𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐧𝐚𝐝𝐢𝐞 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐥𝐚𝐧 𝐝𝐞 𝐭𝐢...
Una escuela privada, pero no vida privada. Lo que sea que los estudiantes hacen, va directamente a su blog. La desconocida pero escandalosa Gossip Girl, le da problemas a los...
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— ¡Clayton! —rió parándose—. Por Dios, ¿cómo estás? —me dió un abrazo—. No te veía hace mucho. Estás... muy hermosa —me observó de arriba abajo.
Sonreí coqueta, aprovechando su halago para lucirme un poco. Por el rabillo del ojo noté cómo Chuck viró los ojos, pero no le presté atención. También descubrí que Nate estaba sentado en la silla de su lado, así que claramente conversaban.
— Estoy muy bien —apoyé mis codos en la mesa, inclinándome hacia él—. ¿De qué hablan?
— Sobre un juego de cartas —respondió Nate.
— No esa basura que están jugando. El Texas Hold'em está muerto —explicó Carter, volviendo a sentarse—. Hay un juego semanal en una esquina de Queens. Es toda la noche. Es excelente. Apuestas altas, mucho dinero. Personas con historias que opacarían la mía... Ustedes deberían ir.
Abrí los labios, pensando en las posibilidades. Creo que no hace falta decir que el póquer no es exactamente de mi agrado, pero puede que alguien que tengo a centímetros de distancia sí lo sea. Y no me molestaría pasar más tiempo con él. Aunque necesito una excusa.
— Bueno, si Nate acepta...
— Claro —contestó él, sin pensar mucho.
Carter sonrió con suficiencia. Y yo lo imité, agradecida de que fuera mi coartada perfecta.
— Bien. Ashley, ¿te gustaría que nos viéramos antes? —me miró sugerente, mostrando sus intenciones—. Ahora estoy parando en...
— Debe irse. Lo lamento —lo interrumpió Chuck, fingiendo pena.
Maldición. Lo tenía justo ahi, y Charles debía arruinarlo... Me tomó de los hombros y me empujó levemente. Traté de liberarme, pero me sujetaba con bastante fuerza mientras me dirigía a la salida a toda velocidad.
— Sí, bueno. Te puedo dar mi número y me pasas los detalles luego —grité, haciéndolo asentir. El problema es que cada vez estaba más lejos—. ¡O mejor que te lo de Nate!
— Perfecto —escuché a la distancia.
Mi amigo abrió la puerta, moviendo sus ojos hacia fuera e indicándome que salga. Suspiré, saliendo después de negar con la cabeza.
— Eres insoportable. ¡Aunque me da ternura que te pongas celoso! —me burlé con voz aguda.
— Adiós —bufó, cerrando la puerta en mi cara.
Una risa se me salio. Este tipo.
══════════════════════ ¿Había una sonrisa en los labios de B? Atención para ella para variar, y S la ayudó a conseguirla.Creo que los milagros sí pueden pasar. ══════════════════════
