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Me gire y suspire- Joan shh- le indique para que no hablara más o nos pillarían allí escondidos. Entonces fue cuando el moreno se asomó y los vio, sus ojos se abrieron de sorpresa- ¿Matteo no les había contado nada?

Joan me miro, cogió mi mano y me hizo salir de allí. Owen me miro con la cara iluminada, desde luego que me viera de la mano con Joan había hecho que su cabeza imaginara escenas totalmente ficticias.

-Eres demasiado cotilla- salto Joan. Entonces le mire buscando su mirada, el sin embargo miraba hacia el campo de futbol en que las demás animadoras estaban ensañando los pasos de hoy.

-Solo estaba pendiente por si tenía que ayudar a María- fue entonces cuando me miro. Joan tenía un carácter fuerte al que si no estabas acostumbrado te llevarías más de una sorpresa. Mire cada una de sus facciones, y note un pequeño hinchazón en la mejilla derecha. Si alguien le había pegado era zurdo. Inconscientemente le acaricie esa zona de la cara y suspire.

-¿Que ha pasado?- le pregunte aun acariciándole.

El moreno negó con la cabeza. Sabía que no me contaría nada, es más, no pronunciaría palabra del tema y seguiría como si nada hubiese pasado. Me preocupaba que tuviese que ver con sus padres o tal vez con la droga.

-Vamos deja de preocuparte solo ha sido un golpe- se rio después de decirlo y sus ojos marrones se clavaron en los míos, como si de alguna forma me pidiera ayuda. Y fue cuando supe que Joan necesitaba distraerse, no pensar más en aquello que le había causado el golpe.

Me subí entonces a su espalda- ¡vamos Joan! ¡Muévete!- le rodeé la cintura con las piernas y el las cogió con fuerza. Nos acercamos a donde se encontraban todos, cada uno de ellos con sus respectivos uniformes.

Mire hacia los lados.

Mia ya no estaba.

Sera perra.

Dylan entonces volvía de la zona del parking con los labios hinchados, fue cuando confirme mi teoría. Mia había venido para joder y después había puesto una excusa de mierda para irse, y el idiota de Dylan le había creído.

Sabía que no podía ponerme celosa, solo éramos amigos, eso me repetía cada vez que los celos aparecían en mi ser. Era mucho más fácil antes, cuando se follaba a quien le apetecía y no se aferraba a nadie.

Mia no era buena para él, sabía manipularte como ella quisiera, tus puntos débiles los sabía a la perfección.

Ella no estaba enamorada de Dylan Jones, solo estaba obsesionada con la imagen que tenía de él.

[...]

El partido empezó, María solucionó las cosas con Matteo, la coreografía había salido de maravilla, pero sin embargo sentía que nada estaba bien. Me encontraba sentada en el banquillo de animadoras viendo el partido, como cada minuto contaba, y como ellos iban ganando.

Owen daba saltos de alegría cada vez que añadían un nuevo punto al marcador.

Los chicos dedicaban cada gol y podía ver la sonrisa de mis amigas. Yo también estaba feliz, por un momento olvidé aquello que ocupaba mi mente la mayor parte del tiempo. Disfruté de cada una de las cosas que ocurrieron.

Y justo en el instante en el que creía que todo finalizaría, en el último momento, uno de los chicos de nuestro equipo, el número 23 marcaba el último gol del partido, el subcapitan. Matteo empezó a correr hacia María, todos fuimos testigos de un inolvidable recuerdo.

Se besaron.

Matteo tomó la mejilla de María, no importó las cientas de personas presentes, la besó como si al hacerlo fuese tan frágil que en algún momento se llegará a romper. Todo el mundo pudo notar como aquellas dos personas en milésimas de segundo se convirtieron en tan solo un alma.

