Capítulo 117 - Último chance.

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Las vacaciones de pascua llegaron pronto y pasaron aún más rápido

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Las vacaciones de pascua llegaron pronto y pasaron aún más rápido. Aquella mañana desperté en un lugar diferente a mi habitación o el dormitorio de Severus. Sin embargo, aquel techo de madera de nogal y con hermosos y delicados tallados con una estética de estilo nazarí me era familiar, sin lugar a duda, estaba en la Mansión Prince.

Me giré con cuidado. Severus, quien ya se encontraba despierto, se volvió hacia mí cuando sintió que me movía a su lado. Alzó su mano y la colocó sobre mi mejilla, acariciándola.

- Buenos días – mi voz sonaba ronca al ser mis primeras palabras aquel día.

El mago se abalanzó sobre mí y me estrechó, como pudo contra él.

- La barba pincha – me quejé, alejando la cara de su mandíbula.

- Me afeitaré antes de bajar – logré hacer que hablara.

- Me gusta cuando te la dejas – pasé un dedo por el corto vello.

- Y sabes que no me importa, pero hoy es el último día de Pascua.

- Y no te gusta que los mocosos la vean, o al menos como a mí me gusta – le parafraseé, depositando un beso bajo su maxilar – Mañana tendrás orientación académica, ¿no?

- No me lo recuerdes – bajó la cabeza, colocando su frente contra la mía –. No quiero estar a solas con esa mujer – su rostro se tornó en una mueca de asco.

Pasé los dedos por su mejilla. Él cerró los ojos, disfrutando del contacto. Aproveché aquel momento para incorporarme con mi otro brazo y robarle un beso.

- Me encanta tu piel – comenté al volver a mi posición anterior.

- Tus gustos son tan excéntricos que dan miedo. Aunque bueno, qué esperar de alguien que se crio entre pavos reales albinos – rodó los ojos, quedando semi escondidos bajo su párpado superior.

- Pero es cierto, siempre me ha parecido fascinante. Una piel madura con los poros abiertos, pero a pesar de ser grasa no hay rastro de marcas en tu cara. Tienes una piel muy bonita.

- Sigo pensando que estás loca.

El pelinegro volvió a acostarse boca arriba, colocando el brazo izquierdo tras su cabeza. Aproveché y apoyé la cabeza entre su pecho y su hombro. Por un rato ninguno de los dos habló, simplemente disfrutamos de aquel tranquilo momento.

- Oye, ¿no tienes frio? – rompí ese agradable silencio.

- No lo tendrías si no estuvieses desnuda.

- Eso no es culpa mía – aclaré mientras me abrazaba a las suaves y agradables sábanas y me escondía en un lateral de su cuerpo, intentando obtener más calor.

- Pero tampoco te opusiste – Severus se volvió, para mí pesar, depositando en el camino un beso en mi frente.

- ¡Tengo fríoooo! – canturreé mientras me tapaba hasta la cabeza.

Dark Shadow ~Severus SnapeWhere stories live. Discover now