2.23: La ira de mamá

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— Nosotros nos ocuparemos, Chuck —contestó Nate desafiante.

— No te importó que me ocupara cuando tu novia se fue conmigo en la limusina.

De acuerdo, aquí iban a empezar de nuevo.

— Y te dejó en el medio de la nada —se paró enfrentándolo.

— Serena, deberías dejar que se encargue Chuck —opiné cansada—. Gabriel no llamará.

— Solo porque huyera con el dinero no significa que los sentimientos nunca fueran reales. No solo creo que llamará, sino que creo que puedo recuperar el dinero.

— ¿Qué dinero? —cuestionó Dan entrando a la habitación—. Lo siento, venía a coaccionarte a un almuerzo familiar.

Ambos nos miramos durante unos segundos, hasta que aparté la mirada hacia el suelo.

— No viste nada raro en la sala, ¿verdad? —le preguntó Chuck.

— No, no... ¿por qué? —frunció el ceño—. ¿Qué sucede?

— No es que sea asunto tuyo, pero el negocio del novio de Serena era una estafa —le contó Blair—. Huyó con el dinero como Madoff. Ya puedes irte.

— Espera, mi padre invirtió el dinero de mi educación en él —se acercó exaltado.

— Cielos, Dan. Lo siento mucho —se disculpó Serena—. No lo sabía.

— Tengo... tengo que decírselo.

— No, por favor no. Me estoy ocupando. Lo recuperaré todo.

— Desafortunadamente, su plan solo funcionará con ayuda de Dios —se quejó Blair.

Como si fuera una pesadilla, Georgina apareció en escena, luciendo completamente distinta a la que conocemos.

— Miren esto —sonrió angelicalmente—. Me alegra que todos estén aquí.

Se provocó una larga pausa en la habitación, donde todos nos miramos sin poder creer su presencia. Por favor, ¿qué está pasando?

— ¡Hay que sacar a esta loca! —Dan rompió el silencio.

— Charles, ¿qué hace aquí? —cuestioné al ver su expresión de culpa.

— ¿Intentas matarme, Bass? —musitó Blair.

— Está bien ahora... Encontró a Jesús.

— ¡Cállense! —gritó Nate—. ¡Shh!

— ¿Así te enteraste de Butter? —Serena enfrentó a Chuck—. ¡¿Trajiste a Georgina aquí?!

— Oh, por Dios.

En el medio de ese griterío inentendible, un teléfono empezó a sonar.

— Oigan, ¿conocen a Gabriel? —preguntó Georgina leyendo el identificador.

Serena se lo quitó inmediatamente.

— Gabriel, hola —atendió—. Gracias por llamarme.

•••

Después de conversar un rato, acordaron reunirse en el restaurante del Palace. Serena hablaría con él primero, para intentar convencerlo por el lado pacifico, aunque todos creemos que es imposible. Digo, el tipo es un claro manipulador, no creo que sea tan estúpido. Pero si no funciona, Chuck accionaría con personal de seguridad para hacerlo entregarse. Por suerte.

Mientras eso sucedía, los restantes estábamos esperando afuera del hotel. La situación se sentía sumamente bizarra.

— Están tardando demasiado —resoplé—. Iré por un café.

Ashley Clayton | Gossip GirlWhere stories live. Discover now