Capítulo 133 - Pendiendo de un hilo

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Pegué un bote en la cama y abrí los ojos de par en par al sonar el despertador mágico

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Pegué un bote en la cama y abrí los ojos de par en par al sonar el despertador mágico. Lo primero que hice antes de apagarlo fue mirar mi anillo, blanco.

- Uno ni siquiera puede dormir tranquilo – farfulló Norm molesto por el ruido.

El antiguo fénix de Dumbledore graznó molesto por las quejas de la quimera.

Nada mas poner un pie fuera de los terrenos de Hogwarts para aparecerme Fawkes se posó en mi hombro. Según tenía entendido, los fénix eran liberados tras la muerte de su dueño, aunque se podían legar si estos tenían afinidad con algún conocido.

Menos mal que el crup estaba en la Mansión Prince con los kneazles o si no me volvería loca con tantos animales quejándose.

- Buenos días, Fawkes – saludé aún frotándome los ojos. 

- ¿Y yo qué? – susurró Norm mostrando una lengua de serpiente entre sus bigotes.

- Los gordos dormilones no reciben los buenos días.

Aparté la fina sabana de lino y me levanté con pereza.

Arrastré los pies hasta el armario y me puse lo primero que pillé. No se veía mal frente al espejo, aunque aún no me reconocía con aquel pelo corto recientemente adecentado.

Inspiré profundamente intentando buscar los ánimos para salir. Decidida, abrí la puerta de la habitación de la que no me había movido en los últimos dos días y puse un pie fuera.

- Tienes una pinta horrenda – sentenció Draco nada más verme entrar en el salón.

- Gracias, eres muy amable – le contesté con una falsa sonrisa.

- Al fin te dignas a aparecer – Lucius Malfoy no apartó la mirada de su periódico, la preocupación lo hacía ver mayor –. Eso es tuyo – señaló una pequeña pila de cartas – Ya hay fecha de nuestra vista – esta vez el rubio alzó la mirada preocupado –. Draco se libra por minoría de edad, pero irá de testigo. Me temo que tú no correrás la misma suerte – volvió la mirada al Profeta.

- Iré de testigo, seguramente sea vuestra única baza para libraros de cualquier cosa.

- ¿Y quien te defenderá a ti?

- Soy la pupila del propio Dumbledore, nadie me acusará más que de ayudar.

Lucius Malfoy alzó la cabeza incrédulo, su boca estaba levemente abierta.

- ¡¿Dejaste que ese loco te lavara la cabeza?!

- ¿Por qué tantos gritos? – mi madre entró en el salón con expresión curiosa. Unos elfos en harapos la seguían de cerca con el desayuno –. Cariño, has bajado – se emocionó al verme.

- Quizás – continuó mi padre, amargado – debí correr la misma suerte del jodido de Snape y quedarme en el agujero – sonaba realmente desesperado.

Dark Shadow ~Severus SnapeWhere stories live. Discover now