Dark Shadow ~Severus Snape

Sweet Dreams

- Qué cosa tan bonita, ¿qué era? – le pregunté a Sev.

- Es un fénix, se llama Fawkes.

- Es impresionante.

- Se nota tu ilusión – comento.

- ¿Y eso?

- Te brillan los ojos – rió –. Anda vamos a mi habitación.

Me tendió la mano y yo se la cogí. Ese tacto suyo seguía produciéndome una agradable sensación. El agarre era delicado.

Con un movimiento de varita abrió un pasadizo y tras atravesarlo, en escasos segundos, estábamos en su habitación. Hizo que el pasadizo se cerrara cuando llegamos.

Seguía sujetando mi mano y eso me incomodaba, sobre todo después de lo que ocurrió la última vez en aquel sofá que tenía en frente mía. Por otro lado, no quería ser yo la que rompiera ese contacto.

Él pareció notar mi inquietud y me soltó la mano.

- Umm... esto... perdona – me dijo él mirando para otro lado.

- No pasa nada – lo miré con atención.

Sus mejillas tenían un poco de color, se veía tan mono sonrojado. Solté una pequeña risilla ahogada.

- ¿Tengo monos en la cara o qué? – preguntó extrañado.

- No, solo que estás adorable cuando te sonrojas.

Me empujó, suavemente, contra la pared y se puso delante de mí, impidiendo con su cuerpo que pudiera moverme.

- Primero, yo no me sonrojo y segundo, tú eres la que siempre estás adorable.

- Al menos yo no me arrepentiré a los dos minutos y diré que es un error – le golpeé en su orgullo.

- Insolente malcriada – pegó aún más su cuerpo a mí y se produjo un silencio –. ¿Tengo que ser perfecto? ¿No puedo estar confundido? – se separó un poco y agachó su cabeza hasta apoyarla en mi hombro.

- Lo siento – susurré.

Alcé mi brazo y acaricié su largo cabello negro. Al poco tiempo se apartó con un gesto seco.

- Basta de sentimentalismos – su expresión volvió a ser seria – ¿estás ya mejor?

- Sí, ya estoy bien.

- Según ha ordenado Al... el director – se autocorrigió – no podrás salir de aquí, y yo tampoco, así que lo siento mucho, pero tendrás que almorzar y cenar aquí.

- No hay problema.

- Y también tendrás que pasar aquí la noche.

Me atraganté con mi propia saliva, ¿había escuchado bien? ¿Tendría que pasar una noche en su habitación? ¡¿Y con él cerca de mí?! Pensándolo bien, yo ya había pasado una noche en su cómoda cama en primero, pero los motivos eran muy diferentes, estaba demasiado enferma como para moverme.

- Supongo que no tendré otra alternativa... - suspiré.

Snape se sentó en el sofá y me hizo un gesto para que me sentara. Estuvimos charlando hasta la hora del almuerzo, donde aparecieron de repente con un "ploop" varios platos en una mesa que había en la cocina/comedor.

La cocina era sencilla, con lo necesario para un diario y con una mesa pequeña y varias sillas en un rincón.

Por la tarde le ayudé con algunos ensayos y a la noche la cena transcurrió parecida a la comida del medio día.