-Oh, ¿ya avisaron que llegarán?-preguntó Minerva. Lo había olvidado por completo.

-Así es, querida. Y dudo que les agrade llegar y ver que hay problemas legales.

-Aunque no olvidemos que las noticias vuelan en nuestro mundo, así que tampoco debemos descartar que se hayan enterado ya-dijo Severus, cruzándose de brazos-. En ese caso, ni siquiera deberíamos mencionarlo.

-Estoy de acuerdo-convino Minerva.

-Muy bien. Pomona, ¿hablaste con Hagrid?-preguntó entonces Dumbledore.

-Sí, pero dijo lo mismo que algunos fantasmas: No fue capaz de ver nada mientras caminaba por los pasillos ni los patios. Dijo que todo parecía muy tranquilo.

- ¿Creen que hubiese sido visible antes de entrar al castillo?-soltó Flitwick, pensativo.

-Sí lo fue-confirmó Snape antes que nadie-. En pleno vuelo, los Mortífagos parecen mezclarse con humo negro y aunque oscura, se ve una luz característica. Habría sido imposible no verlo si se alzaba la cabeza.

-Entonces alguien debió verlo-insistió McGonagall-. Poppy sólo dijo que vio un destello desde la Enfermería, pero no fue capaz de distinguir nada y los Prefectos aseguran que sintieron algo extraño, pero no supieron describir qué fue.

-Porque quizás no era tan obvio como pensamos-acotó Severus. Todos se miraron y luego a él-. A lo mejor era lo que esperaban que creyéramos. De ser así, apuntamos a la persona equivocada y nos descuidamos, pero si no es así, debemos estar listos para cualquier cosa.

-Tienes razón, mi muchacho-reconoció Albus-. En estos tiempos, dudar puede impedir que actuemos bien y correctamente. No debemos dejar que la incertidumbre nos gane. De lo contrario, no será sólo nuestra integridad la que se verá afectada.

Todos asintieron y se prepararon para irse. Ya tenían bases bastante buenas. Ahora quedaba poder mantenerlas y que no hubiese contratiempos demasiado importantes. Filius y Pomona salieron primero, asegurándose de que no hubiese nadie aún. Atravesaron el Flu y los otros se permitieron respirar tranquilamente. Aún no pasaba nada que pudiese comprometerlos en sus trabajos y esperaban que siguiera así.

Cuando Severus se puso de pie, listo para irse, Dumbledore lo detuvo y McGonagall desvió la mirada. Parecía preocupada.

-Severus, mi muchacho-comenzó con afecto-, ¿cómo has estado esta semana? Supimos que fuiste a la casa de Sirius para ver a Harry y que te quedaste ahí durante la tarde.

- ¿Él o Lupin les dijo algo?-preguntó con hastío-. Sí, lo hice. No fue tan desagradable, ¿saben? Hasta hablé con el padre de Luna Lovegood como una persona civilizada y sin decirle nada de su hija e incluso hablé con Andrómeda Tonks y su hija.

Minerva suspiró, aliviada de que las palabras de Lupin sobre que nada había explotado eran ciertas. Si tenían en cuenta que había estado bajo el mismo techo que Sirius Black, era un gran avance.

- ¿Cómo estás tú?-volvió a preguntar Minerva.

-Estoy bien-aseguró Severus con una mirada cansada. No le gustaba que le preguntaran eso, porque quería decir que seguían preocupados, y no era justo para ellos-. En unos días más Harry se quedará conmigo un mes entero y estoy tranquilo sobre eso.

Los ancianos se miraron. No les gustaba que las palabras de Severus escondiesen algo parecido a la dependencia.

-Sabes que eso no es lo que nos preocupa-aseguró Minerva con serenidad-. ¿Cómo estás con... tu hábito?

La mirada de Snape se oscureció.

-Bien. Todo está perfecto-aseguró casi entre dientes-. Antes de que lo digan, no quiero ayuda de ningún tipo. Estoy bien solo. Mejor sigamos pensando en encontrar a Pettigrew junto con Quirrell.

Siempre contigoWhere stories live. Discover now