Capítulo 13: El baile

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Mientras Priya informaba sobre el horario para el evento de esa noche, aproveché esos segundos de silencio para tomarme de un trago el café que me quedaba. Ya llevaba tres y aún no era ni la hora de comer pero de otra forma no era capaz de mantenerme fresca para el programa de radio. Las últimas semanas apenas dormía, ya que entre Needle y Vince me robaban demasiadas horas de sueño, y el agotamiento empezaba a resentir mi concentración.

Había llegado a un punto en el que había empezado a preocupar a los que me rodeaban, pero en cuanto Needle comprendió que pasarse las noches en mi mente me dejaba totalmente agotada comenzó a entrar tan solo una hora o dos a lo sumo en mis sueños.

Pero a mí no me importaba. Notaba como cada noche que pasaba conmigo ella se hacía más fuerte y recuperaba inteligencia, dejando de actuar como una mascota para ser capaz de decir palabras sueltas que denotaban su comprensión de una conversación mucho más compleja que la orden de hacer la cama.

Le había ofrecido pedir ayuda a alguien pero se atemorizaba cada vez que lo sugería. Repetía una y otra vez la palabra «secreto» como respuesta y se abrazaba a mí, ablandando mi corazón y haciéndome ceder. Solo era una niña... Y a ese ritmo, esperaba que en unas semanas fuera capaz de hablar con más fluidez y explicarme lo que estaba pasando, así que solo tenía que ser paciente. Pero, mientras tanto, dedicaba un ratito de mis noches a charlar con ella mientras se cobijaba en mi regazo, escondidas en algún recuerdo amable dentro de mi mente.

—La verdad es que tengo muchas ganas de la fiesta de esta noche —comenté al micrófono tratando de concentrarme en el programa—. Aunque admito que mi primer año me llevé una gran decepción cuando en el Baile de Samhain no encontré fantasmas danzando por la academia.

—Siento justos... los fantasmas están invitados a la fiesta —matizó Priya—. Recordemos que hoy es de mala educación levantar las defensas perceptivas contra los espíritus, ya que hoy tienen permiso de la Diosa para vagar a sus anchas por nuestro plano. Hoy son nuestros invitados, pero me temo que no hay ninguno capaz de atravesar las defensas de Wrightswood. Así que nuestra fiesta tendrá que honrarles en la distancia.

Ninguno... salvo Needle, pensé todavía intrigada. ¿Querría ella ir al baile?

—Nos tendremos que conformar con celebrar el Año Nuevo Arcano. Y, quién sabe, quizás alguno de nuestros invitados del Banquete aparezca esta noche.

—Eso es. A todos los que habéis invitado a alguien del otro plano, os deseamos la bendición de la Diosa en vuestra invocación. Y eso es todo por hoy. Se despide Priya Edevane.

—Y Honey. ¡Hasta el año que viene! —canturreé la tan típica como necesaria broma.

Pero en cuanto Priya pulsó el botón, cortando la grabación, el pesado cansancio se llevó gran parte de mi ánimo y mi confianza.

—Perdona... Eso ha sido muy poco ingenioso. Últimamente no doy una...

Me mordí el labio, avergonzada. Debía de estar ya harta de cargar conmigo después de que Vince me diera el puesto de Carol y tras mi numerito contra los aquelarres.

—Hoy es uno de esos días...

Priya miraba distraída más allá del panel de control. Los videntes a veces tenían momentos así, más... ausentes. Aquella mañana ella también parecía tener problemas para concentrarse en el programa pero había creído que lo estaba imaginando para sentirme menos culpable por mi propia torpeza.

—¿Sabes? Hay días marcados. Como en el calendario... Pero... Pero en la vida real. Muchos días normales, grises... y, de pronto, un día marcado. Ese día es importante... Ese día cambia algo.

Palabra de Bruja SilenciadaWhere stories live. Discover now