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Al día siguiente estábamos todos en clase. Esta vez Joan nos llevó a todos en coche, nunca lo hacía pero nos contó que empezaría a hacerlo más a menudo.

Cuando comenzaron las clases cada uno nos fuimos a nuestras respectivas clases. Pero antes tuve que pasar por mi taquilla y coger los libros que me harían falta. Dylan que tenía su taquilla al lado estaba apoyado en esta misma mirándome.

-Podrías ser más discreto Jones, si sigues así se van a enterar pronto que te mueres por mí- una sonrisa más ancha apareció en su rostro.

-No quiero ser más discreto- note que se acercaba un poco más mientras colocaba bien una libro que se había movido de su sitio- así sabrán cuanto antes que eres mía- susurró cerca de mí.

Le miré a los ojos, volví a ver aquel brillo. Y note como mis piernas podían empezar a temblar en cualquier momento. Lo que me salvo de aquel spider fue el timbre de comienzo de clase. Sin avisar le di un beso corto en la comisura de los labios y fui a mi primera clase.

Al llegar ya había bastantes personas allí. En la pantalla había proyectado un gran mapa de Estados Unidos, la clase era de geografía. Me senté en mi sitio justo al lado de Kayla. Cuando esta empezó todos nos encontrábamos en silencio, de vez en cuando nos mirábamos entre nosotros. A mitad de la clase Britney pidió permiso para ir al cuarto de baño.

Los demás seguimos dando la clase como cualquier otra. Pero a los minutos se escuchó la alarma de incendios, y posteriormente empezó a caer agua del techo debido a los aspersores que había por si en algún momento hubiese fuego.

Todos salimos hacia el exterior de los edificios, siguiendo el protocolo que practicábamos año tras año. Allí nos encontramos con los demás del grupo. Sin embargo, faltaba una persona. Joan no estaba por ningún lado. Nos pareció raro porque Joan no solía meterse en líos y si lo hacía no se enteraba nadie. Era muy suyo. No compartía las cosas libremente.

El camión de bomberos apareció y estos entraron a los edificios para comprobar si se hallaba fuego dentro. Al mirar hacia la puerta del edificio, apareció la directora con Joan, Britney y Mia a su lado. Eso no era bueno. Joan vino hacia nosotros y lo primero que dijo fue:

-Ha sido Mia.

-Pero ¿Y Britney?- preguntó Zoe.

Joan se dispuso a contar lo sucedido- he pedido ir al servicio porque me ha llegado un mensaje diciendo que Kayla estaba allí y se encontraba mal, he supuesto que era alguien que estaba con ella, nunca agrego a nadie.

Todos asentimos escuchándole, aún que sabíamos que Mia había sido la que había organizado todo aquello. Solo una mente tan retorcida haría que todo un instituto parase por su culpa.

-Al llegar he abierto la puerta y solo estaba Britney, me ha resultado raro, pero como no la tengo agregada le he preguntado si ella me había hablado. Ella me ha dicho que no, que había recibido también un mensaje diciendo que Mia se encontraba mal.

-Y Mia no ha ido a clase- dijo María.

-Se le da mal toda esta mierda desde luego- soltó Dylan.

-¿Solo eso?- preguntó Matteo.

-Entonces Mia os ha mandado un mensaje a los dos para que fueseis al baño, pero ¿y la alarma? Debe haber fuego para que salte- preguntó Kayla.

-O simplemente le ha dado al botón- añadí -pero se vería el cristal roto.

-Yo creo que es tan corta que no le llega para pensar tanto- Danna expresó su odio hacia ella.

Seguimos haciendo nuestras propias conclusiones mientras seguimos pensando otras. Pero fue entonces cuando los bomberos salieron e informaron a la directora de que no había nada fuego allí y que podíamos volver a retomar las clases. Sin embargo, pudimos ver como uno de ellos le mostraba a la directora un cigarro.

-No jodas- solté.

-Que hija de puta- soltó Danna.

La directora al ver el cigarro miró a Joan directamente. Por los pasillos hablaban, sobre todo las chicas, de que fumaba. Por lo cual la directora tendría oídas y por eso le miró directamente. Pero conocía bien a Joan, y sabía que él no traía nunca a clase cigarros. Pues estaban prohibidos en el centro y además en horario lectivo nunca fumaba.

