El Pijo De Al Lado #1

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María se quedó el resto del día en mi casa y me estuvo contando las noticias de última hora, al parecer su "no relación" con Matteo iba bastante bien. Sin duda ellos dos están hechos el uno para el otro, y sorprendentemente nunca había visto a Matteo de esta forma con ninguna chica. El, al igual que todos los spiders, casi siempre que salía de fiesta se liaba con una chica, sin embargo él era uno de los más reservados, aunque no un santo.
De hecho algo más que los spiders tenían en común es nunca haber tenido una relación seria. Prefieren más entrar a la acción y olvidarse de ti en cuando les has hecho llegar al límite. Pero al parecer está vez el francés rompería las expectativas.

Era viernes, y por desgracia no era un día festivo, había clase, así que no me quedó otra que levantarme, arreglarme e irme a clase.

Danna estaba fuera esperándome como cada mañana que iba andando. Así que salí de casa y me encontré con ella y su enorme sonrisa.

Danna María- jajajaja - no le gusta que le llames así de primeras, pero ya se va acostumbrando a que se lo digamos en broma- era la pequeña del grupo, la mente inocente.

Prácticamente era la hermana pequeña de sangre que nunca tuve, a pesar de ello es como mi hermana pequeña porque la conozco desde que su madre salió del hospital con ella en brazos y la trajo a casa.
No recuerdo bien ese día, porque ni tan solo tenía un año, y sería una mente privilegiada si me acordará de ello. Sin embargo, hay un video que mi padre grabo, para recordar ese momento. Y es el que la rubia y yo, vemos cada año el mismo día que se grabó, 6 de mayo, tres días después del cumpleaños de Danna.

-Esta tarde tenemos nuestro primer partido como animadoras- me conto Danna- y es totalmente cierto, Owen se había pasado toda la semana pasándonos videos de la coreografía para que la aprendiéramos.

Un pequeño detalle que se nos había pasado era, Mia, si ella estaría en el partido, porque su novio juega en el equipo, nos hacía tanta ilusión... Al igual que estaría Britney y sus arpías, que no nos quitarían el ojo durante todo el partido, y justamente ahí, es cuando mis nervios pasarían a la acción. No tenía miedo a ellas, si no a lo que podían hacer, las veía capaz de todo.

Danna era una de esas personas que sabía detectar a la gente que tenía malas intenciones o que mentía, y especialmente con Mia siempre había detectado eso, y digamos que con ella nunca ha llegado a llevarse bien.

El camino fue ameno, estuvimos hablando un poco de todo, creo Danna y yo nos llevamos también porque somos en cierto modo parecidas y entre nosotras nos entendemos.

El North Way, nuestro instituto, los padres de la mayoría de los actuales alumnos había estudiado aquí, me incluyo. Ahí estaba entrando por la puerta, que conectaba con el pasillo central, fue entonces cuando ante nuestros ojos nos encontramos a Owen.

-¡Chicas! Importante, tomar-se acercó a nosotras rápido dándonos nuestros uniformes de animadora- tenemos dos equipaciones de verano, tenemos que consultar a los chicos de qué color van hoy, y cuando empiece la temporada de invierno os daré los otros dos, acordaros de los pompones que os los doy en cuanto lleguéis al partido, os quiero- soltó y se fue corriendo mientras bailaba.

Mire entonces a Danna que estaba riéndose, sabía que no debería hablar del pero lo hice- y... ¿tú y Josh?- nada más escuchar el nombre clavo sus ojos en los míos. Sabía que no quería confesar que le atraía, que incluso le podía llegar a gustar. Danna era una de las personas que mejor conocía y al principio puede ser fría, en el sentido de que no va a poder realmente expresar lo que siente, realmente ella quiere hacerlo, pero una parte de ella detesta que le hagan daño y en este caso, Josh era una de esas personas que podría hacerlo.

-Estamos igual que siempre, somos amigos- me contestó quitando una arruga del uniforme de animadora.

Negué con la cabeza, sabía que ella no quería aceptarlo. Decir las cosas en voz alto suena mucho más real.