Le dediqué una sonrisa, para después darme la vuelta y marcharme.

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Bueno, bueno. Se dice que el cambio está en el aire en Constance Billard. Tengo que preguntarme, cuando la reina B descubra cómo pequeña J está tratando su legado, ¿lo dejará pasar?
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Ya era mediodía cuando Dan y yo nos reunimos para que me diera la devolución del ensayo, pero eso fue lo último que hicimos. Resulta que conoció a una chica esta mañana, quien se ofreció a pagar su café cuando se dio cuenta que no llevaba su billetera. Conversaron y al parecer le agradó mucho, ya que no paró de parlotear al respecto.

— Realmente eres un tonto, no puedo creer que no hayas conseguido el número de esa chica —bufé.

— ¿Cuánto tiempo dura el turno de Zac? Porque, eh, tal vez él debería ayudarte con tu trabajo —protestó.

— Oh, lo siento. Solo esperaba más juego del chico que salió años con Serena van der Woodsen —reímos.

— Oye, allí... allí está ella —murmuró serio.

Miraba por encima de mi hombro, así que lentamente giré la cabeza para ver quién era. Y la sorpresa fue inmediata.

— ¿En serio? —alcé las cejas.

— Sí, esa es Kate, la chica de la que hemos estado hablando. Ella está ahí.

— ¿Esa chica? —seguía sin creerlo.

— Sí.

— Amigo, esa es... —me detuve cuando una idea apareció en mi cabeza—: una señal de que deberías ir e invitarla a salir.

Su rostro estuvo estático mientras pensaba, hasta que finalmente suspiró, moviéndose inquieto en el asiento.

— Está bien, está bien. ¿Sabes qué? —se levantó—. Voy a hacerlo.

Le di una sonrisa de apoyo mientras lo veía ir hacia la mesa donde la chica en cuestión se encontraba, para empezar una pequeña charla que con la distancia no logré oír.

— ¿Ese de allá es Dan, hablando con Olivia Burke? —Zac se acercó, sosteniendo una bandeja vacía.

Había comenzado a trabajar medio tiempo en la cafetería donde estábamos. Él y Dan se llevaron bien rápidamente mientras ordenábamos hace unos días, donde vio que en su mochila había un libro de George Orwell que leyó mil veces. Cerebritos.

— El mismo —sonreí suavemente—. Al parecer esa es la chica que conoció esta mañana.

— ¿Y no tiene idea de quién es? —alzó las cejas, yo negué—. Wow... ¿No creés que deberíamos decirle?

— ¿Qué hay de divertido en eso? —cuestioné con gracia—. Hasta tú sabes quién es ella, Nevada, y hace una semana no sabías de la existencia de Paris Hilton.

— Bien, quizá sea gracioso jugar con la ignorancia popular de las personas.

Olivia se levantó de su asiento para comenzar a caminar hacia la puerta, siendo seguida por Dan. Nos dedicó una mueca recelosa antes de salir. Yo alcé un pulgar.

— Dios mío —reí en voz baja—. Increíble.

Zac también sonrió, antes de negar con la cabeza y volver al trabajo.

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Pobre S. Nadie le dijo que iba a ser una película de terror.
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Ashley Clayton | Gossip GirlWhere stories live. Discover now