Capitulo 14

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En ese pequeño viaje de regreso a casa, acordamos con Christian que le revelaría mi verdad en otro momento, ya que era tarde y me pareció justo. Reconozco que le oculté la verdad porque en cierta forma me parecía una protección, pero ¿a quién quería engañar? Estaba claro que yo misma estaba inventando algo por miedo, ¿a qué? Creo tener algo de indicios de por qué lo hice.

Nos despedimos en la salida del ascensor, él se fue a su apartamento y yo al mío. Entré lo más silenciosa posible, y ante mis ojos vi una escena que no creí ver hasta entonces. No es para malinterpretarlo, más bien me pareció tierno. Harry y Ann estaban recostados en el sofá, durmiendo, ella yacía recostada en su pecho y él la rodeaba con sus brazos. Dormían tan profundo que ni se percataron de mi llegada. Cerré la puerta despacio detrás de mí y saqué mi celular para tomarles una foto, sin antes cerciorarme de que estaba sin flash o con sonido. Luego la enviaría por mensaje a nuestro grupo.

Al otro día, por la mañana, me desperté porque Harry parecía pajarito cantando, igual como en las películas de princesas de Disney. Sabía que ese efecto en él lo había causado Ann, porque ella también estaba muy sonriente mientras desayunábamos.

—Por lo visto tuviste bastante trabajo ayer —me dijo Harry. —Alguien tiene que trabajar —bromeé—. ¿O no, tortolitos?

—Ni que estuviéramos de vagos —respondió Ann—. Y no cambies el tema, nunca llegas tan tarde del trabajo. ¿Saliste con alguien?

—¿Por qué cada vez que llego tarde piensan que salí con alguien?

—Porque deberías... —murmuró Harry y se tapó el rostro al darle un sorbo a su taza de chocolate caliente.

—Ya saben lo que pienso sobre eso, chicos. —Le di un mordisco a mi tostada, ese tema ya comenzaba a incomodarme.

—Nico, pero salir con alguien solo para conocerle no tiene nada de malo —me aconsejó Harry.

—Ese es el punto, no quiero conocer a alguien, no me siento preparada y no es tan sencillo.

—Agh, tarado Bradley, ¡tenía que estar casado! —exclamó Ann. 

Yo me hice la tonta, me escondí tras mi taza de café y, cuando la bajé, los dos me estaban mirando fijamente.

—¿Qué? —me exigieron respuesta al preguntarme.

—A ti te está pasando algo y no nos quieres decir —me dijo Harry, apuntándome con el dedo.

—Es injusto que tú siempre quieras resolver y ayudarnos en nuestros problemas, pero tú no dejas que te ayudemos —reclamó Ann.

—Chris no está casado, solo es eso... no es para tanto.

Hice un sonido como si mis mejillas se desinflaran, quitándole importancia a lo que acababa de decir.

—¿Eh? —formuló Harry, confuso.

—¿Cómo, cómo? —dijo Ann, dejando de comer.

Volteé los ojos, y me di cuenta de que aquí no nos íbamos a ir hasta que les contara todo, con lujos y detalles, de lo ocurrido el día anterior. Y así fue. Bueno, omití algunas partes que podrían comprometerme, como el haber limpiado sus labios porque en realidad ni yo sabía el motivo de haberlo hecho.

Lo cierto fue que mis amigos estaban impresionados al igual que yo. Ann era más emocional y negaba con la cabeza sin dejar de repetir cada vez que podía «Esa mujer es idiota», refiriéndose a la ex esposa de Christian. Sí que lo decía en serio, porque hasta rabia le dio.

—Me jodió el día —dijo Ann, lanzando la cuchara a la mesa. Aunque la lanzó a unos pocos centímetros sonó un poco fuerte.

—Ann, ni la conoces, tranquila —le dije, riéndome.

Dos Amores Un Solo CorazónWhere stories live. Discover now