5.11: ¿El fin del amorío?

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Solté un suspiro, mirando mi reflejo en la ventana.

Estaba viajando en mi auto, dispuesta a comenzar el nuevo día. Recién había dejado la suite del Empire, pero todavía tenía algo importante para decir, así que saqué mi teléfono.

Mensaje para Chuck:
Sabes que cuentas conmigo por cualquier cosa. Te amo.

Mensaje de Chuck:
Igual yo. Gracias.

Sonreí.

•••

Con la misma rapidez que ocurrió, el accidente quedó en el pasado.

Pasaron semanas sin siquiera darme cuenta. Aunque los primeros días fueron angustiantes, cuando la situación mejoró, todo se calmó. Lo único que me interesaba era la salud de Chuck y Blair, y aunque quizás emocionalmente no estén en su mejor momento, lo importante es que están vivos, y que no tienen secuelas graves... Bueno, Blair ha sufrido mucho desde que perdió su embarazo, pero desde entonces ha estado muy unida a Louis y su familia, esforzándose para salir adelante.

El momento crítico de Chuck fue superado y ya no presentaba dificultad. Pensar en que podía llegar a perderlo dolía mucho más de lo que alguna vez imaginé, pero saber que todavía lo tenía conmigo me hacía valorar más ser parte de su vida.

Volviendo a la fecha, ese día no tenía demasiado para hacer, ya que era 31 de diciembre. Después de una solitaria navidad en Australia, esta noche la pasaría en la fiesta de The Spectator, recibiendo el 2012 con las figuras más destacadas del 2011. Ahora mismo estaba en la editorial. Serena escribía una reseña sobre las cosas más destacadas del año y quería que la ayudara a recapitular los datos

Cuando llegué al edificio me dirigí a su área, encontrándome también a Nate. Me senté sobre el escritorio vacio a su lado.

— Buenos días.

— Oh, aquí está mi modelo del año —sonrió Nate—. ¿Cómo estás?

— Dispuesta a prestar mis servicios populares. Y también para traerles el desayuno a mis trabajadores favoritos.

Apoyé una bolsa color marrón en el escritorio.

— Gracias, pero si no me equivoco, estos son los brownies gratis del buffet de The Spectator —contestó Serena.

— Atrapada —alcé las manos—. ¿Qué están haciendo?

— Buscamos el momento más surrealista de Nueva York —respondió Nate—. ¿El terremoto?

— ¿Qué tal tú siendo editor en jefe de un periódico? —bromeé.

Los tres reimos.

En ese momento, una notificación sonó en la computadora de Serena. Y otra, y luego otra.

— ¿Qué le pasa a tu e-mail? —pregunté.

— Desde que Gossip Girl se escondió, la gente me manda sus chismes a mí.

Como olvidarlo. Puede que Gossip Girl se haya tenido que rebuscar las semanas anteriores al accidente debido a la filtración de sus fuentes, pero la escasez de sus posteos cotidianos no se comparaban con el silencio atroz que le siguió. No había publicado ni una actualización desde entonces.

Aunque eso tenía muchísimos aspectos positivos, la gente estaba desesperada por un poquito de información.

— Serena, hay milésimas de mensajes sin leer aquí —observó Nate.

— Sí, esperaba que si los ignorara el tiempo suficiente, la gente lo captaría... supongo que no lo han hecho.

— Pensé que querías que Gossip Girl pagara por lo que les hizo a Chuck y Blair.

Ashley Clayton | Gossip GirlWhere stories live. Discover now