5.16: Cruce de Rhodes

Start from the beginning
                                    

Intenté darme la vuelta, pero la voz de Nate me lo impidió:

— ¿Un error? Estuve llamándote toda la semana. Quiero que hablemos. De hecho me alegro que hayas venido, ojalá hubiera sido antes, pero ahora que estás aquí...

Por supuesto. Voy a humillarme justo aquí en medio de la sala. Con Lola sorbiendo café.

— Nate —lo interrumpí—, no tenemos que hablar. Lo entiendo.

— ¿Lo entiendes?

Dios, ¿por qué lo hace tan difícil?

Le dediqué una mirada a Lola, antes de tomar del brazo a Nate para dirigirnos a su habitación. Cuando estoy segura que nadie puede escucharnos, vuelvo a hablar:

— Sí... Está bien, somos mayores, podemos entender que dos adultos tengan sexo sin que signifique algo. Está claro, no tienes por qué ser cuidadoso o nada —empecé a divagar. La confusión en el rostro de Nate aumenta mientras me ve perder la cordura—. Lola está aquí, comprendo la situación, créeme. No hay ningún problema.

Tomé aire al callarme, recuperando todo lo perdido.

— ¿Ya terminaste? —preguntó cruzándose de brazos. Le doy un asentimiento débil—. Bien. Nada de lo que tu maravillosa cabeza imaginó es lo que totalmente está sucediendo, así que deja de asumir cosas, principalmente lo que significó para mí.

— Pero, Nate...

Una simple mirada de su parte me calla otra vez. Generalmente él es todo arcoíris y unicornios, así que la seriedad que está empleando este momento me hace no querer contradecirlo.

Así que, en silencio, le indico que continúe.

— Lola no está aquí por la razón que crees. De hecho no la he visto desde la fiesta, ni hablado. Ella me contactó porque soy de las pocas personas que conoce en la ciudad.

— ¿Entonces vas a decirme que montaste una fiesta de última hora en San Valentín para conquistarla, tu mejor amigo te ayudó con la empresa donde trabaja, estuviste detrás de ella toda la noche a pesar de que en repetidas oportunidades te rechazó, pero ahora está bebiendo café en tu sala sólo porque quiere un amigo en la ciudad? —alcé las cejas incrédula—. ¿Y tú no te opones a la idea?

Nate suspiró.

— Creo que te estás salteando lo que ocurrió antes del café en mi sala.

— No quita todo lo anterior... y estábamos borrachos.

— Borracho o no, te estoy tratando de decir que para mí significó algo —contestó determinado—. No sé si para ti fue lo mismo, pero con todo lo que estás planteando... no puedes culparme por creer que sí.

Tragué saliva.

Escucharlo tan seguro me desestabilizaba. Hace unas semanas estar en este lugar era impensado, pero él no parecía preocupado por eso.

— Mira —habló cuando yo no lo hice—, sé que viniste a hablar, a pesar de que desde que llegaste no hiciste más que sacar conjeturas, pero quizás ahora no es el mejor momento. Creo que necesitas tiempo para pensar, y esta vez de verdad... no escapar en su lugar. Y Lola está en sala, probablemente muy confundida.

— Cierto, es grosero —asentí, haciendo caso omiso a lo otro que dijo. Aunque también era verdad—. Podemos... reunirnos luego.

— Bien. Pero lo único que quiero que sepas, es que en serio me importas... mucho más de lo que crees. Y nada es casual contigo, y nunca será, aunque decidas que así lo quieres.

Le dediqué una mirada, sin responder porque no sabía que decir, antes de salir de su habitación. La mirada curiosa de Lola me siguió en todo momento.

Ashley Clayton | Gossip GirlWhere stories live. Discover now