Capitulo 5

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Tenía dos opciones. Uno, mirar fijamente a aquellos ojos negros y demostrarle que su mirada seductora no me afectaba en lo más mínimo, y dos, dejar de preocuparme por la forma en la que me miraba y evitarlo completamente, no iba a caer frente a sus encantos de galantería por lo sucedido hacía media hora.

Bien, reconozco que quizá fue raro, especial, tal vez fantástico y la teoría de los cinco segundos podría ser real, pero no iba a permitir darle el lujo de nuevo manteniendo otros segundos de miradas, así que me decidí por la segunda opción, evitar esas sensaciones de nerviosismo como una chica ingenua e inexperta. Quizás de por sí tenía que observarlo a él pero de otra forma. ¿Cómo? Con seguridad, ignorando las intenciones pero prestando atención, desviando la mirada solo cuando notase que esto se me iba a salir de control.

Él es el profesor y doctor, un nuevo vecino y probablemente mi jefe por un año. Debería importarme el hecho de que influirá en mi residencia profesional, nada más que eso.

—Me llamo Christian Bradley —dijo. Finalmente dejó de mirarme—. Como ya algunos saben, vengo de Canadá. Para que me conozcan profesionalmente, estudié medicina general e interna, y años más tarde obtuve el título de especialista en oncología. Luego quise ampliar mis conocimientos y realicé un magister en biomedicina y oncología molecular, como verán, si estudias medicina uno nunca termina de aprender.

«Así veo y yo voy por el mismo camino... digo, no con él, me refiero al área de medicina», pensé.

—Si han llegado a este punto de la carrera quizás tenemos el mismo interés, y ese es salvar vidas, con todo lo que esté a nuestro alcance —continuó diciendo el vecino—. Si siguen adquiriendo conocimientos es porque sienten

Miré a Harry y le dije:

—Que me sorprenda —sonreí.

Por alguna razón esto me causaba ciertos nervios y curiosidad.

—Eso espero —me respondió.

Todos miramos al frente hacia unas imágenes que se reflejaban desde un proyector, esas imágenes mostraban una fundación, un hospital ya terminado y listo, pero con salas solitarias, maquinas especializadas, laboratorios, oficinas, quirófanos, todo lo necesario para atender pacientes con cáncer o en proceso.

—Iré al grano —dijo, acercándose al lado de la pantalla—. Como verán, de esto se trata, necesito treinta profesionales para que trabajen junto a mis equipos médicos, pero debido a que ustedes son muchos más y en esta sala hay psicólogos, enfermeros, anestesiólogos, médicos oncólogos, etc. deberán demostrarme por qué yo debería contratarlos.

Ya estaba que levantaba la mano para preguntar cómo sería eso, pero el profesor Egmont Derricks respondió a mi pregunta antes de hacerlo.

—Aunque la universidad es quien toma la decisión, hemos llegado a un acuerdo con el señor Bradley para darles la oportunidad de expresar sus ideas. De seguro, más de alguno tiene formas de pensar distintas, ya sea de tratamientos, terapias, nuevos métodos, todo eso es lo que pueden proponer y más.

—Exacto, tienen tres semanas para presentarme un ensayo escrito, y el que lo tenga antes puede entregarlo, así los leeré y para cuando se cumpla el plazo ya sabrán quiénes harán su residencia conmigo, no todos están obligados a participar... creo que el doctor Derricks puede informarles sobre lo último —dijo, acercándose a su computador.

—Sí, por último, quiero decirles que piensen en que al presentar sus ideas, lo hagan pensando en su tesis final antes de su graduación —dijo el profesor Egmont.

Dos Amores Un Solo CorazónWhere stories live. Discover now