4.07: Guerra en casa de los Rose

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Levántense y brillen, Upper East Siders. Oficialmente es otoño. Y cuando las hojas empiezan a cambiar, sabemos que es hora del cumpleaños de B.

Esperemos que Serena esté ahí para celebrar... pero oímos que tiene su propia fiesta privada con un profesor.
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Esa mañana me reuní con Serena en Daniel, un restaurante francés, luego de conversar acerca de un gran tema que, aunque no nos involucre, nos toca de cerca

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Esa mañana me reuní con Serena en Daniel, un restaurante francés, luego de conversar acerca de un gran tema que, aunque no nos involucre, nos toca de cerca. Hay una intervención que hacer. Ahora mismo esperábamos a que llegaran los protagonistas, paradas detrás de una mesa.

— ¿Te hiciste algo nuevo en el cabello? —le pregunté—. Se ve diferente.

— No, solo estoy contenta... supongo —sonrió con anhelo.

— Bueno, si te conozco, parece que las cosas con Colin resultaron bien.

No respondió, pero por su expresión soñadora pude deducir que estaba en lo cierto.

Justo en ese momento, unos pasos retumbaron en el salón del restaurante vacío. Los responsables aparecieron, deteniéndose uno en cada extremo.

— ¿Qué hace él aquí? —preguntó Blair irritada.

— ¿Qué hace ella aquí? —cuestionó Chuck.

— ¿Y quién trajo a la chica Avon? —indagó Blair, observando a la mujer de gafas y cabello oscuro que caminó hacia nosotras.

— Es una taquígrafa de la corte, también hay un notario en camino.

— La dos somos testigos de la guerra Waldorf-Bass —comentó Serena—. Los conocemos, tienen capacidad nuclear.

— Tarde o temprano, uno presionará el botón del otro —continué—. Y terminaremos sin nada más que cucarachas.

— Les llevamos mucha ventaja —dijo Chuck, bajando los escalones de la entrada.

— Sí, estamos en tregua —agregó Blair.

— Por eso sentimos que no tendrían problema para hacerlo oficial —contestó Serena—. Un tratado de paz basado en más que un apretón de manos.

— Por eso vamos a sentarnos a ultimar las provisiones para el cese del fuego.

— Y si alguno decide romper el tratado...

— Él o ella será excomulgado —concluí—. Ya no seremos más sus amigas.

Quizás estábamos yendo un poco lejos, pero había que asustarlos un poco para que cedieran de una vez. Ambos pueden ser cabezas duras si se lo proponen.

Los dos se miraron, con duda en sus ojos, antes de volver a enfrentarnos.

— Está bien —suspiró Blair—. Supongo que, como salgo de la adolescencia oficialmente, pensaré en mi legado.

Ashley Clayton | Gossip GirlΌπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα