𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢...
Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes hacen, va directamente a su blog. La desconocida pero escandalosa Gossip Girl, le da problemas a los...
Cuando asentí ligeramente, Chuck soltó un suspiro.
— Por suerte me aburría.
— ¿Yo te aburro, Bass? —le golpeé el hombro.
— ¿Eso es un sí? —cuestionó Dan sin comprender.
— Vamos al elevador antes de que cambie de idea —respondió Chuck tomando su abrigo.
══════════════════════ ¿Qué sería de la Semana de la Moda sin víctimas? Parece que la pequeña J ha creado una moda. Llevar un blanco en la espalda. ══════════════════════
Cuando entramos al club mi teléfono sonó.
Mensaje de Blair: No puedo creer que aceptaste sentarte en la primera fila en el desfile.
Fruncí el ceño. ¿Qué diablos?
Mensaje para Blair: ¿De qué hablas? Creí que lo veríamos tras bambalinas.
Caminamos unos pasos bajo las luces brillante hasta que llegamos a la mesa reservada. Ni bien nos sentamos, Chuck movió los dedos y un mozo de acercó.
— Aquí tienen —dijo colocando unos shots en la mesa.
Dan nos miró alzando las cejas cuando el mozo se marchó.
— Genial, ¿hacen una señal y te traen los tragos? ¿Hay otra señal para el martini? ¿Hay un sistema para la élite borracha? —bromeó.
— Cállate, Humphrey —bufé.
Deslicé la bandeja hacia su dirección para que bebiera primero. Dan me miró estático por un segundo antes de agarrar un shot.
— Realmente te transformas cuando estás con él.
— Me siento halagado —contestó Chuck sarcástico.
Y le volvió a acercar la bandeja a Dan, quien negó con la cabeza.
— Me basta con uno.
— O te apuntas a todo el viaje, o te vas —contesté determinada—. Así lo hacemos.
Dan nunca había visto esta faceta mía, pero él lo pidió. Si quería la experiencia completa, la iba a tener. Y, teniendo en cuenta todo lo que me estuvo pasando estas semanas, yo misma viviría esta noche al máximo.
Luego de pensarlo, Dan se encogió de hombros.
— Bueno, pásame los shots.
— El licor es para luego —contestó Chuck.
Abrió la mano, enseñando tres pastillas.
— ¿Qué es eso? —preguntó Dan.
— ¿Acaso importa? Entra en la madriguera, o sal por la puerta. Ya te lo dijo.
Sí, claro... yo le había dicho eso. Pero tal vez es demasiada experiencia para esta noche. Y Dan lucía un poco aterrado.
— Charles... quizá es mucho —murmuré insegura.
— No, está bien —contrarrestó Dan.
Para mi asombro, agarró la pastilla y se la puso en la boca. Así que dejé mis cuestionamientos de lado e hice lo mismo, para luego brindar.
Chuck sonrió maliciosamente. Sabía que lo estaba corrompiendo... y le encantaba.
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