15.

1.8K 108 2
                                    


El 31 llegué a Madrid sobre las cuatro de la tarde, quería ir a casa y descansar un rato antes de ir a casa de la señora Doblas, cenaría y partiría el año allí ya que Miriam saldría a cenar con sus padres y ya todos nos reuniríamos en la fiesta. Estaba un poco nerviosa, esa noche le presentaría a Mimi a aquellas locas que eran mis amigas, y no es que me preocupara que le pudieran caer bien o no, me preocupaba que Mimi nunca se ha mostrado como una persona muy sociable ante los demás y me preocupaba el hecho de que pudiera agobiarse.

Recogí mis maletas y me disponía a salir del aeropuerto, estaba sumergida en mis pensamientos cuando escuché mi nombre, miré hacia los lados, pero no vi a nadie, así que seguí caminando, volví a escuchar mi nombre, pero esta vez me dio un vuelco el corazón, era su voz, volví a mirar hacia los lados y no la vi, así que me giré hacia atrás y allí estaba ella, preciosa, apoyada en una columna de forma casual, como si no hubiese nada en estos momentos que pudiera preocuparla, llevaba unos vaqueros, un top blanco y una chaqueta roja que dejaba al descubierto su cuello donde se encontraba el colgante que le había regalado, y esta vez, su cabello rizado caía sobre sus hombros, definitivamente la mejor imagen que había visto desde que me había marchado de su lado. No pude retener mis impulsos y me lancé a sus brazos, creí por un momento que me había excedido hasta que noté como sus brazos apretaban mi cuerpo y su mano volvía a apoyarse una vez más sobre mi pelo, enterré mi nariz en su cuello y una vez más aspiré su aroma, como la había echado de menos. No sé cuánto tiempo tardamos en separarnos, pero me hubiera quedado a vivir en ese abrazo.

- ¿Qué haces aquí? – Le pregunté con una sonrisa en mis labios.

- Nada, que tengo que irme a un bolo.

- ¿Qué? – Mi sonrisa desapareció de golpe.

Su risa se escuchó en gran parte del aeropuerto.

- Vaya cara canaria! ¿Qué voy a hacer aquí? Venir a buscarte boba!

En ese momento mi corazón recuperó sus latidos con un poco más de fuerza.

- No hacía falta Mimi!! Si tengo que ir a casa a dejar las cosas y preparar las de ésta noche.

- Pues te llevo a casa ¿Qué problema hay?

¿Qué qué problema había? Que me había sorprendido, no esperaba verla hasta la hora de la cena, no esperaba aquel abrazo que nos dimos en ese aeropuerto, no esperaba su olor en mi ropa y no esperaba que mi corazón volviera a latir tan deprisa antes de tiempo.

Nos subimos en su coche, y entre risas e historias nos dirigimos a mi casa. Cuando llegamos me puse nerviosa, no por el hecho de que Mimi entrara en mi casa, que también, sino porque sabía que allí estaría Miriam con sus padres, y aunque las fuera a presentar esa misma noche, no sabía si Mimi se iba a sentir incómoda desde ese mismo momento. Cuando entramos Miriam me recibió con un abrazo y yo hice las presentaciones mientras saludaba a sus padres, para mi sorpresa Mimi no cambio su expresión, si no que siguió sonriente y tranquila. Cuando me dirigía a dejar las cosas y preparar las de la noche deje a Mimi con Miriam, no sin antes decirle a esta:

- Es un poco antipática, no me la agobies.

Mire a Mimi antes de irme a mi habitación, y vi como cambiaba su expresión mientras en sus ojos veía sus ganas de matarme, no pude evitar sonreír, y caminando hacia mi habitación escuché como Miriam empezaba una conversación:

- ¿Y qué Mimi? ¿Tú que te vas a poner esta noche?

- ¿Qué?

Fix YouWhere stories live. Discover now