𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢...
Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes hacen, va directamente a su blog. La desconocida pero escandalosa Gossip Girl, le da problemas a los...
══════════════════════ Dicen que no hay accidentes. A veces la realidad se estrella contra nosotros. Otras veces, nos llega lentamente. A pesar de nuestros esfuerzos por ignorarla. ══════════════════════
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Ese día me desperté sabiendo que iba a ser complicado. Se cumple un año del accidente que había acabado con la vida de Bart, que además había dejado a mi padre con algunas secuelas. Por suerte pudo recuperarse bien físicamente, es un hombre testarudo y orgulloso como para rendirse; pero no puedo negar que se nota el vacio emocional que perder a su mejor amigo le dejó. Por más que Bart jamás haya sido mi persona favorita en el mundo, era importante para mi padre. Y solo pensar en perder a Chuck me produce escalofríos, así que comprendo el dolor.
Por eso, después de mis clases en Columbia, fui directamente a mi casa, o mejor dicho, a la casa de mis padres. Antes pasé por nuestro restaurante favorito para buscar comida, en un intento de transitar el día de un modo más ameno. Y cuando finalmente llegué a destino, me recibió mi mamá con un abrazo.
— Discúlpame que no te avisé, pero pensé que podíamos almorzar los tres —contesté, dejando la comida—. Ya sabes... por el día.
— Sí, pero tu padre no llegó aún —me guió por la sala—. Está en la oficina. Charles presentó un nuevo proyecto.
— ¿Hoy? —fruncí el ceño, recibiendo un asentimiento de confirmación—. Debe querer evadir la fecha.
— ¿Has hablado con él?
— Aún no. Pensé en visitarlo más tarde. Pero ya lo conoces, es muy reservado con esas cosas.
Chuck no ha sido el más conversador cuando se trata de la muerte de su padre. Entiendo sus silencios más que sus palabras. Comprendo cuando realmente no quiere hablar, así que no lo presiono. Sé que efectivamente vendrá a mí cuando se sienta listo para abrirse al respecto, porque siempre me demostré a disposición. Eso es lo único que me interesa, que sepa que estoy para él cuando lo necesite. Mientras tanto, si no siente la necesidad, entonces estoy bien con eso. Lo único que quiero es que esté bien.
Mi mamá y yo caminamos hasta llegar a la sala, sentándonos en el sofá. Clara ya recogió la comida, así que se encargara de calentarla cuando mi padre termine con su reunión. Se siente tan familiar esta rutina. Desde que me mudé sola que no pasaba tanto tiempo con mis padres, ya que de a poco voy descubriendo como equilibrar el estudio, el trabajo y la vida social. Por suerte son comprensivos.
— ¿Cómo están las cosas con Nathaniel, cariño? —indagó mi mamá casualmente.
No me asombró su cuestionamiento. Había querido confrontarme al respecto desde el Día de Acción de Gracias. Exitosamente evité que el tema se asentara mediante llamadas o mensajes de texto, pero se vuelve complejo cuando estás cara a cara. Así que me moví en el sofá, poniéndome cómoda para hablar.
