27.

1.5K 102 8
                                    

Querido diario...

No sé por cuánto tiempo más pueda aguantar esta situación, necesito escribir, necesito escribir y desahogarme porque no puedo contarle a mi abuela lo que está ocurriendo, no puedo causarle más disgustos ni preocupaciones y no tengo a nadie más a quién contárselo... Ni siquiera puedo describir cómo me siento, a veces no siento nada, pero esta vez es cómo si me hubiese roto por dentro un poco más. Lo ha vuelto a hacer, sé que no fui consciente todo el rato, pero lo hizo.

El viernes fui a la discoteca buscando a Tony para dejarle parte del dinero y marcharme, la verdad que ésta semana estaba demasiado cansada y no me encontraba bien. Me retuvo, me dijo que esa noche no podía fastidiarle el negocio, así que me hizo quedarme y me ofreció un par de copas, no quería tomar nada, pero me obligo, me dijo que un poco de alcohol en el cuerpo me haría ver las cosas de diferente manera, de verdad que esa noche quería irme, discutimos, y después de darme un golpe me hizo beberme todo el cubata de golpe, tenía algo más, lo sé, y lo sé por qué todo me empezó a dar vueltas muy rápido y no podía sostenerme, ojalá me hubiera dado un poco más para quedarme inconsciente y no haber vivido todo aquello. Recuerdo cómo me llevo hacia el callejón, recuerdo cómo me ofreció a sus amigos diciéndoles que hicieran conmigo lo que quisieran, y recuerdo la cara de aquellos tres tíos mientras tomaban lo que querían de mi a su antojo, intenté evitarlo, pero no tenía fuerzas, estaba demasiado mareada, demasiado débil y no me podía sostener, recuerdo como Tony me mantenía diciéndome lo buena chica que era mientras uno tras otro abusaba de mí. No recuerdo cómo llegué a casa, tal vez por el alcohol, las drogas, tal vez por los golpes que recibí esa noche, sólo recuerdo el frío recorriendo mi cuerpo junto a todo el dolor y su voz, no sé si eran imaginaciones mías pero escuchaba la voz de Ana mientras dentro de mí estallaba una batalla que no podía superar, y no sé por qué pero al escuchar su voz me sentí a salvo.

Lo siguiente que recuerdo es frío de nuevo, pero esta vez mis imaginaciones eran reales y Ana estaba allí, en mi habitación, colocándome un paño frío en la cabeza, no puedo describir como se me revolvió el cuerpo cuando me dijo que quería quedarse conmigo, por una parte sentí alivio, por primera vez en muchos años, no quería quedarme sola, esa noche no. Me desperté a mitad de la noche y ella estaba allí, a los pies de mi cama en posición fetal, no sé por qué pero me dio tanta ternura que tuve que levantarme y taparla con la manta que tenía en los pies, en ese instante sentí una tranquilidad que no podría explicar con palabras, pero me hizo sentir por un momento que estaba en paz, que nada malo había pasado. No entiendo cómo después de como la había tratado ella se había quedado allí conmigo, cuidando de mí, cómo si no tuviera cualquier cosa mejor que hacer que estar conmigo. Me despertó de mi pesadilla, cuando en verdad mi cabeza estaba reviviendo todo aquello que había ocurrido para mí solo unos instantes antes, y se puso tan pesada conmigo para que comiera que aunque me dieron ganas de tirarle el caldo en la cabeza cuando me lo pidió por favor, fue el corazón esta vez quien me dio un vuelco. No sé por qué pero su presencia en ese momento hacía que estuviese más tranquila, por lo que intenté alargar la conversación un poco más antes de que se marchara, e incluso la invité a quedarse a ver una película, pero es que su compañía hacía que se me olvidara por momentos lo que había ocurrido e hizo que me sintiera como una persona normal aunque fuera por unas horas, como cuando dos amigas están viendo una película en su casa, con total tranquilidad, eso a lo que la gente suele llamar algo normal.

Ahora se ha marchado y aunque me he quedado un rato con mi abuela, han vuelto todos los recuerdos a mí, vuelvo a sentir la impotencia, esas ganas de poder escapar, salir corriendo y que él no vuelva a alcanzarme, acabar con todo esto de una vez sin hacerle daño a más nadie, sin que mi abuela sufra las consecuencias de todo esto, sin que se entere de nada y pueda seguir viviendo tranquila, pero no sé cómo hacerlo, no puedo escapar sabiendo que si lo hago Tony irá a por ella hasta que consiga todo lo que quiere, y no puedo hacerle eso, no puedo defraudarla más, no sé qué hacer, esta vez sólo quiero, y necesito llorar...

*********

- Mimi...

Sigo sentada en la cama, las lágrimas caen por mis mejillas con cierto descontrol, y la rabia se apodera de mi cuerpo.

Ahora puedo entender el estado en el que llegó Mimi aquel viernes en el cual pensé que habían entrado a robar, entendí su inconsciencia y su fiebre los días posteriores. La habían drogado, la habían drogado y no sólo eso, habían abusado de ella aquella noche, cómo cuando la encontré en aquel callejón detrás de la discoteca. Lo peor de todo es que no era la primera vez que pasaba por eso y ella no había pedido ayuda por no defraudar a su abuela.

Intentaba entender la situación, que ocurría con ese Tony para que ella permitiera que la trataran así, y por un momento entendí la actitud que tenía aquellas primeras semanas, tan borde, tan antipática, seguramente todo era debido a aquella situación tan incómoda, y cuando vio que alguien la trataba un poco diferente, de la manera en la que verdad se merecía, cuidando de ella, dejó aparecer a la Mimi que en verdad era, sólo era una tapadera para esconder su dolor y no mostrar todo lo que estaba sufriendo y por todo lo que estaba pasando, intentaba proteger a su abuela de algo, pero ¿de qué?

No puedo negar que mi corazón latió un poco más rápido cuando leí que en ese momento le transmití cierta tranquilidad, ojalá poder haberla ayudado desde un principio, tal vez así todo ahora sería distinto, a lo mejor no se hubiera marchado, estaría aquí a mi lado riéndonos de cualquier cosa, y yo disfrutando de esa sonrisa que tanto me hipnotizaba. Ojalá poder hacer algo para que ella no haya vivido esta situación y dejar todos sus miedos y fantasmas atrás. Ojalá tenerla cerca ahora mismo para abrazarla, sostenerla y no alejarme de ella nunca...

Eran las tres de la mañana cuando después de respirar un poco y darme una ducha caliente pude calmar toda la rabia que sentía en mi interior, leer aquella parte e imaginarme su sufrimiento no había sido nada fácil, y por un momento sonreí pensando que se había marchado y que ese tal Tony no podía volver a hacerle daño. Volví a coger el cuaderno, preparada para leer la siguiente parte y encontrar alguna respuesta a todas mis preguntas, lo que no sabía es que en esta parte se había dejado el alma y yo no estaba preparada para el llanto que me invadió...

Querido diario....

Fix YouWhere stories live. Discover now