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Las sábanas estaban desordenadas, tal vez estaban haciendo juego con mi cuerpo, alterado por su presencia, por el roce de su piel contra la mía, por sus manos que subían a través de mi espalda para perderse en mi pelo cuando ella me pedía más mientras la devoraba a besos. Tener a Ana bajo mi piel mientras su cuerpo se encuentra bajo mis labios es la mejor sensación que conozco. Me incorporé para perderme en su mirada, sin saber que era ella quien se perdía en la mía mientras resplandecía con su sonrisa.

- ¿Qué pasa? – Le pregunté.

- Me encanta tenerte así – Me dijo.

- ¿Desnuda sobre ti? Si...a mí también me encanta – Le dije poniendo la más pícara de mis sonrisas.

- No es eso – Colocó con mimo un mechón de pelo detrás de mi oreja – Me encanta tenerte así, sonriéndome de esa manera, con esa miraba, podría perderme en tu mirada a la misma vez que en tus labios, sabiendo que aunque me pierda, el camino siempre me llevaría al mismo sitio – Colocó su mano en mi pecho – a casa, tu eres casa Mimi.

- Ana...ojalá nunca se vaya de mi pecho todo lo que me remueves dentro.

- Quítale el ojalá bonita...esto es para siempre.

- ¿Nuestro siempre?

- Siempre nuestro.

Volví a la realidad cuando noté mi mejilla húmeda por aquella lágrima que se derramó sin permiso a través de mis ojos.

- ¿Por qué no? – Pregunté mientras notaba como se iba desatando aquel nudo que se había formado en mi garganta. – Se supone que tú y yo nos queremos Ana... hemos pasado por mucho y siempre me has dicho que no te importan mis recuerdos. Yo te quiero a ti, me da igual el pasado, quiero construir un futuro contigo sin importar más nada que tú y yo...

- Mimi...no es un no definitivo – Me dijo entregándome aquel anillo que le había dado en el aeropuerto antes de marcharme de su lado – Y claro...claro que tú y yo nos queremos mi amor, no quiero que dudes de eso nunca por favor, pero no es el momento Mimi... aún tenemos muchas cosas que solucionar. No estoy pidiendo que recuperes tus recuerdos, nunca podría pedirte algo así, sé que me quieres, lo que sientes por mí, puedo sentirlo así como tu sientes lo que yo te amo a ti, pero tenemos que hacer las cosas bien cariño, tenemos que conseguir alejar a Tony, de ti, de tu abuela, de nosotras, sanar todo el daño que nos ha ocasionado y tenemos que hacerlo juntas. No me vale que tú vengas unos días antes a Madrid para protegerme...

- Ana...entiéndelo...tengo que alejarte de él...

- Y tu entiéndeme a mí Mimi...no puedo permitir que te haga daño una vez más, puede que tú no recuerdes todo lo que te ha hecho, pero yo sí...y no quiero que vuelvas a pasar por todo eso. Déjame cuidarte, déjame protegerte a ti también, ya no estás sola, ahora somos dos, déjame que lo hagamos juntas, por favor.

- Ahora necesito estar sola – Dije mientras cogía el anillo y salía del salón para alejarme de ella aunque mi cuerpo pidiera lo contrario.

- Mimi...

No escuché nada más, salí por la puerta de la cocina, le puse la correa a Luna y me fui dispuesta a olvidarme de aquel momento. Entendía a Ana, claro que la entendía, podía comprender su miedo, cuando se trataba de Tony yo también lo tenía, pero necesitaba que ella me entendiera a mí, no podía ser la culpable de una vez más, volver a hacerle daño. Ella ya había sufrido suficiente cuando desaparecí, cuando Tony hizo que me marchara de su vida, cuando volví y no podía recordarla, cuando Tony le sacó todo el dinero que pudo, cuando decidió destruirnos y yo no me daba cuenta...

Mientras paseaba podía notar como el frío se colaba a través de mis manos y de mi bufanda, podía sentir mis mejillas sonrojarse por aquellas calles de Madrid que me llevaban a aquel lugar al cual no quería volver. A pesar de estar empezando Noviembre, ya se notaba aquel espíritu navideño en las calles llenas de luces y de guirnaldas, y aunque aún no estaban encendidas, allí estaba aquel árbol navideño que una vez, cambió mi vida.

Mis pies me llevaron a aquel callejón en donde había pasado tantos malos momentos que mi piel recordaba, pero no podía marcharme, me quedé allí, clavada en el suelo con Luna a mis pies, sabiendo que debíamos marcharnos pero sin dejarme sola en ningún momento hasta que tomé la decisión. Podía escuchar la música a través de las puertas de aquel local que una vez administré, en el cual hace años entré a una fiesta y conocí a la persona que me destruyó la vida, que me hizo dudar quien era, consumió mi esencia y le hizo daño a las personas que más me querían, y en aquel momento, decidí, que lo que comenzó en una fiesta, debía terminar en otra.

Me agaché para colocarme a la misma altura en la cual se encontraba Luna, que seguía a mi lado mirándome con los ojos tristes sabiendo lo que ocurriría a continuación. Acaricié el pelaje de su cabeza, justo detrás de las orejas mientras sentía su nariz fría sobre mi piel.

- Gracias – Le dije mientras seguía acariciándola – Gracias por estar siempre a mi lado, por quererme y cuidarme de esa manera tan incondicional, por acordarte de quien soy cuando ni siquiera yo misma puedo hacerlo, por cuidarla cuando yo no pude...Gracias...

Recibí besos por toda mi cara como respuesta, como si hubiese entendido todas y cada una de mis palabras, y por última vez sonreí esa noche. La abracé sabiendo que se llevaría mi olor con ella, y que no se marcharía de mi lado hasta que no se lo ordenara, así que me quedé sobre ella unos segundos más.

- Cuida de ella pequeña. Márchate a casa. – Le dije mientras le quitaba la correa.

Me alejé de ella acercándome a aquella puerta mientras veía como se quedaba allí sentada, mirándome, pensando que tal vez estaba cometiendo un grave error, pero sabía que lo tenía que hacer por Ana, se lo debía, nos lo debía. Me di la vuelta y la dejé marchar para abrir aquella puerta sabiendo que todo acabaría esa noche, porque estaba segura de que lo que había comenzado hace años, terminaba esta noche en aquella fiesta...


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A todos aquellos a los cuales les acaba de dar un parraque cardíaco al ver la notificación de actualización, lo siento por la larga, larga, espera, pero a veces ocurren cosas que no permiten que llegue la inspiración... Gracias a los que enviaban mensajes y pedían que actualizara,  hace poco les dije que esta historia seguiría pronto, espero que no desesperaran demasiado.

En fin...gracias por seguir ahí leyendo esta locura que se me ocurrió un día. Prometo no tardar tanto en el próximo.

Fix YouWo Geschichten leben. Entdecke jetzt