38.

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- ¿Miriam? – Logré decir mirándola a los ojos.

- Sí, ¿Nos conocemos?

- ¿Qué? – En ese momento mi mandíbula se desencajó, no entendí esa pregunta. ¿Cómo que Miriam? Ella odiaba que la llamaran por su nombre completo, siempre había preferido Mimi, ¿Cómo que si nos conocemos? ¿Qué clase de broma es esta?

- Sí, perdona es que no sé...me resultas familiar pero no sé de qué puede ser – Me dijo con una sonrisa tímida.

Yo me quedé mirándola, alternando mi mirada con la de Ricky, intentando que alguno de los dos me explicara la situación, intentando buscar la cámara oculta que tenía que estar escondida por ese parque, tenía que ser una broma, una broma muy bien planeada, seguro que culpa de Miriam, pero de Miriam no de Mimi, que le encantaba tomarme el pelo. No sé cuánto tiempo me quedé mirándolos embobada pero fue la voz de Mimi la que me devolvió a la realidad.

- Bueno...tenemos que irnos... Ana no sé cómo agradecerte que hayas cuidado de ella de verdad... - Me dijo mirando a Luna.

- No...No te preocupes – Alcancé a balbucear.

- Gracias, de verdad. Por cierto, me encanta tu colgante, que casualidad que mi perra se llame igual!

Cogí entre mis manos el colgante que siempre llevaba puesto, su colgante, ese colgante que yo le había regalado y que ella me había devuelto hace 8 meses con una nota.

- Sí...que casualidad – Dije ésta vez con un tono más frío.

Se despidieron de mí dándome una vez más las gracias, Ricky entusiasmado me abrazó diciéndome que le había salvado la vida y yo me quedé atrapada en la sonrisa de Mimi, en su mirada, que parecía no reconocerme ni yo encontrarme en ella, como si fuese la primera vez que nuestras miradas se cruzaban. Me despedí de Luna con lágrimas en los ojos mientras ella me llenaba de besos, y me quedé allí, estática, mientras ella se marchaba una vez más de mi vida y yo sin saber si estaba dispuesta a dejarla marchar una vez más, pero no fui capaz de reaccionar, ni siquiera cuando a lo lejos se giró, para sonreírme una vez más.

Nada más llegar a casa llamé a Miriam, me dio igual que estuviera trabajando, la necesitaba y la necesitaba con urgencia.

- Que no sabía quién era Miriam, que no sabía quién era! – Le dije dando vueltas de un lado a otro.

- A ver Ana tranquila... ¿Estaba con alguien más? ¿Estaba disimulando tal vez?

- No Miriam que no... Su mirada...su mirada no era la misma, no me vi en ella, no me conocía...

- Ana estate quieta por favor, me estás poniendo de los nervios!

- Miriam...que llevo 8 meses pensando que no me ha buscado porque no le importaba, ¿y ahora? ¿Y si le pasó algo y es que no me recuerda? ¿Y qué hago yo ahora para encontrarla? Si no sé nada de ella!

- Ana cariño... - Se levantó y me envolvió entre sus brazos en ese abrazo que yo tanto necesitaba en ese momento – Sé que ha pasado tiempo, pero si de algo me he dado cuenta, es que por mucho que se vaya...como sea...Mimi siempre vuelve...

- Pero ésta no era mi Mimi Miriam...

- Bueno...eso aún no lo sabemos ¿No?... Sólo tienes que preguntarte una cosa... ¿Estás dispuesta a buscarla y averiguarlo?

Fix YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora