Quién me diría que esa persona que un día conocí como un desconocido podría despertar en mí tanto interés.
No sé en qué momento pasó, ni cómo fue que empecé a sentir aquello.
Su nombre resuena siempre como un susurro dentro de mi cabeza... Severus S...
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- Me gusta tu cuarto – le comenté a Dora.
Era un dormitorio pequeño, de 3 metros cuadrados. Las paredes estaban pintadas de un tono azul bastante desgastado y la que colindaba con su cama estaba forrada con pósteres, tanto de música del mundo mágico como muggle. En la pared opuesta, la izquierda, había un pequeño escritorio y sobre este una montaña de ropa. Colgado en la pared había un tablón de corcho con varias fotografías mágicas. Muchas de ellas eran con una chica rubia.
- ¡Gracias! – dijo con alegría – Mamá no para de decirme que es un caos.
- Bueno, eso quizás es por la ropa sobre el escritorio.
- ¿¡Tú también?! Es mi uniforme, me lo pongo prácticamente a diario. Sería una tontería guardarlo por la noche para ponérmelo por la mañana.
- Eres igual que Nik – se me escapó junto a una risilla.
- ¿Nik? – preguntó confundida – ¡Ah! - golpeó la palma de una de sus manos con un puño - Nikolaj, ¿no?
- Sí – respondí entre dientes.
- Te llevas muy bien con él, o al menos eso es lo que parece – alzó las cejas acusatoriamente.
- No quieras ver cosas dónde no las hay Tonks.
- Jo, entonces ¿con quién estás?
- Si quieres saberlo tendrás que averiguarlo, yo no te lo diré.
- A ver, mínimo lo saben Dumbledore y uno de los gemelos revoltosos por la escenita que montaste el primer día Y si lo tengo que averiguar es que al menos lo conozco, no tendrías que esconder el nombre de alguien que no conozco.
- No lo vas a conseguir – le avisé de antemano.
- Siéntate tú en la cama – comentó mi prima, sentándose en una vieja y simple silla de escritorio con ruedas.
- ¿Quién es la chica que tanto sale en la foto?
- Mi amiga Penny, éramos compañeras de todo en Hogwarts. Buah, aun recuerdo las maravillosas fiestas que montábamos por la noche, metíamos a medio curso en nuestro cuarto.
- ¿Qué es de ella?
- Trabaja de auxiliar de medimago en San Mungo.
- Eso tiene que ser algo aburrido.
- Bueno, todos pensamos que se haría pocionista. Era muy buena, ¡hasta Snape la tenía en estima!
- Ah, ¿sí? – pregunté con recelo.
- Si, siempre sacaba Excelentes en Pociones. Incluso Snape le dio algunas lecciones extras de alquimia.
- Suena a que es una persona interesante – aparté el tema, no quería imaginarme a nadie más cerca de mi pareja.
