Dark Shadow ~Severus Snape

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Los rayos del sol en mi cara hicieron que me despertara. Extrañamente Severus seguía dormido frente a mí, aunque él no me dijera nada sabía que tenía problemas de insomnio.
Me levanté, le dejé una nota para que no se preocupara y le di, con cuidado de no despertarlo, un beso en la frente.

Salí y me aproximé con curiosidad a la cocina al escuchar ruido.

- Buenos días – dije al ver a Ellen en la cocina, haciendo unas tortitas.

- Buenos días – dijo alegre y mirándome por encima del hombro, aunque pronto se dio la vuelta – ¿Así te levantas tú o ya te has arreglado? – su cara era un poema.

- ¿Para qué me iba a arreglar? – me senté en una mesa/comedor al lado de la cocina.

- Que suertes tienes, yo me levanto hecha un desastre.

- Eso me recuerda a una amiga a quién le pasa igual – reí al recordar a Copeland recién levantada – Por cierto, eso tiene muy buena pinta.

- ¿Tú crees? No es que se me dé bien esto de cocinar y lo haría con magia si no fuera porque hay que estar constantemente pendiente.

- Sí – me acerqué para verlo –. Vaya, hay bastantes.

- Las he hecho un poco chicas, así que me han salido más de la cuenta. Creo que la siguiente será la última. ¿Me esperas para desayunar?

- Claro, yo voy a ir buscando el sirope y la nata.

- ¿Crees que habrá?

- Sabiendo Severus que me encanta desayunar tortitas, seguro que sí.

- Me alegro de haber acertado – rio –. Ya están.

Encontré las cosas y ella cogió dos platos. Yo cogí tres, las puse en línea recta, puse un poco de nata y cubrí todo bien con chocolate; ella cogió otras tres, las apiló y luego añadió sirope de arce y frutas.

- Vaya – le dije cuando ambas estábamos ya sentadas en la mesa –, que desayuno más sano.

- Y el tuyo es una bomba de chocolate.

- Es que el chocolate, es chocolate, delicioso e inigualable.

- En eso último te doy la razón. Y dime, ¿cómo es que acabaste con el mayor de los Snape?

- Medio arrastrándome.

- No me lo creo, seguro que fue al revés.

- ¡Qué va! Primero me besó él, luego cuando me dijo que era un error, estuvo un año medio ignorándome cada vez que mencionaba el tema y al final me dijo que sentía algo por mí.

- Que cabrón, eso no se hace.

- En el fondo creo que estaba esperando a que cumpliera los diecisiete.

- ¿Vas a comenzar el último año o ya terminaste?

- Ya me gustaría a mí, voy a cursar el quinto. No pude cursar los dos primeros por razones médicas – expliqué para que no preguntara.

- Tiene que ser duro estar allí con él de profesor.

- Un poco.

- ¿Y tú? Cuéntame tu historia.

- Pues mi primera pareja y única seria fue Lucius, antes de que saliera con Narcisa, y en esa época me di cuenta de algo que me persigue hasta ahora, soy ninfómana – soltó con pesar –, aunque solo me acuesto con gente con la que tengo confianza y conozco, es un fastidio, siempre tienes ahí la necesidad. Soy una persona muy desconfiada de los desconocidos y más si hablamos de tener relaciones con uno – suspiró –. Dejando ese tema, después de Hogwarts me convertí en escritora, aunque para cada género uso distintos nombres, y entre proyecto y proyecto, escribo algunos artículos para la revista “Corazón de Bruja”.