𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢...
Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes hacen, va directamente a su blog. La desconocida pero escandalosa Gossip Girl, le da problemas a los...
══════════════════════ Primavera en el Upper East Side, donde el frío invernal tendría que ser de la temporada pasada. Pero cuando las manoplas y las bufandas siguen haciendo furor, lo mejor que puedes hacer es abrigarte bien y esperar a que lleguen los días cálidos. ══════════════════════
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Esa mañana, Nate nos había invitado a Dan y a mí a ver un campeonato de basquet en su casa. Después de nuestra última discusión, tratábamos de pasar más tiempo compartiendo lo que le gustaba al otro. Yo no entendía absolutamente nada, pero era divertido escuchar sus comentarios.
Como vivía cerca de allí, Dan pasaría por mi casa y caminaríamos juntos. Conversábamos sobre nuestros planes del verano. Nate y yo decidimos viajar a Europa, sin destino. Una experiencia distinta para divertirnos luego de terminar nuestro paso por la secundaria.
— Budapest, Bucarest, Dubrovnik —Dan enumeró—. No hay nada como un verano en el bloque del este. Con la mochila llena de políticas socialistas fallidas.
— Y Nate —agregué sonriendo—. La ópera de Viena un día, los pierogi en Polonia al siguiente... Sin eventos, trabajo o imágenes que sostener. Libertad total. Él está muy entusiasmado también.
— No tanto como con nuestro día de básquetbol universitario.
Los dos reímos.
Cuando estábamos a unos metros de la casa, lo vimos hablando con alguien. Estaba de espaldas, así que no sabía quién era.
— Hola, chicos —nos saludó Nate—. Este es mi primo, Tripp —Tripp giró—. Él es Dan, un amigo. Y ya conoces a Ashley, mi novia.
— Claro —me estrechó la mano—. Tanto tiempo sin vernos.
— Demasiado —sonreí cortés.
— Hola —se la estrechó a Dan.
— Encantado.
— Quiero convencer a Nate de que venga a la reunión familiar del fin de semana —nos informó—. A la comida de hoy y al cóctel de mañana. Estará Maureen —lo miró—. Estamos comprometidos.
— No lo sabía. ¡Es fantástico!
— Sí, te perdiste mucho... ¿Por qué no pasas? Al abuelo le encantaría verte.
— No, te lo agradezco. De verdad. Pero estoy muy ocupado.
Dan y yo nos miramos. El ambiente estaba tenso.
— Entiendo la indirecta —dijo Tripp—. Llámame si cambias de idea.
— Lo haré —contestó Nate—. Felicidades.
Ellos se dieron la mano.
— Gracias —sonrió—. Adiós —se despidió de nosotros.
