The story goes on

3K 179 32
                                    

Pasé el sábado con Copeland en el embarcadero del Lago Negro aprovechando los últimos días de buen tiempo.

Tumbada, con las manos en el estómago y mi túnica cómo almohada, miraba las nubes y los pájaros pasar por el cielo mientras mi amiga leía.

- Estás muy callada y tranquila, ¿pasa algo?

- Sebas (nombre en clave de Severus) …

- ¿Y ahora que ha hecho? – no respondí, solo llevé mis dedos a los labios – No me lo creo, te ha vuelto a besar – asentí – ¿Esta vez ha vuelto a ponerte alguna escusa? – negué.

- Él y yo…- no hizo falta que terminara.

- ¡No! No me lo creo.

- Créetelo.

- ¿Cómo? ¿Se declaró?

- Algo así.

- ¿Cuándo?

- Anoche.

- Por eso no te vi en la sala común.

- Estuve un buen rato preguntándole si era todo un sueño – reí –. Fue todo tan irreal, justamente como…

- Como un sueño – terminó –, conozco ese sentimiento. Ahora mírame – me di media vuelta hasta quedar bocabajo y me quedé mirándola – eres preciosa, por supuesto que Sebas iba a caer por ti, lo que yo no sé es que ves en él, aunque tampoco es que lo conozca.

- Él no es como cualquiera, aunque no lo aparente es muy sentimental – comencé a jugar con una astilla que había en el tablado – ambos preferimos conocer antes de juzgar, aunque claro, que él se abra toma su tiempo. Después de toda su vida de miseria emocional creo que merece algo bueno en la vida.

- Espera un momento, ¿lo que sientes es por pena?

- ¡Para nada! ¿Cómo se te ocurre eso?

- Por lo último que has dicho.

- Quizás no me haya expresado bien. El caso, nunca he visto a una persona tan, aunque no me más a creer, aprensiva y éticamente estricto con él mismo. Y en cuanto a su físico… no me digas que no te has fijado nunca en todos sus rasgos finos y masculinos, quitando esa nariz que si lo ves por un lado es exótica y le da personalidad – reí.

- ¿Y su pelo?

- No es tan graso cómo parece y eso es porque no lo has visto con el pelo un poco hacia el lado cuando duerm-

- ¡¿Cuándo duerme?! Ahora mismo me estás contando.

- Le prometí al supremo que no diría la razón, y con supremo me refiero al loco de las gafas de media luna. Ya te lo contaré cuando todo pase.

- Escúchame, ten mucho cuidado, que tú tienes que llegar virgen al matrimonio.

- ¡Oye!

- Tranquila – sonrió endemoniadamente – era broma. Por cierto, he quedado con George, ¿no te importa verdad?

- Claro que no – la vi levantarse –. Adiós y no compartas mucha saliva.

- Adiós.

Volví a quedarme bocarriba mirando como pasaban las nubes mientras soñaba despierta. Cuando la morriña me estaba superando me fui a mi cuarto y me tumbé a leer en la cama, con mi Kneazle dando vueltas a mi alrededor.

Las horas pasaron volando y ahora me encontraba en la clase de pociones de los lunes, la última de día, mientras Copeland indiscretamente me echaba miraditas.

Dark Shadow ~Severus SnapeDove le storie prendono vita. Scoprilo ora