El Pijo De Al Lado #1

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Primer día de Octubre, primer día de la semana y primer examen del curso, dos opciones suspenderlo o aprobarlo, muchos dirían que lo aprobarían otros muchos que los suspenderían, y yo mejor no me hago ilusiones.

Fui a mi taquilla, tenía que coger el libro de geografía para repasar el examen que tendría a última hora, eran las 8:15 de la mañana y ninguno de mis amigos estaban en el centro, por lo tanto me senté en una mesa de que hay en el patio de recreo y me puse a ver historias de gente en Instagram.

El miércoles serían las audiciones de las animadoras y según tengo oído Britney ha estado amenazando a la gente para que no se presente, pero conozco a mis amigas y sé que no se van a rendir, y que me van a obligar a presentarme. En realidad me hace ilusión poder animar a mis amigos- que los llamo así desde hace unos días- pero por otra parte, pensar en que Britney va estar todo el día con la vista en mí, me mata y no soporto esa idea.

Está mañana pinta aburrida, no creo que haya nada de especial, lo especial que habrá será la profesora de empresariales creyéndose adolescente e intentando ser "colega" de todos nosotros. La mujer es simpática, me cae bien y es de esas personas que te transmite confianza desde un principio.

[...]

Era la hora del segundo recreo, y estábamos simplemente en la cantina tomando un refresco, ya que aun siendo el primer día de Octubre hacia bastante calor. Ese día, ninguna hablo de chicos, esta vez los temas eran diferentes, cosa que agradezco.

Danna, como siempre tenía que ir al aseo y esta vez me tocó ir con ella, me arriesgaba a encontrarme con algún profesor, con algún chico molesto o con Brayan. Pero me arriesgue, al fin y al cabo no puedo estar escondiéndome. Cogí mi mochila y fuimos en rumbo al baño. Vi a Britney, me miro con una cara de superioridad, a lo que le respondí con una sonrisa falsa, pero no más falsa que sus extensiones y uñas postizas.

Nunca reflexione tanto yendo de camino al servicio, pero así lo hice, me puse a pensar en lo mucho que significa Danna en mi vida, en todos los recuerdos que tengo con ella y momentos vividos. Pensar que si aquel día en vez de alegrarme porque había una niña en la calle, me hubiera tomado a malas que alguien me pudiera haber quitado el puesto, nada de mi vida sería igual. Ella es una hermana para mí, mi hermana pequeña, la mejor de todas, es ese amor incondicional que le tengo es lo que hace que día tras día ella siga siendo la única que me conoce al 100%, a la verdadera Noa, la romántica y dulce Noa.

[...]

Me toca volver a casa andando ya que mi madre se había ido de compras y a mi padre le surgió una reunión de imprevisto. Por suerte no iría sola, Danna y los chicos de mi calle volvían andando a casa y decidí que Owen se viniera a comer a la mía, así no pasaría tanto rato sola en casa y tendría buena compañía.

La vuelta fue tranquila cada uno contó cómo le había ido la mañana y cuando llegamos a la calle cada uno se fue a su casa.

En el trayecto Joan me hizo un gesto que tenemos él y yo para informarnos de las cosas, en este caso de un mensaje que me había enviado, diciéndome que fuera a su casa a las 17:00 o así, cosa que venía perfecta porque Owen se iba de mi casa a las 16:30 ya que tenía merienda con sus tías.

Así que como siempre hago, nada más llegar a casa me puse cómoda, unos pantalones cortos de deporte y una camiseta de manga corta.
Para comer teníamos pasta con tomate y carne, así que los calenté y empezamos a comer. Después de que Owen se fuera, estuve un rato revisando mensajes, hice los deberes, que por suerte no eran muchos y dos minutos antes de las cinco recogí la habitación, cogí mis llaves y salí de mi casa para ir a la de mi vecino.

Supuse que Joan no estaría solo en su casa y lo más normal es que también estuviera Dylan rondando por ahí, así que tampoco fui muy de incógnito, a pesar de que Danna y Nico no sabían nada de esto. Y como suponía, cuando llamé al timbre me abrió la puerta Dylan.