Todo el mundo comenzó a silbar y aplaudir, por no hablar de aquellos que gritaban. Por parte de los protagonistas, la sonrisa de sus caras no podía desaparecer, se notaba que se querían y que habían deseado ese beso desde hace mucho. Fue ahí cuando el rubio le pidió a María que fuese su novia, entonces, muchos más gritos iniciaron en el recinto.

Los spiders no dejaban de animar a la gente, por no hablar de que cada uno de ellos estaba sonriendo, al igual que nosotras. Zoe estaba llorando y Danna le pasaba pañuelos y Kayla estaba justo a mi lado echando todas las fotos posibles. Owen por otro lado estaba dando saltos de alegría y aplaudiendo.

La sonrisa salía sola, la situación era de admirar. Y fue en uno de esos momentos cuando quieres tomar todos los detalles posibles, para que ese momento nunca se olvide, cuando me cruce con un par de ojos verdes que me miraban.

Pero duró poco, al darse cuenta quitó la mirada y empezó a andar hacia el vestuario. Yo hice lo mismo, mi reacción fue ir al que era el vestuario de chicas, pero cuando entré, gemidos amenazaban con el silencio del lugar.

Yo tan solo me dispuse a cerrar de nuevo la puerta y actuar como si yo no hubiese escuchado nada. Además, no deje que nadie entrara allí. ¿Cómo lo conseguí? Fue tan fácil que tan solo tuve que tocar la puerta del vestuario de los chicos.

Joan abrió, tan solo llevaba una toalla y todo su cuerpo estaba mojado, no quise mirar detrás de él, ya que no quería ver a alguno de ellos desnudos.

-¿Pasa algo?- el moreno nos miró a todas pronunciando esas palabras.

Zoe que estaba detrás de mí queriendo ocultarse había empezado a susurrar que nos fuéramos.

Pero fue Owen quien hizo que la situación dejara de ser incomoda -venimos de excursión, vengo a explorar tu cuerpo- y le guiño un ojo. Joan comenzó a reírse.

-¿Queréis pasar?- preguntó el mismo. Danna me miró esperando que respondiese por todos.

Kayla habló- ¿y ver como os cambiáis recién duchados? Por favor.

Sabía la intención de Kayla, acababa de decir aquello escondiendo la risa, lo había hecho para celar a Joan y de esa forma no dejar que pasásemos. Fue entonces, que ellos empezaron a hablar cuando me distraje, inicié una conversación conmigo misma, y mis ojos viajaron hasta detrás de Joan.

No estaba bien lo que estaba haciendo, supuestamente yo ya le había superado, ya no dolía más. Pero realmente no era así, porque siempre había algo que me hacía recordarle.

Después de lo que ocurrió jure que no volvería a verlo como aquella persona que me demostró ser, y tal vez estaba equivocada, tal vez él había cambiado, y yo estaba soñando con una persona que ya no existe.

Todos mis pensamientos se fueron cuando alguien me tomo del brazo y tiró de mí. Danna me llevaba hacia un sitio retirado, estando así las dos solas.

-Me ha dicho que entre- fruncí el ceño y ella continuaba- no lo ha dicho con palabras pero ha hecho un gesto, que quiere, a lo mejor solo quiere pasar el rato y después no le intereso- hablaba de Josh.

-Tranquila- le respondí tomando sus manos y acariciándolas- no tienes que hacer nada que no quieras, y si te insiste- negué con la cabeza- no caigas, no digas que si por complacerle.

Danna asintió, sabía bien que ella quería hacer ciertas cosas respecto hacia el ámbito sexual, pero también sabía que tenía cosas que no haría hasta sentirse realmente segura.

Empezamos a escuchar risas, de hecho muy conocidas, y fue cuando vimos a María y Matteo salir del vestuario. Fue algo mutuo, tanto Danna como yo abrimos los ojos, aunque siendo sincera yo tenía datos que ella no tenía.

Así que los gemidos eran de ellos dos.

El Pijo De Al Lado #1Where stories live. Discover now