La directora se acercó a nosotros con el cigarro en la mano. Disimuladamente busqué a Mia con la mirada, estaba apartada viendo todo el caos, el caos que ella había provocado a propósito. Dos policías se acercaron y pidieron que los dejáramos solos. Una parte de mi quiso ir a por Mia y gritarle, pero la otra vio a Britney.

Cuando me quise dar cuenta ya estaba a su lado. Ella estaba hablando por teléfono con lágrimas en los ojos. No se dio cuenta de que estaba a su lado y siguió hablando.

-Si, ha sido ella- hizo una pausa y el chico al otro lado del teléfono habló- no hace falta que vengas, te saltarías las clases y no te dejarían pasar- el chico volvió a hablar- llevo sin hablar con ella desde hace días Brandon.

Me miró al darse cuenta que estaba al lado suya. Y entonces se despidió del chico con el que hablaba por teléfono:

-Después te llamo, no te preocupes- el chico se despidió- te quiero.

La rubia guardo su móvil y me miró después de secarse las lágrimas de las mejillas.

-No quiero discutir Noa, por favor...- no le deje seguir hablando y la abracé. Aquello era raro a quien quería mentir, pero a su vez había una parte que no era incomoda. Ella estaba mal, la estaban intentando culpar de algo que podría arruinar sus estudios y su futuro. Y si, nos habíamos tratado pésimo entre nosotras. Pero en alguna parte persistía el recuerdo de aquellas dos niñas pequeñas. Aquellas que peleaban por el ultimo trozo de galleta, que pasaban días sin separarse, sin dejar de hablarse... Y que en uno de aquellos momentos quisieron materializar aquella relación en una pulsera creada con sus propias manos. Una de esas que haces cuando eres pequeña y pones un tutorial de internet, con la esperanza de que quede igual de bien.

-Va a estar todo bien- le susurré.

-Ha sido ella.

-Lo sé- ella asintió.

-Noa- susurró- Mia quiere romper vuestro grupo porque te tiene envidia y -cogió aire- Dylan descubrió que ella lleva la cuenta de Instagram que se dedica a subir todos los cotilleos.

La miré. Eso era, la cuenta era de Mia.

-No os lo dije porque me amenazó. Pero un día me dijo que la noche la iba a pasar en casa de Dylan, y que tú no estarías así que iba a aprovechar para... eso- yo asentí para que continuase- la única manera de que Dylan se diese cuenta era hacerle llegar muchas notificaciones y que a él le llamara la atención. Así que empecé a llenarle de mensajes en esa cuenta y fue tal y como pensaba. Esa misma noche llegó a mi casa amenazándome, porque Dylan la había dejado.

Acaricié su brazo. Hace unos meses habría pensado que todo sería mentira, que ella era la que mentía e intentaba hacerme caer en su trampa. Pero en ese momento no lo creí así.

La policía miró hacía nosotras, uno de ellos se acercó- ¿Britney Duncan?- ella asintió y se levantó. Con ellos fueron el otro policía, la directora y Joan.

Dylan y yo nos miramos. Y sin pensarlo me acerqué a él y lo abracé. De primeras el no supo cómo reaccionar, pero a los segundos note como sus brazos me rodeaban y dejaba caer un beso en mi pelo.

Por suerte todo salió bien para nosotros. La policía examinó los mensajes que Brit y Joan habían recibido y pidieron revisar las pertenencias de ellos y Mía. Como sabía, Joan no llevaba nada de tabaco. Sin embargo, en la taquilla de Mia encontraron un paquete de tabaco como el que habían encontrado y un teléfono móvil que correspondía al número que había enviado los mensajes. La directora tomo la decisión de echarla del centro permanentemente por todos los problemas causados y esa misma mañana Mia desapareció. Britney me dio las gracias mientras que salíamos del edificio hacia el aparcamiento de coches donde le esperaba unos amigos suyos. Y finalmente, yo subí al coche de Joan y le di un abrazo como pude desde el asiento de atrás.

-Que mimosa enana- sonrió.

El Pijo De Al Lado #1Where stories live. Discover now