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Hola! Hoy hago el comentario al principio para decirles que este capítulo es un poco meeeeh para mi gusto, aunque bueno...tiene sus cosillas, pero tampoco esperan gran cosa. Quería actualizar hoy si o sí para agradecer esos 10k a los cuales ha llegado esta historia y aún no me lo creo!! Así que está un poco escrito a las prisas....

Espero actualizar pronto que sé que siempre me dicen que no los deje así con la intriga....decirles que el siguiente capítulo ya está pensado!

Una vez más mil gracias por leer y por esos comentarios que de verdad alegran y animan un montón a seguir la historia.

Un abrazo y un beso a tods!!

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- ¿Mimi? Mimi reacciona!

Le doy un par de palmadas en la mejilla pero no responde, un escalofrío me invade todo el cuerpo y vuelvo a intentarlo, la mancha de sangre en las sábanas no es demasiado grande pero me asusto, sobre todo porque Mimi no reacciona. Salgo corriendo a buscar mi móvil para llamar a una ambulancia, dándole vueltas a la cabeza por lo mucho que me va a odiar por ello, pero en ese momento no me importa, cuando estoy marcando el número de teléfono retrocedo, lo pienso mejor y marco otro número, son las 7 de la mañana pero no me importa, que se despierte, sé que a Mimi le dará más confianza que llame al médico que la atendió aquella vez en casa de la señora Doblas.

En treinta minutos el doctor ya está tocando en la puerta de mi casa, y después de abrirle lo llevé corriendo a la habitación sin ni siquiera darle los buenos días, estaba tan nerviosa que no sé en qué momento perdí la educación. Me moví nerviosa de un lado a otro mientras el doctor tomaba el pulso de Mimi cuando me dijo:

- Voy a examinarla ¿Te parece bien?

- Eh.... – Me moví nerviosa – Si, si, claro... ¿Quiere algo? ¿Un té? ¿Un café? ¿Un wiski? – Creo que lo último lo necesitaba yo más que él.

- ¿Tienes Tila?

- Si...creo que sí....

- ¿Puedes ir preparándola?

- Si....Claro....

Una parte de mí agradeció salir de aquella habitación, creo que el hecho de prepararle una tila era sólo una estrategia para dejarlo a solas con Mimi y poder examinarla tranquilo, sin mis nervios atravesándolo, pero el resto de mí quería estar en aquella habitación y ver qué pasaba con Mimi en todo momento.

Después de los trece minutos y cuarenta y seis segundos más largos de mi vida, el doctor salió de la habitación y vino a dar conmigo a la cocina, todavía me movía nerviosa de un lado a otro, y en cuánto lo vi lo avasallé a preguntas, hasta que al pararme un segundo en su mirada, me resumí sólo a una:

- ¿Cómo está?

- Siéntate Ana

Tuvo que ver mi cara de miedo porque volvió a hablar enseguida

- Está bien, tranquila.

En ese momento sentí que volvía a tener órganos internos y que mis pulmones volvían a sus funciones normales mientras el aire volvía a entrar en mí. Le tendí la tila que había preparado y me senté como me había pedido esperando que comenzara a hablar.

- No Ana, si la tila es para ti, estás muy nerviosa, tómatela, te sentará bien.

No pude evitar sonreír un poco porque a pesar de que yo hubiera preferido el wiski, me pareció un gesto bastante tierno.

Fix YouWhere stories live. Discover now