Capitulo 20

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¿Estaba soñando? Porque me sentía danzar en un suelo esponjoso con cada paso que avanzaba, sonreía al recordar los sucesos vividos el domingo en el crucero con Chris y me reprochaba a mí misma por parecer loca riéndome sola, pero más risa me causaba el reconocerlo. Si antes consideraba que él estaba produciendo un impacto emocional en mí, ahora era muchísimo más, estuvo en mi mente todo ese tiempo y ahora estaba bajando a mi corazón como gotitas, una tras otras a cada segundo.

Todo lo empecé a relacionar con él, hasta las cosas que menos podría imaginar.

Sus ojos negros calaron en mi ser después de haberme sentido vacía en tanto tiempo, me sedujeron convirtiéndose en mi cielo, una noche oscura que con el paso de los años se volvió opaca, pero que ahora su sonrisa producían miles de estrellas que brillaban y culminaban en mis labios, sus besos sellaban cada sentimiento, asegurándose de no dejarlos escapar.

Suspiré tan fuerte que recién ahí me di cuenta de que estaba parada en mi oficina, mirando por la ventana cómo las luces de la ciudad comenzaban a encenderse anunciando la noche, y en mi mano sostenía una carpeta llena de fichas con los datos de pacientes para comenzar a revisarlos. Negué con la cabeza por la distracción que tuve y salí de allí rumbo a la sección de hospitalización.

En la recepción me encontré con Min Ho revisando unos papeles y hablando con la enfermera de turno, me acerqué a ellos para saludarlos.

—Min, de casualidad ¿has visto a Susan? La necesito para cuidados intensivos con el paciente de la sala 142.

—La vi recién, ¿vas ahora? porque tengo que encargarme de la intravenosa de ese paciente. Susan ya debe estar allí realizando las curaciones.

—Ah, perfecto, entonces vamos, que de ahí tengo que ir a ver a dos niños que están en hospitalización.

Nos fuimos a ver al primer paciente y aproveché para preguntarle cómo iba su recuperación. Era una persona adulta de cuarenta y ocho años, el cual le realizamos una cirugía.

—Está cicatrizando bien, pero necesitamos que des la orden para realizarle exámenes de seguimiento —me dijo, antes de entrar a la habitación del paciente.

—Bueno, primero lo reviso y veremos qué exámenes se le realizarán.

Toqué la puerta para avisar que entraríamos y Susan estaba poniéndole calmantes post operatorios y el suero por la intravenosa.

Cuando me vio de reojo sentí la tensión en su mirada, ¿todavía estaba molesta porque su conquista con Christian no había resultado?

—Llegó la jefa —murmuró, lo suficiente para que yo alcanzara a escuchar. Decir que me molesté fue poco, pero no iba a perder la cordura delante del paciente, aunque estuviera adormecido con el efecto del calmante.

—No soy la jefa, Susan —le dije con seguridad y una mirada fija.

—¡Ah! Cierto... ahora recuerdo, eres residente —dijo sarcástica y modulando exageradamente la palabra «residente».

—Lo soy, y no me he olvidado de eso. —Me puse el estetoscopio en los oídos para escuchar la respiración del paciente y el corazón.

Min Ho estaba sin decir una palabra, le tomó la presión y con el oxímetro, poniendo su dedo índice en la máquina, le midió la saturación. Le revisamos la cicatriz y estaba todo en buena forma.

—Sus latidos y la presión se encuentran estables. Está saturando dentro del promedio normal, la cicatriz tiene buen color —dije en voz alta, haciendo un recuento de las observaciones—. Para mañana necesito que le realicen exámenes de sangre, por favor, para revisar los niveles de proteína, ALT, albumina y bilirrubina para saber en qué momento puede empezar a digerir los alimentos, lo dejaré anotado en la ficha.

Dos Amores Un Solo CorazónWhere stories live. Discover now