Ashley Clayton | Gossip Girl

4.02: Doble identidad

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El verano está terminando, y como todos saben, tanto París como el Upper East Side se vacía en agosto. Dejando atrás solo a los turistas y los soñadores lamentando el inminente regreso a la vida real.
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Las últimas 24hs habían parecido un sueño de lo irreal que se sentían. Específicamente una pesadilla.

Luego de quedarme dormida rodeada de la documentación de Chuck, tratando de conseguir aunque sea un dato que nos indicara el por qué de su misteriosa desaparición, me desperté en mi sofá a causa del sonido de mi teléfono. La responsable, Lily, me llamaba para darme finalmente un poco de noticias al respecto... pero eso no significaba que eran buenas.

Me pasé toda la mañana intentando de encontrarle algo positivo al hecho de tener información sobre el posible paradero de Charles, ¿pero cómo hacerlo cuando esa información se basa en la posible pérdida de tu mejor amigo? Lo único que quería hacer era entrar aún más en pánico y ponerme a gritar hasta que todo el Upper East Side tuviera grabado el sonido para siempre. No consideraba que hubiera algo positivo en que la policía francesa haya encontrado el cuerpo de un hombre en el rio de París, y que justamente llevara la billetera de Charles con toda sus pertenencías.

¿Lo único que hice desde entonces? Llorar dentro de mi cama.

Al menos no había comenzado a gritar. Pero estaba a un minuto más de comenzar cuando escuché pasos de alguien acercándose a mi habitación, antes de que unos golpes secos contra la puerta entreabierta resonaran.

— Hola —Oliver se asomó—. Te traje té, chocolates y The Devil Wears Prada.

Le dediqué una mirada, viéndolo sostener una bandeja con todos los elementos mencionados, sin moverse de su lugar junto a la puerta. En otro momento hubiera apreciado más su gesto y que respetara mi espacio sin entrar hasta que yo se lo permitiera, a pesar de que la puerta estaba prácticamente abierta, pero ahora no lo hice.

En su lugar, me soné la nariz para luego murmurar un simple:

— Gracias, pero realmente no estoy de humor.

Oliver me observó en silencio, dejando la bandeja sobre mi cómoda y acercándose a la cama para sentarse cerca de mí. Me moví un poco al sentirme expuesta. Es cierto que yo lo había llamado, en un impulso desesperado por encontrar un poco de consuelo, sin pensar en lo horrible que posiblemente me encontraba; pero ahora no tenía ganas de hablar o hacer nada con ninguna persona.

Aunque admito que es algo egoísta arrastrarlo a una situación que no le corresponde y luego no prestarle atención.

— No me gusta verte así, cariño —musitó suavemente—. ¿Qué puedo hacer para que te mejores?

— Conseguirme un boleto a París —susurré casi inaudible.

— Lily dijo que tu amiga Serena se encargaría —me recordó, haciéndome suspirar—, tienes que confiar en que todo resultará bien.

Eso era cierto. Lily me comentó que la policía necesitaba que un miembro de la familia reconociera el cuerpo, y teniendo en cuenta que Charles no tiene mucha familia que digamos, y que Serena es legalmente su hermana adoptiva y se encuentra justo en Paris, decidió ser ella quien lo haga.

No necesitaba que Oliver u otra persona me consiguieran un boleto, podría hacerlo yo misma aunque sea de última hora, o podría usar un jet privado, pero tengo mucho trabajo que hacer estos días, ya no estoy en la secundaria, y no puedo volar hacia otro continente por quién sabe cuánto tiempo. No es que me importe, pero...