045

88 13 0
                                    

Bajé a la zona de bancos justo donde me dijo Dylan que me esperaría y allí estaba.

-Hola- le sonreí. Pero él no lo hizo.

-Hola.

Me senté a su lado.

- ¿Pasa algo? - le pregunté.

-Me voy a Harvard.

Le abracé- ¡Enhorabuena! Sabía que lo conseguirías siempre ha sido tu sueño y...

-Noa, esto no puede seguir así.

Lo miré. ¿Estaba...?

- ¿Estas...? - susurré.

-Estoy dejándolo, sí.

Asentí.

-Yo me voy, y no voy a dejar que te quedes atada a mí. Hay otros chicos mejores que yo, que te merecen. Que dejarían su sueño por tí.

Negué- me da igual.

-Noa no me ruegues.

-Por eso no me hablabas.

-Noa.

Negué.

Dylan acababa de dejarme, iba a ser el mejor verano de mi vida y una vez más él lo había jodido, me había dejado ahí, en mitad del jardín del hotel. Había tenido tantas expectativas, pensaba que íbamos a hablar, a dar una vuelta y contarnos nuestras cosas, por qué había estado distante de mí, quería que de su boca saliera un "te he extrañado", pero no fue así.

Me dolía tanto, todas mis expectativas se habían ido a la mierda y con ellas parte de mis ganas de seguir sintiendo cosas por Jones.

Me quede ahí parada, mientras él se había ido después de ver que no respondía a ninguna de sus preguntas. Las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas y empecé a sentirme sola. No sólo habíamos dejado de ser novios, sino que también en unas semanas él se iría a una distancia de más de 3000 km, y nunca había estado tan separada de él.

Una vez más el miedo ha ganado a Dylan y una vez más su miedo me ha destrozado a mí.

Entonces empecé a andar hacia los ascensores para subir a mi cuarto, enterrarme en la cama y no levantar cabeza.

¿En qué planta estaba mi habitación? ¿Cuál era la habitación? No podía pensar con claridad ¿Que tenía él que ocupaba todos mis pensamientos? Siempre había sido así, pero no lo mostraba y ahora era débil, todo el mundo sabía lo que yo sentía por Dylan y pensaba que a él le pasaba lo mismo. Pero no era así, me acababa de dejar por una universidad, había tomado una decisión por mí.

Que idiota es, te odio tanto- pensé.

Entonces recordé las palabras de Owen- ¡Bien! Tercera planta, tendremos buenas vistas a la piscina y podremos ver a los buenorros- gracias, Owen por tus comentarios.

Llegué enfrente del ascensor. Rezaba porque no bajase nadie en él y me viese llorar, me daba tanta vergüenza parecer débil. No podía permitir que la gente me viese llorar, era mi punto débil, si me veías llorar, conocías a la verdadera Noa. La que es un desastre, la que no sabe pensar coherente, no es la fría, ni la borde, es la simpática y cariñosa, esa que sólo aparecía cuando estaba sensible o cuando todo iba bien en mi vida.

Fue entonces cuando las puertas del ascensor se abrieron ante mí, y no había nadie, solo mi reflejo en el espejo. Me quedé mirándome.

Dios Noa, estas volviendo a llorar por el mismo idiota de siempre.

Si era un idiota, pero le quería.

Entonces di unos pasos y marqué el número tres en los botones, las puertas se cerraron. Entonces me rompí, empecé a llorar mucho más, iba a volver a ser una mierda de persona sin sentimientos ante los demás.

No, no quería.

Llegué a la tercera planta, las puertas se abrieron y entonces fue mi momento, salí corriendo, no podía controlar nada, volvían a mi esos sentimientos de soledad y frustración que tanto me pesaban.

No volvería a ser yo.

Esa idea me mataba, que había hecho el para que con su falta yo no pudiese ser Noa Evans. Definitivamente, y mejor que nunca puedo afirmar que Dylan Jones, me ha jodido la vida una vez más, y tenía claro que esta vez, sería la última, no volver a acercarme a él.

Mierda- pensé en cuanto mi cuerpo chocó con algo.

Estaba llorando, no podían verme llorar, seguro sería alguno de los chicos y no podían verme así, entonces levante la cabeza y me encontré con un rostro que no era conocido, al menos eso pensaba.

El chico abrió los ojos al verme.

Claro Noa, estas llorando, te está viendo con tu peor cara como quieres que no se sorprenda, ahora mismo pareces un monstruo.

- ¿Estas bien? - me preguntó el chico mirándome, mientras yo intentaba buscar una excusa para salir corriendo de ahí.

No lo conocía de nada, no iba a contarle que me pasaba, claro que no. Así que solo asiento, pero el sigue mirándome, cuando veo que mete una mano en su bolsillo derecho, saca un paquete de pañuelos.

¿Qué hace? - es lo único que me pasó por la cabeza, no me conocía y me estaba ayudando.

Mi cabeza era un desastre en ese momento, no podía pensar con claridad, las palabras de Dylan me rebotaban en la mente.

Entonces extendió un pañuelo y habló- no me quiero imaginar entonces cuando estés muy feliz- me contestó entonces riéndose intentando calmar la situación. Pero fue en vano, nada podía hacer que me tranquilizase en esa situación, nada que mi cabeza pudiese imaginar.

-Gracias- dije con un hilo de voz que ni si quiera se si él lo llegó a escuchar. Me limpié las lágrimas con el pañuelo.

Ya lloraras ahora cuando entres a la habitación, si la encuentras- pensé.

Mierda ¿Cuál era mi habitación? Empecé a mirar los números de las habitaciones, como si de repente uno de los números me llamase más la atención.

- ¡Nena aquí! - escucho una voz desde lejos y no dudo en mirar.

Owen.

Salí corriendo en su dirección, dejando allí al chico que había sido amable conmigo. Estaba tan mal solo quería tumbarme en la cama y no salir de ella en todo lo que quedaba de verano.

Cuando entre me deje caer en la cama. Kayla me rodeó con sus brazos. De alguna manera ella me hacía sentir como mi hermana.

-Pequeña, sé que es duro. Que acaba de pasar y que mis palabras puede que no sirvan para nada. Pero tienes que seguir hacia delante. Noa no es el fin del mundo, no se acaba aquí tu vida. Puede que no esté él. ¿Y qué? Tú tienes que ser lo más importante para ti misma y entonces cuando te quieras, cuando te ames, alguien más sabrá hacerlo, alguien más lo hará con todas sus fuerzas. Porque se enamorará de ti entera, de cada uno de esos pedazos que reconstruiste. Pero no te permitas estas así por nadie. Nunca.

Puede que a día de hoy Kayla crea que no oí sus palabras. Que no sentí como mis amigos se unieron al abrazo.

Pero al final creo que fui consciente de algo.

Nos quisimos, pero no como se debe querer a alguien. Así que, se terminó.

Fue mi primer amor, pero no el amor de mi vida.

El Pijo De Al Lado #1Where stories live. Discover now