67.

1K 79 8
                                    


Cuando entré en el local un escalofrío recorrió mi cuerpo. Las luces aún estaban apagadas, pero podía ver la silueta de las sillas sobre las mesas como cada vez que el bar estaba cerrado, iluminadas por la única luz del patio anterior que Tony siempre dejaba encendida. Bajé las escaleras pensando en aquella parte de mi vida en la que creí que había sido feliz, llevaba las cuentas de un local de éxito que compartía con un hombre que supuestamente me amaba, cuando en verdad, había dedicado su vida a destruir la mía. Me quedé parada un momento, bloqueada, releyendo en mi cabeza aquellas partes de un diario que había escrito, cuyas vivencias se basaban en aquel local, aquel local y aquel hombre que hicieron de mí lo que quisieron durante años, por actos que yo no había cometido, convirtiéndome en la persona que era hoy en día, aquella a la que le habían devuelto un anillo de compromiso, aquella que tenía una vez más un torbellino de sentimientos que no sabía controlar, aquella a la que una vez más, le llegó aquella tormenta que creí que un día, había alejado de mi vida.

Unos pasos en la parte superior me devolvieron a la realidad, y supe que Tony estaba en el local, cogí mi móvil, puse la grabadora y lo metí en el bolsillo trasero de mi pantalón. Sabía lo que tenía que hacer, necesitaba una confesión, y no podía ser tan difícil, lo había hecho muchas veces antes, aunque no lo recordara, hablaría con el, me dejaría llevar para llevarlo a él a mi terreno, y cuando me dijera la verdad, lo tendría todo grabado para entregarlo a la policía. Parecía sencillo, pero algo dentro de mi sabía que no lo iba a ser.

- ¿Hay alguien en casa? – Pregunté, aunque sabía la respuesta.

Otro escalofrío recorrió mi cuerpo cuando lo vi asomarse por la puerta del despacho que estaba en la parte alta, y sin quererlo, se me removió el estómago. Intenté disimular una sonrisa cuando vi su rostro que me observaba sorprendido desde lo alto, y me senté en la barra sabiendo que bajaría a mi encuentro.

- Miriam... ¿Qué haces aquí? – Me preguntaba extrañado.

- Nada...pasaba por el barrio, ¿Me pones algo? – Sabía que tenía que llevarlo a mi terreno, y el alcohol siempre había sido su debilidad.

Se acercó y camino por detrás de la barra, con cautela, como si algo le advirtiese que esa noche era él quien tenía que tener cuidado conmigo, colocó entre ambos dos vasos de chupito y cogió una botella de tequila.

- ¿Lo de siempre?

- Claro – Sonreí disimuladamente.

- ¿Qué haces aquí Miriam? – Preguntó una vez más – ¿Tu novia te ha dejado salir?

- Me ha dejado, directamente – Dije mientras me dolía cada una de esas palabras.

- Vaya... la morena te ha dejado y vuelves a casa ¿No es así? – Vi como bebía su trago de tequila y se servía otro, sabía que así podría llevarlo a mi terreno.

- No sabía a donde ir... - Dije bebiéndome el mío.

- ¿Y que le has hecho a la morena para que te haya dejado? Me sorprende... arañaba por ti...

- Bueno en verdad... me he marchado yo... me ha mentido.

- Miriam...Miriam...Miriam... te dije que era una mentirosa y no me creíste... pero bueno...te entiendo, un cuerpazo, unos ojazos, esa cara de niña buena... cualquiera se hubiese vuelto loco por ella – Se me volvió a remover el estomago – Incluso tú, te cegó con su carita de niña buena, pero tú sabes que éste siempre ha sido tu hogar, por eso vuelves – Bebió otra vez.

Fix YouWhere stories live. Discover now