Ashley Clayton | Gossip Girl

1.02: El almuerzo salvaje

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De seguro se preguntarán qué hace Gossip Girl tan temprano. La verdad es que no he ido a dormir. ¿Por qué perder mi valioso tiempo cuando la vida real es mucho mejor? 

¿Hay algo mejor que un domingo relajado? Leer el periódico en la cama, sorbiendo café. ¿Cocinar un huevo revuelto o dos? Sí, seguro.

Los Upper East Siders no hacemos eso. El desayuno es almuerzo. Y lleva champán, código de vestimenta y cien amigos cercanos. Y enemigos. 

El padre de Chuck, Bart Bass, y el padre de Ashley, Patrick Clayton, son anfitriones del almuerzo anual de su fundación. Todo el mundo está invitado.

Bueno, no todos...
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Me desperté temprano ese día. Chuck quería verme antes del almuerzo y rápidamente accedí. Seguía intrigada con lo que había pasado en la fiesta. Nate no me había dicho nada, estaba muy borracho como para pensar. Solamente lo acompañé a su casa y me aseguré que descansara.

— ¿A dónde vas ahora? —me preguntó mi mamá, una vez que bajé las escaleras—. Ya falta poco para el almuerzo.

— Lo sé. Voy a ir al Palace a ver a Chuck, me quedaré allí para esperar que empiece.

— Se puntual, por favor —pidió, regresando su atención a lo que sea que esta a leyendo.

Asentí, caminando a la puerta para salir. Y mientras viajaba en el auto me dediqué a leer el post de Gossip Girl, ya que era un día importante y sabía que escribió sobre mi familia. La misma historia de todos los años.

Resulta que mi padre y Bart habían sido amigos, compañeros de universidad, y ya hace unos largos años, socios. Por eso Chuck y yo nos criamos juntos y somos tan cercanos. Al estar en la industria de Bienes Raíces compartimos una vida muy similar. Los eventos, los contactos, los viajes, la ausencia... Y también los códigos internos.

Tus padres piensan que por tener dinero y criarte en una cuna de oro no necesitan formar lazos. La realidad es que no. No tengo mala relación con ellos, pero tampoco una ideal. Al igual que mi amigo. Sabemos que lo único que les interesa es mantener su imagen intacta para ejercer su poder, así que debemos cuidarnos de ser expuestos. Mientras las cosas las hagamos en privado, no existe tal amenaza.

•••

Chuck estaba en bata cuando llegué, preparando uno de sus asquerosos, pero efectivos: jugos para la resaca. Al mismo tiempo me contaba sobre el golpe de su ojo, que se lo había dado el chico que estaba con Serena anoche. Todo porque se sobrepasó con su hermana, la desconocida rubia que llamó su atención. Sinceramente, se merecía ser golpeado.

— Ese chico te hizo estallar bastante bien, ¿eh? Aprendiste la lección: nunca te metas con una mujer que no lo desea —pasé una mano por su cabello, desordenándolo.

— Si supiera su nombre, lo perseguiría y lo mataría —apretó los dientes.

— ¿Qué, matas gente ahora? ¿Lo vas a estrangular con tu bufanda? —reí, tirándole la bufanda que estaba sobre la barra.

— No te burles de la bufanda, Ashley, es mi firma —se la quitó de la cara.

— Solo digo, muerte por bufanda, no es tan intimidante —alcé las cejas.