Capitulo 38

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La alarma de Chris sonaba en su velador a las 6 en punto. Parte de la rutina diaria como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, comenzábamos a quejarnos y estirar el cuerpo sin abrir un ojo, intentando pestañear para facilitar la entrada de la luz y murmurando.

Pero me levanté más animada cuando recordé que hoy además del trabajo, quedé de ir con Chris al parque para realizar algo que según él podría ayudarme a liberar mi mente de una forma más simbólica, por otro lado, también llegaban mis padres, por fin se mudarían y estaríamos cerca, además quedaba una semana para mi examen final.

Bowie se subió encima de la cama y caminaba sobre nosotros mientras maullaba, al parecer conocía perfectamente lo que significaba el sonido de la alarma. Me senté en la cama ya que debía ir a mi apartamento para bañarme y cambiarme ropa.

—¿Ya vas con los peleoneros? —bromeo Chris levantándose.

—Uhm si, espero que algo hayan solucionado.

—Paciencia, preciosa. —Me acerqué a él de pie al lado de la cama y lo abracé por su cintura.

—Chris... —dije su nombre en un susurro captando su atención.

—¿Mmm?

—Prométeme que si algún día tomas una decisión, por muy dolorosa que sea para mí, me la dirás antes ¿sí?

Frunció el ceño en forma de duda, acarició mi espalda y luego asintió y beso mi frente.

—Prometido, pero ¿por qué me dices eso?

—Porque siempre veo que a veces las parejas toman decisiones pensando en no hacerle daño al otro, según su punto de vista y al final es peor...

—¿Lo dices por la decisión que tomó tú ex?

—Si, aunque ahora entiendo por qué se marchó, sigo pensando en que habría sido mejor cuidarlo yo... me habría sentido útil, hubiera entendido mejor el proceso de duelo.

—Y ese montón de dudas que a lo mejor sigues teniendo, no estarían dándole vueltas a esa cabecita.

—Exacto, y veo que Harry y Ann toman decisiones sin pensar en el efecto que pueden causar en el otro, es diferente a lo que me paso, pero son errores que se pueden evitar.

—Tú puedes estar tranquila, que si algún día se me ocurre una loca decisión te la diré.

—Oye tampoco es que pienses a lo loco eh —le dije metiéndole los dedos en las costillas y se rio.

—Es broma mi amor.

Posó su mano en mi mentón levantándolo y me besó, por poco no me fui a casa, pero una vez allí, me bañé y arreglé para el trabajo, Ann andaba en pijama cruzando de su habitación al baño y del baño a la cocina. Caminaba lento y arrastraba las pantuflas en el suelo haciendo un sonido de fricción, se rasgaba los ojos con sus manos y bostezaba.

—¡Hey! —le dije colocándome mi chaqueta—. ¿No dormiste?

—Ay me asustaste, no te sentí entrar —me respondió al detenerse—. Dormí poco, pero hoy no tengo ensayo, estamos en semana de descanso antes de la gira.

—Entonces vas... —murmuré.

—¿Ah? —dudó, y como si entendiera segundos más tarde exclamó— ¡Aah si! Si voy.

—¿Y Harry?

—Esta acostado... en mi cama.

—¿Entonces?

—¿Entonces qué? —bostezó.

—Que no es un monologo Ann, cuéntame que pasó entre ustedes, me tiene preocupada, ¿siguen o no?

Dos Amores Un Solo CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora