2.

1.8K 99 0
                                    


¿A ti no te enseñaron a llamar antes de entrar?

Borde, esa muchacha era una borde, y mis intentos de sonreírle y presentarme con educación quedaron en eso, en un intento. Cuando se dirigió a la puerta en donde yo todavía e encontraba, de mis labios salió un ligero:

Soy Ana

-  ¿Y?

¿Y? ¿Cómo qué y? ¿Qué significaba eso? Me hubiera gustado soltarle un ¿y quién eres tú? Pero la señora Doblas merecía respeto y yo no tenía ganas de comenzar una discusión sin sentido con una persona a la cual ni conocía y que seguramente no volvería a ver. La rubia después de mirarme de arriba abajo se dirigió a la señora Doblas con sólo una pregunta:

- ¿Otra?

¿Otra? ¿Cómo que otra? Quise hacerle mil preguntas a esa borde desmelenada, pero al igual que la señora Doblas me quedé con la palabra en la boca ya que ésta se había marchado de la habitación dando un portazo mientras yo escuchaba decir a la señora Doblas:

- Mimi, por favor!!

Mimi....así que la rubia borde tenía nombre, o un apodo más bien. La señora Doblas me sacó de mis pensamientos cuando comenzó a hablar conmigo.

- Ana, disculpa a mi nieta. Acaba de llegar de viaje y seguramente esté cansada. No suele ser así.

Así que la nieta, en estas dos semanas y media que llevaba trabajando para la señora Doblas, nadie la había nombrado. Tampoco es que en esa casa viviera mucha gente, sólo estaba la señora Doblas, Noelia, y el perro que se apoderaba del jardín y no me dejaba pasear por él, pero de ésta tal Mimi, nadie la había mencionado, ni siquiera Miriam, ¿la conocería?.

La tarde transcurrió con tranquilidad, no volví a encontrarme con Mimi, le conté a la señora Doblas sobre mi examen y estuve un rato tocando la guitarra para ella, se había proclamado mi mayor fan. Noelia llegó un poco antes de lo previsto así que aproveché para marcharme y llamar a Miriam para proponerle una noche de chicas, y es que desde que había llegado a Madrid no había salido de fiesta, y el cuerpo ya me lo estaba pidiendo. Miriam obviamente no se negó y me dijo que llamaría a sus amigas.

 A las 12 entrabamos en una discoteca, Aitana, Nerea, Amaia, Miriam y yo preparadas para bailar y alguna decidida a beberse todo lo que había en la barra.

Sonaba A-Yo de Lady Gaga cuando mis ojos se desviaron a la pista y se clavaron en los movimientos de una rubia que se pegaba a un chico de forma muy sensual. Y allí estaba Mimi, en la misma discoteca que yo, haciéndose la reina de la pista con cada uno de sus movimientos. Esta vez fue Miriam la que me trajo de vuelta a la tierra cuando se plantó delante de mí con un Gin-tonic quitándome la visión que había hecho que me quedara con la boca abierta. Miriam miró hacía la pista y luego volvió a mirarme y con un simple vaya....lo resumió todo.

- ¿La conoces? – Le pregunté

- No... ¿Debería?

- Es la nieta de la señora Doblas. Me la encontré hoy en su casa.

- Vaya... bueno Ana en ese caso, ni la mires.

- No la miro Miriam, es que me sorprendió verla aquí nada más.

- Ya...ya... Ana que nos conocemos. Te lo digo por tu bien, no por el trabajo ni nada de eso, esa chica no es buena pieza.

- ¿Cómo que no es buena pieza?

- Ana, ni lo quieras saber. Tú disfruta de la noche y olvídate de ella.

Iba a hacerle caso a Miriam, iba a disfrutar de la noche, pero mi mirada inconsciente me traicionaba buscando a Mimi, la cual había perdido hace un rato. Cuál fue mi sorpresa cuando entré en el baño....

Fix YouWhere stories live. Discover now