un poco fuerte. Por fortuna, sólo los miraban un momento y luego seguían su camino, murmurando por lo bajo.

Habían comprado algunos dulces e iban comiendo mientras seguían preguntándose qué les esperaría el próximo año. Luna dijo que lo único que esperaba era que el Ministerio no intentase hacer «algo malo», puesto que tenían muchos secretos que ni los magos más viejos sabían y que podían poner al acecho en cualquier momento. Los demás sonrieron incómodamente, aunque tampoco le cuestionaron sus palabras. Hermione dijo que, por una vez, esperaba un año normal donde pudiesen hacer sus exámenes sin interrupciones. Draco rió burlonamente y dijo que ella debía ser la única en Hogwarts que podía desanimarse por eso.

Neville iba mucho más relajado, diciendo que no podía esperar para contar lo que había pasado ese año. Estaba seguro de que su abuela primero se molestaría porque nadie le había escrito nada, pero también se decía que podía llegar a sentirse algo orgullosa de que él también hubiese ayudado a descubrir un misterio tan grande como ése.

Hermione sacudió la cabeza luego del comentario de Draco y volvió a poner la atención en su libro, el cual, extrañamente, era uno de Lockhart. Ella dijo que, aunque resultó ser un farsante, no podía negar que algunos libros eran interesantes. Se había cubierto las piernas con su propio abrigo, ya que el expreso se encontraba más frío de lo que podía recordar y su piel se había erizado por eso mismo. Al igual que ella, Luna iba leyendo una revista de pociones y por una vez, lo hacía de forma normal, aunque dijo que quería leerla toda antes de hacerlo de nuevo con la revista al revés para comprobar si tenía algún hechizo nuevo.

Neville y Draco se habían puesto a jugar cartas como podían y Harry, Ron y Ginny tomaban turnos para jugar ajedrez, recibiendo algunas miradas reprobatorias de Hermione. Eso los hacía reír. Hermione había admitido que no le interesaba realmente y que por eso no había aprendido a jugar el de Muggles, así que los gemelos antes habían dicho que, habiendo visto como era el mágico, iba a tener muchas menos ganas de aprender a jugar.

Cuando los hermanos se pusieron a jugar una partida, Harry aprovechó y miró por la ventana, preguntándose qué pasaría cuando sus tíos volviesen a verlo. La tía Petunia le había dicho que no regresara de ser posible y su tío seguramente estaría furioso por volver a verle la cara. A Dudley ya ni lo contaba. La verdad sea dicha, no estaba preocupado por verlos, ya que bastaba con que sacara su varita y amenazara con hechizarlos si intentaban hacerle algo. Pero no podía negar que pensaba que se aburriría otro año hasta que llegaran las fechas de clases. Pero bueno, nada que no hubiese soportado durante años.

Después, pensó en el profesor Snape y se sintió un poco mal por no haber podido despedirse debidamente de él antes de irse. Por dentro, deseaba que pasara lo mismo que meses atrás, cuando el hombre apareció en la acera de Privet Drive sólo para sacarlo un rato mientras sus tíos tenían esa reunión con los Mason. Incluso se conformaba con quedarse sentado en el patio trasero hablando con él o con sus amigos. Cualquier cosa era mejor que estar en esa casa. Hasta la calle podía ser mejor. De todas formas, iba a seguir escribiéndose con sus amigos, aunque lamentaba no poder hacerlo con el profesor Snape. Antes había pensado en preguntarle a Draco, pero no creyó que fuese algo muy discreto de su parte. El hombre aún mostraba una faceta estricta y fría en clases y eran muy pocos los que no le temían u odiaban, así que de enterarse que se escribía con un alumno...

Siempre contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora