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Joan Pov

Aquella tarde mis padres estaban en casa. Así que decidí quedarme en mi habitación el resto del día. Mi hermano estaba en la habitación de al lado, realmente odiaba que estuviese otra vez en casa. Pero me consolaba el hecho de que hubiese encontrado piso para irse. Desde que volvió las comparaciones volvieron a ser lo mismo que eran antes, cuando éramos pequeños. Los cuatros años que él estuvo en la universidad, mis padres me concedieron más libertad. Sin embargo, ahora ellos estaban encima de mí junto con mi hermano.

Desde pequeño me he preguntado por qué tenía que ser igual que mi hermano si éramos dos personas distintas. Él siempre ha hecho las cosas para agradar a los demás. Y yo he hecho las cosas que realmente me nacía hacer.

Recuerdo una vez que mi madre fue a hablar con el antiguo director del colegio cuando tenía unos doce años. Aquella reunión empezó siendo normal, el director explicándole acerca de mi comportamiento, mis actitudes y mis notas. Y mi madre como siempre comparando mi experiencia con la de mi hermano. Pero creo que fue en ese entonces cuando me abrieron los ojos, y empecé a ver realmente lo que sucedía. El director en un momento de la conversación dijo algo que me grabé en la mente: "Usted se queja de que su hijo sea diferente a la manera en la que usted quería que fuese. El problema de esta sociedad es que aquellas personas que no van a aceptar el hecho de que sus hijos crezcan y se conviertan en personas que piensan por su cuenta, que tienen sus propias ideologías, sexualidad, preferencias, creencias y valores. No deberían ser padres jamás"

Fue cuando me di cuenta de que mis padres eran las personas más hipócritas que conocía. Eran los únicos capaces de humillarme de la peor manera, su bipolaridad de un día tratarme como si fuese su mundo entero y el otro como si fuese la peor mierda que existía en él.  Ellos pueden gritarme y decirme a la cara que soy estúpido e inútil sin ningún tipo de sentimiento. Y después de un rato llegar y hablar como si nada hubiese pasado. ¿Para qué? Para hacerme saber que tienes el control sobre mí.

Tenía claro que yo no quería ser así nunca. Tenía claro que debía sanar todo aquello antes de ser padre. Para que así mis hijos no tuviesen que sanar por tener un padre.

-Gracias papa por enseñarme lo que nunca debo de hacerle a mis hijos- le dije aquella noche después de que nada más de llegar a casa me gritara y me diera un puñetazo.

Al igual que la mayoría, las cosas no iban bien en mi vida. Quería estudiar en Harvard, pero a la vez me dolía separarme de la gente con la que había estado este año, y con la que me había unido plenamente. Sobre todo, estos últimos meses.

Aquel día cuando nos dijeron que teníamos que empezar a pensar en las universidades en las que podíamos entrar. Fui a casa de Dylan por la tarde, para hablar con él. Y recuerdo que no se encontraba bien. Cuando entre en su habitación estaba sentado en la cama mirando hacia la pared. Y me pregunté qué hacía así, pero entonces lo entendí, porque recordé el miedo que le dan los cambios. Porque a veces la vida da un giro inesperado en la dirección correcta. Pero también puede equivocarse y que termine siendo en la dirección errónea.

Me senté a su lado y le pregunté en que estaba pensando. Su única palabra fue "Noa". Sabía que su mente no descansaría hasta encontrar las palabras con las que explicarle la situación. Semanas después recibimos las respuestas de las universidades y a Dylan la habían aceptado tanto en Harvard como en UCLA. Pero los dos sabíamos que la primera era la elegida. Y ahora su mente iba más allá de tan solo irse y tener una relación a distancia.

Muchas veces he pensado en las relaciones a distancia. A veces son las más dolorosas por el simple hecho de que están llenas de desconfianza, de dudas. Pero sabes que, si tú amas a esa persona, no te va a importar y siempre vas a luchar para que todo esté bien. Si esa persona te quiere de verdad en su vida hará todo lo posible para que tú no dudes de la relación. Sin embargo, cuando uno de los dos opina o siente de manera distinta algo falla.

Iba a doler, pero también a enseñar.

Respecto a mi relación con Kayla, todo iba bien. Pero debido a la falta de recursos económicos que su padre estaba teniendo, para poder mantener su vida tal cual en Estados Unidos.  Habían decidido que lo mejor era mudarse a Canadá. Por lo que decidimos, que el último día que nos viésemos antes de irnos, sería la fecha en la que nuestra relación terminaría.  Hasta entonces queríamos continuar nuestra relación como si nada, y disfrutar cada momento juntos.

Tal vez lo fácil habría sido continuar la relación. Pero la distancia es un impedimento para muchas cosas, para tener una relación, para tener una amistad, para seguir siempre con la misma comunicación llena de amor y confianza. Muchas veces todas esas cosas fracasan, las relaciones no duran, las amistades se rompen y ya no hay esa comunicación de mensajes, llamadas y sin importar la distancia risas que alegran el día, todo eso se pierde. No quería ver como lo nuestro se deteriorara, no quería verla atada a algo que no la hacía feliz. Y los dos estuvimos de acuerdo. Porque sabía que era ella, y tenía claro que cuando encontrara el orden en mi vida, ella sería la última pieza para acabar el puzle. Y entonces, y solo entonces podríamos ser todo lo felices que siempre hemos deseado. ¿Quién dice que la vida es un camino recto cuando existen las montañas, los valles, las depresiones y las colinas?

El Pijo De Al Lado #1Where stories live. Discover now