Capítulo 24

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—Creo que deberías sonreír un poco más... ¿te sientes bien? —escuché decir a Chris.

Me sentía sumergida en mis pensamientos por el mal rato de la tarde con Susan. Mi reputación se había ido al carajo. Es increíble cómo de un minuto a otro todo puede cambiar, no es que me importara lo que pensaran los demás de mí, pero también se trataba de mi profesión, por lo que debía hacer algo para verme como una persona que tomaba en serio su trabajo y como lo más importante. Quizá eso sucedía solo con el tiempo porque los demás observarían quién tenía realmente la razón, sacarían sus propias conclusiones.

Mi cintura se sintió aprisionada con un leve roce, lo que hizo que me descolocase mis pensamientos. Las manos de Chris me rodearon por detrás y me dejó un beso en la mejilla para susurrarme:

—Deja de torturarte tanto, Nico... te aseguro que de aquí en adelante todo será mejor.

Acaricié sus manos posadas por encima de mi vientre y sonreí de lado.

—Lo siento... es que eso me tiene preocupada.

—¿Qué es lo que te tiene preocupada?

—Mi reputación... Susan la dejó por el suelo, solo me hizo ver como una cualquiera y todo lo que he conseguido hasta ahora ha sido por andar a las vueltas del jefe.

Christian soltó unas risitas.

—Es en serio... —le dije, dándole un golpecito en sus manos.

—Me río porque si supieran que soy yo el que ando a las vueltas tuyas.

Negué con la cabeza.

—¿Crees que debería hacer algo?

—Deja que los demás crean y digan lo que quieran, tú deberías sentirte tranquila porque no cualquiera se gana mi corazón de la forma en que tú lo estás haciendo y si escucho algo se las verán conmigo. Tú tampoco tengas dudas en decirme si tienes otro problema, ¿bueno? Solo preocupémonos de hacer bien nuestro trabajo, lo siguiente vendrá solo, esto será un mal recuerdo y nos reiremos luego.

Asentí casi en un suspiro y me di vuelta sin salirme de entre sus brazos, que aún me rodeaban.

—Gracias, siempre tienes palabras para hacerme sentir más tranquila. —Me puse en las puntas de mis pies, me acerqué a su mejilla y le di un par de besos pequeños.

—Ya sabes, para lo que necesites ahí estaré, pero acuérdate de nuestro trato —dijo, sujetándome de la cintura. Cuando pensaba en volver a apoyar mis pies completamente en el suelo, Chris me sostuvo levantándome unos centímetros.

—Hmm ¿sí? ¿Qué trato? —dije, haciéndome la loca y a la vez sujetándome de su cuello con mis manos.

—¿Te lo tengo que recordar?

—Ujum, tú verás cómo, mi mente anda muy distraída.

—Así veo... —dijo pensativo.

—Cuanto más te demoras más se me olvida... ¡Ah! Eran los pancakes, tienes todos los ingredientes, ¿no? —Desvié mi mirada al mesón de la cocina, ahí estaban todos los ingredientes, y por supuesto que estaba bromeándole. Sus labios se arquearon intentando reprimir una carcajada.

—Sí... Sí, claro, a ver si te acuerdas un poco de lo otro.

Levanté las cejas como de sorpresa.

—¿Qué otr... ?

No me dejó terminar la pregunta, sus labios se adhirieron a los míos, demostrándome que a ese tipo de trato se refería. Entrecerré mis ojos y en pocos segundos pude apreciar una sonrisa de él cuando nos robábamos el aire, Chris conservaba sus ojos cerrados, sus labios me transmitían la felicidad que nos causábamos con cada beso.

Dos Amores Un Solo CorazónWhere stories live. Discover now