Cuando abrí los ojos no encontré a nadie a mi lado, así que me desperecé, me levanté de la cama y me comencé a vestir con la ropa que había encima de la mesilla.
A la vez que me rugía el estómago, me llegó un olor bastante agradable a café y a tostadas.
Con la boca hecha agua salí de la habitación, aún dormida, y dejándome guiar por el buen olor de la comida.
Cuando llegué a la cocina me encontré una grata sorpresa.
En la iluminada y acogedora estancia, sobre una isla central había dos platos con una viena de pan partida por la mitad y tostadas con margarina derretida en su superficie y jamón curado. De ellas aún salía humo.
Al lado de la isla donde estaban los muebles de cocina, Severus se encontraba con dos tazas de café en la mano, y con una cafetera a su lado.
- Buenos días dormilona, ¿cómo te encuentras?
- Perfectamente, ¿qué hora es?
- Son solo las nueve y media, ayer nos acostamos relativamente temprano.
- ¿Llevas mucho levantado?
- Diez minutos o así.
- ¿Por qué no me has despertado?
- Te veía tan tranquila durmiendo que no me parecía adecuado.
- La próxima vez despiértame, ¿vale? – me acerqué a él.
- Vale – me besó -. ¿Quieres café?
- Sabes que sí.
- Vete a sentarte si quieres, ahora te lo llevo yo.
- No, déjame que lo lleve yo.
- Como quieras – terminó de verterlo en la taza y me la tendió.
- ¿Qué vamos a hacer? – dije cuando él se sentó.
- Pues... ¿pasar la mañana tumbados en el sofá te parece un buen plan?
- Un plan perfecto.
Tras desayunar seguimos el plan a la perfección, así que pasamos unas cuantas horas acurrucados con diferentes posturas en el sofá.
Pasados el medio día, y con él el almuerzo, nos volvimos a meter en la piscina, ahora más relajados tras la noche anterior.
Finalmente volvimos al salón.
- ¿Este año pretendes volver a escaparte del dormitorio?
- Claro, no hay que perder las buenas costumbres.
- ¿Buenas? Estarás de broma.
- Para nada – intenté fingir seriedad, pero me acabé riendo.
- Creo que deberías aprender a bloquear tus expresiones, nunca se sabe cuando lo vas a necesitar, y puede tratarse a veces de un asunto de vida o muerte.
- Se que es algo que debo aprender, pero a veces las emociones me superan. No creo que sea capaz de algo parecido.
- Yo conozco tu potencial y sé que eres capaz de lograrlo. Al igual que pienso que algún día podrás controlar o al menos manejar algo de magia sin necesidad de canalizarla con una varita.
- Eso es bastante complicado. Ya no por técnica, sino por la cantidad de magia que conlleva.
- Poco a poco lo irás perfeccionando. Haces tres años nadie te diría que pudieras mantener unas barreras permanentes sobre tu mente y sin verte afectada.
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Dark Shadow ~Severus Snape
FanfictionQuién me diría que esa persona que un día conocí como un desconocido podría despertar en mí tanto interés. No sé en qué momento pasó, ni cómo fue que empecé a sentir aquello. Su nombre resuena siempre como un susurro dentro de mi cabeza... Severus S...